Yo le perdono el desconocimiento de los dirigentes de PSPV-PSOE y Compromís que reducen la reforma fiscal de Carlos Mazón a un "le ha bajado los impuestos a los ricos". La fiscalidad es un asunto engorroso, y siempre resulta más cómodo repetir el argumentario del partido. Se lo perdono a todos, menos a uno: al portavoz adjunto en Les Corts Valencianes y exconseller de Hacienda, Arcadi España.
Se acaba de cumplir justo un año de la rebaja de impuestos de Ximo Puig, aquella que el señor España calificó de "reforma fiscal progresista y progresiva". Y yo creo que debería mostrarse contento, porque las clases medias y bajas van a pagar todavía menos impuestos con los cambios que ahora introduce Mazón.
Aquella frase de España estuvo acertada. Recuerden el contexto. Pedro Sánchez se resistía a bajar el IRPF, tal y como estaba haciendo el PP en Madrid, para aliviar una presión fiscal galopante fruto de la subida de precios. Todo mientras el Gobierno, a través del IVA, se beneficiaba sobremanera de la inflación, a costa del ciudadano.
Fue entonces cuando Ximo Puig se desmarcó. Tuvo el arrojo de bajar impuestos contra la voluntad de la Moncloa, que presumió de haber abroncado al presidente valenciano y cuestionó públicamente su decisión.
Fue valioso que un Ejecutivo socialista se atreviera a combatir la apología de trazo grueso que Sánchez hace de los impuestos. Puig y España defendieron con solvencia que bajar tributos, si se reducen para aliviar a las clases medias y bajas, es una medida progresista.
Alguien que piensa como dijo pensar hace un año Arcadi España no puede estar hoy en contra de que Carlos Mazón introduzca bonificaciones para que paguen menos IRPF las rentas bajas por ir al dentista, comprarse gafas, hacer deporte o tratarse de salud mental, enfermedades raras o alzhéimer.
Tampoco de que introduzca tipos superreducidos para que jóvenes, familias numerosas, personas con discapacidad y mujeres víctimas de violencia de género paguen menos Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) al comprar su primera vivienda -cuando esta valga menos de 180.000 euros-.
Si la reforma de Puig fue "progresista", esta lo es todavía más, porque se dirige con mayor precisión a las clases medias y bajas. Cabe recordar que, de los 150 millones de euros que dejó de recaudar hace un año el Gobierno de PSPV-PSOE y Compromís, 50 fueron en beneficio de las rentas medias, de entre 30.000 y 60.000 euros.
El paquete de bonificaciones del IRPF de Mazón, en cambio, se dirige a las rentas individuales de menos de 32.000 euros anuales o conjuntas de 48.000 euros, a las que reduce los impuestos en más millones: un total de 180. La cifra sube a 199 millones con la rebaja del ITP. Y algo muy importante: ambas rebajas fiscales son acumulables. Carlos Mazón mantiene vigente la "reforma fiscal progresista" de Ximo Puig.
Las cifras son tan contundentes que solo han dejado a la oposición la vía de la demagogia para expresar una crítica contundente. Y la están centrando en la rebaja de los impuestos de Sucesiones y Donaciones. Sobre la misma, el discurso de España es el siguiente: "Mazón perdona 350 millones de euros a solo 24.000 personas, baja los impuestos a los ricos".
De entrada, tergiversan la cifra, porque por ambos impuestos se recaudaron, como bien sabe Arcadi España, 166 millones de euros en 2022, no 350. Este último dato es el presupuestado al alza para 2023, pero la recaudación real en el presente ejercicio se espera similar, según la Conselleria de Hacienda.
Y más allá del dato, decir que la rebaja en Sucesiones y Donaciones es "perdonar impuestos a los ricos", es una afirmación discutible. Es cierto que son las clases altas las que heredan y donan por mayor valor. Pero la cuota que se paga es progresiva en función de lo traspasado.
Aunque la cuota se haya bonificado al 99%, del 1% restante pagará más quien más recibe, como ocurre con el IRPF. Las rentas medias y bajas serán, en consecuencia, las más beneficiadas, aunque esta rebaja beneficie a todos los contribuyentes. En el caso de las donaciones, el umbral exento estaba muy bajo, en solo 100.000 euros, de modo que muchas familias humildes estaban obligadas a pagar.
En el futuro habrá razones de mayor peso para decir que Carlos Mazón perdona impuestos a los ricos, porque su programa electoral incluye la práctica supresión del impuesto de Patrimonio. Pero lo cierto es que el presidente del PP ha empezado por aliviar, fundamentalmente, la presión fiscal a los menos pudientes, tal y como demuestran las cifras.
Posdata: si la izquierda valenciana está tan preocupada por que paguen más los que más tienen, debería señalar más al Gobierno de Pedro Sánchez, que es el que cobra el mismo porcentaje de IVA a Juan Roig que al ciudadano más desfavorecido.
Este impuesto, el más injusto con diferencia, es el segundo por el que más se recauda en España, solo por detrás del IRPF, y las cuotas que se pagan en nuestro país están entre las más elevadas de Europa.