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Esta es la receta de sopa que hacen las abuelas gallegas y que no se conoce en el resto de España: muy rica en fibra
- Se trata de un plato ideal para el frío. Destaca por tener un sabor y una textura muy suave, además de ser muy nutritivo y saciante.
- Más información: Así se hace el caldo gallego: un plato sencillo, delicioso y rico en proteínas que es ideal para el frío
En España, el invierno es la época perfecta para disfrutar de una gran variedad de sopas tradicionales, cada una con características propias dependiendo de la región. Estas sopas no solo calientan el cuerpo, sino que también son un reflejo del rico patrimonio gastronómico del país.
Un clásico del invierno gallego, el caldo gallego se elabora con grelos o repollo, patatas, chorizo, unto y a veces lacón o panceta. Es un plato contundente y reconfortante, ideal para combatir el frío.
Sin embargo, en Galicia también encontramos otras recetas de sopas, típicas de las abuelas gallegas por ser muy nutritivas y saciantes, como es el caso de la sopa de castañas.
La sopa de castañas es un plato tradicional gallego, especialmente popular en las zonas rurales durante el otoño e invierno, cuando las castañas están en su mejor momento. Esta sopa, preparada por generaciones de abuelas gallegas, destaca por su sencillez y por aprovechar uno de los productos más emblemáticos de Galicia: la castaña.
¿Cuáles son los ingredientes necesarios para hacer una sopa de castañas? Si bien es cierto que pueden existir modificaciones que dependen del gusto de aquel que elabora la receta, la sopa de castañas suele incluir los siguientes ingredientes:
- Castañas frescas o secas (aproximadamente 300 g)
- Patatas (2 medianas)
- Caldo de carne o verduras (1 litro)
- Cebolla (1 pequeña)
- Ajo (1 diente)
- Aceite de oliva (2 cucharadas)
- Hoja de laurel (1)
- Sal y pimienta al gusto
En cuanto a la preparación de esta sopa, igualmente puede haber modificaciones, pero se pueden seguir los siguientes pasos:
- Preparar las castañas: Si utilizas castañas frescas, haz un corte en la cáscara y hiérvelas durante unos minutos para facilitar el pelado. Si son secas, remójalas previamente.
- Sofrito base: En una olla, sofríe la cebolla picada y el ajo en aceite de oliva hasta que estén dorados.
- Añadir patatas y castañas: Agrega las patatas cortadas en trozos pequeños y las castañas peladas. Sofríe brevemente.
- Cocción: Incorpora el caldo caliente y la hoja de laurel. Cocina a fuego lento durante 25-30 minutos o hasta que todo esté bien cocido.
- Textura: Puedes dejar la sopa tal cual, con trozos, o triturarla parcialmente para obtener una textura más cremosa.
En cualquier caso, cabe destacar que el truco de las abuelas gallegas está en utilizar ingredientes frescos y de temporada, y en cocer la sopa lentamente para intensificar los sabores. Algunas variaciones incluyen un toque de manteca de cerdo o acompañar la sopa con trozos de chorizo o panceta, dándole un carácter más contundente.
La sopa de castañas no solo es un plato delicioso, sino también un símbolo de la conexión con la tierra y con las tradiciones familiares. Nutricionalmente, es rica en carbohidratos complejos y fibra, lo que la convierte en una fuente de energía ideal para los meses fríos.
Las propiedades nutricionales de la sopa de castañas
La sopa de castañas, además de ser un plato reconfortante, aporta diversas propiedades nutricionales que la convierten en una opción saludable. En primer lugar, es rica en carbohidratos complejos, en tanto que las castañas son una fuente de energía sostenida gracias a su alto contenido en carbohidratos complejos, ideales para mantener los niveles de glucosa estables y aportar saciedad.
De la misma forma, la sopa de castañas es baja en grasas, a diferencia de otros frutos secos, las castañas contienen muy poca grasa, siendo una opción ligera pero nutritiva.
Igualmente, cabe destacar que es una buena fuente de fibra, en tanto que la fibra presente en las castañas ayuda a mejorar la digestión, prevenir el estreñimiento y contribuir a la salud intestinal.
Además, las castañas son ricas en vitaminas del grupo B (como B6 y ácido fólico), importantes para el sistema nervioso y la producción de energía. También contienen minerales como potasio, fósforo y magnesio, esenciales para el funcionamiento muscular y la salud ósea.
Gracias a su contenido en compuestos fenólicos, las castañas tienen propiedades antioxidantes, que ayudan a combatir el estrés oxidativo y proteger las células del daño.
Finalmente, aunque en menor cantidad, aportan proteínas vegetales, complementando la dieta cuando se combinan con otros alimentos como cereales. En resumen, la sopa de castañas es un plato nutritivo, energético y bajo en grasas, perfecto para los meses fríos y compatible con dietas equilibradas y saludable