La sopa de cebolla con huevo campero es un plato humilde, tradicional y reconfortante, muy arraigado en la cocina casera gallega, especialmente en las zonas rurales. Es el tipo de receta que solían preparar las abuelas gallegas, aprovechando ingredientes sencillos y accesibles para crear una comida nutritiva y sabrosa. De hecho, apenas requiere de más de tres ingredientes: cebolla, pan y huevo.
Como muchas recetas tradicionales, esta sopa se basa en pocos ingredientes, pero de calidad, como la cebolla, el pan (que puede ser pan duro), caldo casero y huevos camperos, conocidos por su sabor más intenso y su color amarillo vibrante.
La cebolla es el ingrediente estrella, y se suele hacer lentamente para conseguir un sabor dulce y profundo que define esta sopa. El proceso de cocinar la cebolla hasta que se vuelva blanda y dorada le otorga al plato su característica riqueza.
Los huevos camperos se cocinan en la misma sopa. La textura suave y cremosa de las claras de estos huevos añade un toque especial al plato, y su frescura es clave para el sabor final.
Otra de las características de esta sopa es la adición de rebanadas de pan, que se tuestan o fríen y se añaden a la sopa para darle textura. En muchos casos, se utiliza pan gallego, que es denso y consistente, ideal para absorber los sabores del caldo.
En consecuencia, los ingredientes que tienes que tener en cuenta para la elaboración de una sopa de cebolla con huevo campero son los siguientes:
- Cebollas (2-3, según el tamaño)
- Pan duro o tostado (mejor si es pan gallego)
- Caldo (puede ser de carne o de ave, aunque también se puede usar agua)
- 3 huevos camperos
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta
- Queso rallado
- Pimentón dulce
En cuanto a los pasos para la elaboración de esta sopa, son los siguientes, si bien es cierto que puede haber modificaciones según el gusto de cada persona:
- En primer lugar, prepara las cebollas picándolas en trozos pequeños que sean perfectos para luego ponerlos a dorar en aceite de oliva hasta que queden blandos. Una vez que tengas la cebolla hecha, le puedes añadir un poco de pimienta al gusto.
- En segundo lugar, debes ir preparando el pan: lo cortas en redojas y lo pones a tostar para luego añadirlo a la cebolla (desmenuzado) y con un par de cucharas de pimentón.
- Lo remueves todo e incorporas el caldo que prefieras (o un litro de agua). Remueve y deja cocer durante unos 10 minutos.
- Luego, incorpora los huevos. Para ello primero separa las yemas de las claras. Primero deberás ir incorporando las claras y una vez que estén cuajadas, pasas a incorporar las yemas.
- Finalmente, echa la sopa en platos aptos para horno, cubre la sopa con queso rallado al gusto y deja que se gratine en el horno.
Este plato encarna el espíritu de la cocina de aprovechamiento gallega. En tiempos más duros, cuando el acceso a ingredientes caros o complejos era limitado, las familias gallegas recurrían a platos como este, donde el uso de productos frescos y locales transformaba ingredientes simples en auténticos manjares.
Las abuelas gallegas (y de otras zonas de España) han mantenido viva esta receta, que además de ser sabrosa, es nutritiva y energética, perfecta para los días fríos. Es una sopa que reconforta y recuerda a los sabores tradicionales de Galicia, hecha con cariño y paciencia, cualidades que siempre acompañan a la cocina tradicional gallega.
Cuáles son las propiedades nutricionales de la sopa de cebolla con huevo
La sopa de cebolla con huevo campero es un plato sencillo pero lleno de nutrientes. En primre lugar, las cebollas son muy bajas en calorías, lo que las convierte en un ingrediente ideal para platos ligeros. También contienen compuestos como la quercetina, que tiene propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, ayudando a proteger las células del daño.
No sólo eso, sino que gracias a su contenido de vitamina C, la cebolla refuerza el sistema inmunológico. Además, aporta fibra dietética, que favorece la digestión y la salud intestinal.
Luego, el huevo campero es proteína de alta calidad, es decir, aportan proteínas completas, esenciales para el mantenimiento y reparación de tejidos. También son ricos en vitaminas B12, B6, A, D, E, así como en minerales como hierro, fósforo y selenio, importantes para la salud del sistema nervioso, la vista, los huesos y la piel.
Además, los huevos contienen ácidos grasos omega-3, que son beneficiosos para el corazón y el cerebro, especialmente si provienen de gallinas alimentadas de manera natural.
También cabe destacar que si el caldo es casero, especialmente a base de huesos, es rico en colágeno, lo que ayuda a la salud de las articulaciones, la piel y los intestinos. El caldo aporta agua y electrolitos, lo que es ideal para mantenerse hidratado, especialmente en climas fríos. Igualmente, aporta minerales esenciales como calcio, magnesio y potasio.
Es por eso que se trata de una sopa perfecta para días fríos o cuando necesitas una comida que te reconforte y te aporte energía de manera ligera y nutritiva. Al combinar proteínas del huevo, fibra de la cebolla y carbohidratos del pan, se obtiene un plato que sacia sin ser pesado. En resumen, la sopa de cebolla con huevo campero es una comida equilibrada, rica en proteínas, antioxidantes, vitaminas y minerales, ideal para una alimentación saludable y reconfortante.