Tostada y café.

Tostada y café.

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Ni tostadas ni churros, este es el desayuno típico gallego: muy sencillo de hacer, nutritivo y rico en proteínas

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El desayuno en España varía según la región, los gustos personales y las rutinas diarias, pero en general es una comida más ligera en comparación con otros países. Tradicionalmente, los españoles prefieren algo rápido y sencillo para comenzar el día, a menudo acompañado de una bebida caliente como el café.

Y Galicia comparte muchas similitudes con el desayuno típico en el resto de España, pero también tiene particularidades propias debido a la tradición y los productos locales. Aunque el desayuno no suele ser una comida abundante en Galicia, existen algunos elementos distintivos.

Entre los desayunos de los gallegos se pueden encontrar las filloas gallegas, uno de los dulces más tradicionales y emblemáticos de Galicia. Se trata de un tipo de crepe fino que puede prepararse tanto en versión dulce como salada, dependiendo de los ingredientes que se utilicen y de las ocasiones en las que se sirvan.

Las filloas gallegas son uno de los dulces más tradicionales y emblemáticos de Galicia. Se trata de un tipo de crepe fino que puede prepararse tanto en versión dulce como salada, dependiendo de los ingredientes que se utilicen y de las ocasiones en las que se sirvan.

Las filloas son muy antiguas y están vinculadas a las celebraciones más tradicionales de Galicia, especialmente al Entroido (Carnaval) y a las épocas de matanza. Su origen se remonta a las zonas rurales gallegas, donde se preparaban aprovechando los productos que se tenían a mano, como los huevos, la harina, la leche y, en algunos casos, el caldo de la carne. Las filloas también son comunes en Asturias y León, aunque con pequeñas variantes.

Las filloas son muy versátiles, y la receta básica se puede adaptar según los gustos o la disponibilidad de ingredientes. Normalmente, los ingredientes básicos para las filloas son: harina de trigo; huevos; agua o leche (dependiendo de la receta); sal y manteca de cerdo o aceite para untar la sartén.

En cualquier caso, hay que tener en cuenta que existen distintas recetas de filloas gallegas: en primer lugar, filloas de leche, que son las más conocidas y tradicionales. Se preparan con una masa a base de leche, harina, huevos y una pizca de sal; en segundo lugar, filloas de caldo, que se hacen con caldo (normalmente de carne o caldo de cocido) en lugar de leche, lo que les da un toque más sabroso, y finalmente, hay otro tipo de filloas, aunque menos comunes hoy en día, son una versión tradicional que se preparaba especialmente en la época de la matanza del cerdo. La masa se hacía con cerdo, lo que les daba un sabor particular y fuerte, siendo más típicas en algunas zonas rurales.

Sin embargo, si las quieres hacer más saludables, puedes utilizar otros ingreidentes y crear tu propia versión de las filloas gallegas. En consecuencia, puedes optar por los siguientes ingredientes:

  • 100 g de harina integral de avena o espelta (en lugar de harina refinada).
  • 3 huevos (puedes usar claras de huevo para reducir el colesterol y las calorías, o combinar claras y yemas).
  • 300 ml de bebida vegetal (almendra, avena, soja, etc.) o leche desnatada.
    1 cucharada de aceite de oliva virgen extra (en lugar de manteca de cerdo o aceite refinado).
  • Una pizca de sal o edulcorante natural como stevia, si prefieres una versión dulce.
  • 1 cucharadita de canela (opcional, para darle un toque de sabor).

En cuanto a los pasos para elaborar estas filloas saludables, son los siguientes:

  1. En un bol grande, bate los huevos o las claras. Añade la bebida vegetal (o la leche desnatada) poco a poco mientras continúas batiendo.
  2. Agrega la harina integral de avena o espelta poco a poco, tamizándola si es necesario para evitar grumos.
  3. Añade una pizca de sal si quieres una versión salada, o un poco de edulcorante natural si prefieres que sean dulces.
  4. Puedes agregar también una cucharadita de canela o esencia de vainilla para darle más sabor.
  5. Mezcla bien hasta que consigas una masa líquida y homogénea. Si queda demasiado espesa, añade un poco más de bebida vegetal o agua.
  6. Deja reposar la masa unos 20-30 minutos en la nevera. Esto ayudará a que las filloas queden más suaves y con mejor textura.
  7. Calienta una sartén antiadherente a fuego medio. Úntala con un poco de aceite de oliva utilizando un papel de cocina para retirar el exceso. El aceite en la sartén debe ser mínimo.
  8. Vierte una pequeña cantidad de la mezcla en la sartén y muévela rápidamente para que la masa se extienda de manera uniforme y quede bien fina.
  9. Cocina la filloa durante unos 1-2 minutos por un lado, hasta que los bordes empiecen a despegarse. Dale la vuelta con una espátula y cocina el otro lado durante otro minuto aproximadamente.
  10. Apila las filloas a medida que las vas cocinando y mantenlas tapadas para que no se enfríen.

Finalmente, para un desayuno saludable, puedes acompañarlas con frutas frescas como plátano, fresas, arándanos o kiwi. También puedes añadirle yogur natural o yogur griego bajo en grasa, así como mantequilla de frutos secos (como almendra o cacahuete) sin azúcar añadido. No te olvides de unas nueces o almendras picadas para un toque crujiente.