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Así se hacen los mejillones al vapor con vinagreta: una receta gallega sencilla, exquisita y rica en proteínas
- Se trata de una tapa gallega muy fácil de elaborar, que no requiere apenas de ingredientes y que queda realmente sabrosa.
- Más información: Ni una hoja de laurel ni una rodaja de limón, el truco de los gallegos para cocer mejillones y que queden perfectos
Los mejillones al vapor con vinagreta son una receta gallega sencilla y deliciosa que destaca el sabor natural de los mejillones de las rías gallegas. Este plato es muy popular en la gastronomía gallega por su frescura y el contraste de sabores entre el mejillón y la vinagreta.
Este plato es perfecto como aperitivo o entrante en cualquier comida, y combina muy bien con un vino albariño o ribeiro, ideales para acompañar mariscos gallegos. Además, la vinagreta gallega, fresca y colorida, le da un contraste delicioso a los mejillones. La mezcla de pimientos, cebolla y tomate aporta una variedad de sabores y texturas.
El plato se suele presentar colocando los mejillones abiertos en una fuente y añadiendo una cucharada de vinagreta en cada uno. Para potenciar el sabor, se deja reposar unos minutos antes de servir, permitiendo que la vinagreta impregne ligeramente los mejillones.
Los mejillones al vapor con vinagreta son una preparación típica gallega que celebra la frescura y el sabor intenso de los mejillones de las rías gallegas. Estos mejillones son conocidos por su tamaño, su textura carnosa y su sabor salino y limpio, fruto de las aguas ricas en nutrientes de Galicia.
La preparación de los mejillones al vapor es sencilla, pero hay algunos detalles que marcan la diferencia: En primer lugar, la limpieza, de tal forma que los mejillones deben limpiarse a fondo, retirando cualquier impureza y eliminando los restos de barbas adheridos a las conchas. Este paso es importante para evitar arenillas o residuos en el plato final y realzar el sabor natural del marisco.
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Además, la cocción es breve, solo 5-7 minutos a fuego alto con la olla tapada. Los mejillones liberan su propio líquido, que se combina con el agua o el vino blanco en el fondo de la olla para dar un aroma especial. El laurel también añade un matiz herbal sutil que realza el sabor del mejillón sin sobrepasarlo. La clave está en no pasarse de tiempo para que los mejillones no pierdan su jugosidad.
La vinagreta gallega, fresca y colorida, le da un contraste delicioso a los mejillones. La mezcla de pimientos, cebolla y tomate aporta una variedad de sabores y texturas:
- Pimientos: El pimiento rojo y el pimiento verde aportan un toque dulce y crujiente. Se cortan en dados pequeños para que la vinagreta se mezcle bien y sea fácil de comer con cada mejillón.
- Cebolla: La cebolla aporta frescura y un ligero picante, contrastando bien con la suavidad del mejillón.
- Aceite y vinagre: La proporción típica es de tres partes de aceite por una de vinagre, aunque esto puede ajustarse al gusto. El aceite de oliva virgen extra añade un sabor profundo y afrutado, mientras que el vinagre le da el toque ácido perfecto para equilibrar el plato.
- Opcionales: En algunas versiones se añade tomate en dados o perejil picado, que aportan frescura, color y un matiz ligeramente ácido. Otra opción es incluir un poco de ajo picado para los amantes de sabores más fuertes.
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Este plato se disfruta mejor acompañado de vinos blancos gallegos, como un albariño o un ribeiro, que con sus notas frescas y afrutadas complementan el sabor de los mejillones y realzan la vinagreta. También se pueden acompañar de un poco de pan gallego para aprovechar los jugos de los mejillones y la vinagreta.
En definitiva, los mejillones al vapor con vinagreta son un plato sencillo pero lleno de sabor y tradición, perfecto para disfrutar el sabor de Galicia en su máxima expresión.