Tiene veinte restaurantes, siete vecindarios, un parque acuático, un rocódromo, balcones virtuales en los camarotes interiores y la conexión a internet más rápida en alta mar, VOOM, para que no te cortes a la hora de dar envidia en las redes sociales. Una pequeña réplica de Central Park hace de pulmón verde a bordo y por supuesto, que no falten las piscinas, jacuzzis, spa, 'fitness centre' y cócteles por doquier.
La comparación con el Titanic era inevitable. El Harmony of the Seas es cinco veces el transatlántico británico. Lleva buques para todos y su viaje inaugural fue todo un éxito. Pretende impresionar con su tamaño: más grande que la Torre Eiffel y de las dimensiones del Empire State. Aunque en este caso, en lugar de desplazar a personas a la tierra de las oportunidades, su última finalidad es que sus pasajeros disfruten de las mejores vacaciones en familia durante un máximo de siete días.
Navegará durante todo el verano por el Mediterráneo. Zarpa y atraca en Barcelona y hará parada en Palma de Mallorca, Provenza, Florencia/Pisa, Roma y Nápoles. Y a partir de octubre partirá hacia el Caribe para establecer su base en Florida y que la costa centroamericana pueda también disfrutar su verano en el buque más grande construido hasta el momento. Al margen de los atractivos destinos que visitará, el barco es un destino en sí mismo. Hasta te dará rabia bajarte para visitar dichas ciudades y dejar a un lado todas las actividades y variedad de entretenimiento que se ofrece a bordo.
Los espectáculos son muy dignos de ver. Desde el musical de Grease, que se alojará en un teatro precioso de estilo clásico, pasando por monólogos de cómicos, musicales sobre hielo hasta un imperdible espectáculo acuático el Aqua Theatre, en la popa del barco, que combina saltos acrobáticos con natación sincronizada y con las vistas de un atardecer en alta mar.
Entre la gran oferta gastronómica, son destacables el restaurante Wonderland, de cocina molecular y con un toque de Alicia en el País de las Maravillas en el que la magia tiene un gran protagonismo y el italiano Jamie’s, donde la variedad de Antipasti es uno de sus fuertes. Además, hay un Bionic Bar, una coctelería en la que los camareros son robots programados para crear tu cóctel favorito. “Queríamos ver cómo utilizando la tecnología de los robots podíamos ayudar a la gente a convertirse en bartender por sí mismos, que pudiesen ser sus propios cocteleros”.
“La idea es utilizar una aplicación para ayudar al usuario a entender como se hace la receta del cóctel perfecto. Puedes elegir los ingredientes que más te gusten y ver cómo el robot lo hace realidad”, cuenta Alessandro, manager del establecimiento.“Los movimientos del robot están creados a semejanza del humano. Contratamos a una bailarina newyorkina para simular sus movimientos”, narra. Eso sí, aun no son capaces de flirtear con los clientes.
Mejorando la eficiencia
Pese a la controversia que las emisiones de este tipo de ciudades flotantes generan, en Harmony of the Seas aseguran que son los más eficientes energéticamente de la industria.
Según reconoce el vicepresidente de gestión medioambiental de Royal Caribbean, Rich Pruitt, “este barco es más de un 20% más eficiente que su homólogo, el Allure of the Seas gracias a más de 200 iniciativas”. “El 60% del consumo de energía del barco se utiliza en la propulsión. Por lo que hemos hecho cambios para mejorar la eficiencia energética. Utilizamos un sistema de lubricación por aire llamado ALS (en inglés: a lubrication system) el cual hemos mejorado y nombrado como ALS 2.0, es la última generación de sistemas de lubricación por aire y se basa en expulsar aire comprimido en la base del barco para reducir la fricción con el agua”, admite.
En cuanto a la gestión de residuos y la contaminación que estos producen, este crucero cuenta con una de las plantas de gestión de residuos más sofisticadas. “Existe un mito que dice que la industria del crucero genera muchos residuos peligrosos. Hemos trabajado mucho en este tema y hemos conseguido reducirlos a casi cero”, asegura el oficial de medioambiente del Harmony of the Seas, Peter Roy.
Utilizan un sistema SCRUB que consigue reducir en un 90% la presencia de sulfuro en el agua, además de un centro de purificación de aguas grises que funciona mediante un proceso combinado de tipo físico, químico y biológico. “Tenemos un laboratorio a bordo y cada día hacemos pruebas con las aguas residuales. Medimos el pH, cloro, partículas, DOD y las bacterias presentes en ellas. En su día buscamos cuáles eran las normativas más exigentes en el mundo, que son las de Alaska, y hemos establecido unos límites que se encuentran por encima de los estándares de dicho país. Tengo total confianza en que el impacto es nulo”, detalla Roy.
Una ciudad paralela para la tripulación
Tal y como suele ocurrir en este tipo de cruceros, a los tripulantes no se les permite utilizar la mayor parte de las instalaciones de los huéspedes en su tiempo libre. El barco es su casa durante ocho meses consecutivos y para que se sientan como tal y conserven intacto su buen humor y amabilidad, cuentan con varias cantinas, tres discotecas y toda una ciudad paralela de trabajadores. “Es un trabajo muy bonito. Yo llevo más de veinte años trabajando en barcos de este tipo y muchos de mis compañeros se han convertido en mi familia. Tengo la oportunidad de viajar a sitios maravillosos sin gastar casi nada. Y las propinas son un puntazo”, cuenta Anik, de Bangadesh, uno de los empleados.
El Harmony of the Seas cuenta con más de 25 nacionalidades a bordo y el idioma oficial es el inglés. En las insignias con el nombre y país de procedencia de los tripulantes también se muestra una banderita que informa a los pasajeros de la otra lengua que hablan.
El Harmony of the Seas en datos
Pesa 226,963.000 toneladas de registro bruto, tiene 362 metros de eslora, 65,7 metros de manga, 9,1 metros de calado y viaja a 22 nudos de velocidad de crucero. Sus 18 cubiertas, comunicadas mediante 24 ascensores, dan cabida a 6.780 pasajeros y 2.100 tripulantes. Una auténtica ciudad flotante diseñada para el disfrute. A Royal Caribbean le ha costado un total de 1.500 millones de dólares fabricar este navío.
El precio de un pasaje en este barco de ensueño en los meses de julio y agosto oscila entre los 1.490€ (camarote interior) y los 5.000€ (la quincena más cara en un camarote de lujo). Si estás dispuesto a invertir en esta experiencia única, puedes echar un vistazo a los precios y fechas disponibles aquí.