De Vigo a Madrid para cumplir un sueño: así es caerlos y así suena su proyecto musical
El vigués Carlos Cabrera, que se encuentra detrás del nombre artístico, ha lanzado ‘Nai’, una canción dedicada a su madre y con la que quiere poner las bases de una carrera que crezca poco a poco con "dedicación y confianza"
23 enero, 2024 05:00Hay a mucha gente que, ante la pregunta de dónde se ven dentro de 10 años, no sabe qué responder, como si el futuro se convirtiese en un precipicio demasiado profundo y oscuro. No es el caso de Carlos Cabrera García-Valdés, un vigués de 25 años que en agosto de 2021 se mudó a Madrid para cumplir su sueño.
Su proyecto artístico, caerlos, es un compendio de todas sus vivencias, aprendizajes, filias, emociones y obsesiones, un edificio que ha comenzado desde los cimientos para alzarlo hasta convertirlo en el rascacielos más alto que pueda. "Desde pequeño tuve una fuerte atracción por lo artístico, especialmente por la música, porque viví rodeado de mucha en mi casa", explica Carlos a Treintayseis.
Sin formación musical, también le fascinaba la escritura y la literatura. "Creaba mis historias y escribía un montón, y me imaginaba cómo sonarían con música", recuerda, a pesar de no saber sobre qué estructura debería tener una canción. Ese aprendizaje autodidacta se fue guardando en una mochila que, con el confinamiento, abrió de nuevo para rebuscar entre sus sueños.
Mudanza a Madrid
Terminó el grado de Biología en plena pandemia y decidió dar el paso: "El 2020 fue un punto de inflexión. Quería intentar meterme en el mundo de la música y me mudé a Madrid con una mano delante y otra detrás", reconoce Carlos. Gracias a que había creado una comunidad en redes sociales a través de los vídeos que publicaba en TikTok, logró entrar en contacto con un chico que producía música, Pablo Dopacio, con el que comenzó a grabar y grabar maquetas.
En enero de 2022 lanzó su single debut, voces, en plataformas digitales, a la que le siguieron nuevos temas hasta que en septiembre de 2023 estrenó su primer EP,CÆRLOS. El trabajo de Dopacio lo heredó Jonathan Pons, al que le presentó una maqueta en concreto, que es la que ha marcado sus siguientes pasos en la búsqueda de un lugar preferente en la industria musical.
"Le presenté la maqueta de Nai y le gustó mucho, era algo diferente a lo que se viene escuchando en España, muy enfocado al reggaetón", cuenta el joven vigués. Una vez rematado y producida la canción, Carlos se lanzó a grabar el videoclip, del que sabía "cómo tenía que ser y dónde lo iba a grabar".
Contactó con un antiguo compañero de gimnasia acrobática que tenía una productora emergente, Kasa Vella, al que le gustó el proyecto; además, se puso en contacto con Rosana y Jorge, con los que ha hecho equipo para moverse "mejor dentro de la industria", después de hacerlo todo de manera muy independiente. La idea de Carlos iba tomando forma a través de una canción dedicada a su madre.
"A pesar de que no me conozcas, se puede entender la relación que tengo con ella, que es muy especial, y es de las canciones que más rápido he hecho. Eso pasa cuando algo te nace de dentro, cuando es tan honesto que no tienes que fingir nada". Incluso grabó la reacción de la protagonista y la subió a redes sociales. "Mi madres es una mujer muy reservada en cuanto a sus emociones, siempre se muestra fuerte. Cuando vi que le costaba hablar, pensé que algo estaba haciendo bien", asegura.
Lo que no se esperaba Carlos era que su madre, María Magdalena García-Valdés, aceptaría participar en el videoclip de la canción. "Me imaginaba que su respuesta iba a ser que no, porque ya me costó grabarle el video de la reacción, pero cuando se lo propuse, no se lo pensó: ‘Venga, lo hago’". Le pidió que se aprendiese la letra y se presentó el día de la grabación. "Ahí se puso ella, sin haber hecho nada nunca delante de una cámara y rodeada de gente que no conocía".
Su madre también tuvo un papel crucial a la hora de que se rodase en el lugar que Carlos quería. Criado en una familia católica, en la canción se hace referencia a esa educación como parte de la relación con sus padres: "Por el miedo me alejo / Un adiós a Dios dije / Un refugio lejano / Más cerca del pecado". Tenía claro que quería grabarlo en una iglesia y que apareciesen esos elementos eclesiásticos entre los que creció de manera visual, pero también tenía que ser en su tierra, en Galicia.
Su madre habló con el párroco de San Cibrán, en Aldán, para que le permitiesen grabar en la iglesia a la que sus padres acuden a misa. "Ha habido mucha polémica con artistas que han grabado en iglesias o en lugares sagrados", incide, pero en este caso se trataba de algo "respetuoso". Esas mismas referencias eclesiásticas también aparece en las imágenes de promoción del lanzamiento del single, que vio la luz el pasado 18 de enero.
"Ha tenido muy buen recibimiento y se nota el salto de calidad de sonido y de concepto", celebra Carlos. "Por fin siento que para lo que vine a Madrid empieza a ver la luz", sentencia. Porque el proyecto del vigués huye de lo efímero; en su cabeza se encuentra amueblada una idea de permanencia, de dar los pasos correctos que desemboquen en una larga y fructuosa carrera artística.
Un nombre único y reconocible
Parte de un nombre en minúsculas, porque considera que era "muy sincero", con el objetivo de que exista una evolución "de pequeño a grande", haciendo referencia a dónde se ve dentro de 10 años. La modificación de su nombre en "caerlos", toma la inspiración del "caesar", también homenajeando a su madre, que estudió historia y latín. Lo que tenía claro era que quería un nombre único y reconocible. Porque sus referencias artísticas miran hacia arriba: Prince, Bowie, Beyonce y Rosalía son los nombres, únicos y especiales, que salen de su boca, igual que su forma de comprender los proyectos, como grandes obras de arte que trascienden.
De hecho, se define como un artista "antiguo" que busca publicar un álbum que "tenga sentido de principio a fin, un proyecto circular" que ya tiene conceptualizado y del que quiere ir trabajando en las canciones para que, en un futuro a corto plazo, sea una realidad. Es más, reconoce que en su cabeza tiene también los siguientes que vendrán. "No aspiro a dejar como legado una canción que se haga viral, sino a construir un caerlos en el tiempo, con dedicación y confianza en el proyecto", matiza.
No ser uno más en la industria
Un proyecto en el que tiene cabida todo lo que él es y que no quiere ser "uno más en la industria", sino que se valore toda la historia que hay detrás, como lo querría en cualquier disciplina artística. Por eso valora tener "un bagaje diferente" porque lo convierte en un artista que tiene recursos de los que no muchos disponen que supongan "una nueva aportación a la industria".
Ese mismo abanico está representado en su música. Empezó componiendo en inglés, inspirado por las grandes divas del pop y del rock de los años 90, e incluso ha jugado con el spanglish, como en el tema FN1, que reconoce que es uno de los que más gusta a los que le escuchan, basado en un "desencuentro con una amiga" que usó como desahogo.
Es ejemplo también de cómo quiere hacer las cosas: "Lo que yo quiero hacer cuesta una millonada", ríe Carlos, así que trata de sacar de la nada todo. "Lo que no podía delegar en otros por falta de recursos, lo hacía yo". Así, este videoclip está grabado con la cámara con la que en su casa se grababan los viajes familiares.
La propuesta de caerlos se presenta desde un punto crudo, natural y manufacturado que se aleja de los convencionalismos y que reivindica la música como un elemento que trasciende y que "tiene que despertar algo dentro". "Soy un canal que transmito algo a través de este prisma que soy yo con todo lo que he ido viviendo. Ni mejor ni peor, sino distinto", describe. "Cuando estamos acostumbrados a escuchar lo mismo, necesitas algo diferente", reivindica.
Subirse al escenario
Tras el lanzamiento de Nai, prepara ya el segundo tema para dentro de un mes y con el que dará un nuevo paso a ese universo tan esperado como desconocido: su intención es presentarlo en directo, para lo que ya están negociando con algunas salas de Madrid. Será la primera vez que se suba a un escenario a interpretar sus canciones, aprovechando el estreno de su segundo tema.
Mientras, Carlos sigue trabajando en su proyecto, el que le modifica el nombre para transformar la "a" en el grafema latino "ae" que forma parte de su marca. "Siempre estará y aparecerá en más cosas que ahora no puedo desvelar".