Hombre preparando la cena.

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GastroGalicia

La cena saludable que he preparado cientos de veces cuando no sé que hacer: un plato típico gallego muy sencillo

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Las cenas suelen ser el momento del día en que buscamos simplicidad y rapidez en la cocina. Después de una jornada llena de actividades, el cansancio y la necesidad de descansar hacen que optemos por preparar comidas más sencillas. Esto ha dado lugar a una gran variedad de platos rápidos y fáciles que, además de ser prácticos, pueden ser nutritivos y sabrosos.

La cena suele ser un momento para desconectar. Esto implica que buscamos platos que no requieran mucha atención ni complejidad. En consecuencia, si eres amante de la gastronomía gallega y quieres cenar algo típico de la región pero sin complicarte la vida: tenemos la solución.

Es el caso de las sardinillas, un plato emblemático en la cocina de Galicia, destacando por su sencillez y por ser un auténtico manjar del mar. Este producto es valorado no solo por su sabor intenso, sino también por su versatilidad, ya que se puede disfrutar fresco o en conserva, formando parte de numerosas recetas.

Las sardinillas, también conocidas como xoubas (sardinas pequeñas), se pescan principalmente en las costas gallegas. Galicia, con su extensa tradición marinera, ha sabido aprovechar al máximo este pescado, que abunda en sus rías y es una parte fundamental de la dieta local.

Las sardinillas frescas se preparan de diversas maneras en Galicia: en primer lugar, a la plancha: una forma simple y deliciosa de realzar su sabor natural, acompañadas de unas gotas de limón.

En segundo lugar, la empanada de xoubas es un clásico gallego, en la que las sardinillas se combinan con cebolla, pimientos y masa de pan, resultando en un plato sustancioso y muy sabroso.

También fritas o en guiso, en tanto que en fritura, las sardinillas son crujientes y su sabor se intensifica. También se pueden guisar con patatas, pimientos y un toque de vino blanco.

Galicia es famosa por la calidad de sus conservas de pescado, y las sardinillas en aceite o en escabeche son un ejemplo destacado. Este método de conservación no solo potencia el sabor del pescado, sino que también permite disfrutar de él durante todo el año.

Puedes optar por las sardinillas en aceite de oliva, perfectas para comer directamente o acompañar tostadas, ensaladas y platos fríos. También las sardinillas en escabeche, que ofrecen un sabor más intenso y son ideales para aperitivos o como parte de platos más elaborados.

Esta es una cena muy nutritiva, en tanto que son muy ricas en ácidos grasos omega-3, beneficiosos para la salud cardiovascular. También tienen proteínas de alta calidad, esenciales para el mantenimiento de los músculos y tejidos.

Igualmente, son ricas en calcio y vitamina D, importantes para la salud ósea, especialmente si se consumen en conserva con espinas.

Las sardinillas forman parte de las tradiciones culinarias de las familias gallegas. En muchos hogares, se asocian a comidas familiares y celebraciones, especialmente en los meses de verano, cuando las sardinas están en su mejor momento. Además, este pescado ha sido históricamente un alimento accesible, apreciado tanto por su sabor como por su precio.

Las sardinillas representan la esencia de la cocina gallega: sencillez, frescura y calidad. Tanto en su versión fresca como en conserva, son un ingrediente que conecta con las raíces marineras de Galicia y continúa siendo protagonista en sus mesas.