Imagen de archivo de dos mujeres jóvenes con vestidos de noche que se hacen un selfi.

Imagen de archivo de dos mujeres jóvenes con vestidos de noche que se hacen un selfi. iStock

Vivir

El síndrome del momento perfecto o por qué estamos insatisfechos en los momentos más felices

El ocaso de las redes sociales ha provocado que muchos se obsesionen con los cumpleaños, las bodas y los viajes perfectos. 

14 enero, 2024 15:24

Es el día de tu cumpleaños y te han organizado una fiesta estupenda, pero no consigues relajarte; te da la sensación de que todo no está yendo a la perfección y te obsesionas con los detalles más ínfimos. Y las redes sociales tienen mucho que ver con ello. Buscar lo estético y lo romántico cuando se escrolea en Instagram o TikTok se ha convertido en algo natural y hay personas que se obsesionan con replicar las escenas de cuento de hadas que visualizan. Esta obsesión por la perfección y lo estético tiene nombre: el síndrome del momento perfecto. 

Este estado mental fue definido en un primer momento por la escritora Sarah Wilson, en su superventas First, We Make the Beast Beautiful. Es cuando "pensamos que la vida debe funcionar de una determinada manera y en unas medidas determinadas a unas determinadas proporciones". O lo que es lo mismo, cuando las expectativas están demasiado altas y cuando no se corresponden con lo vivido en ocasiones especiales o acontecimientos vitales llega un sentimiento de ansiedad y decepción. 

Para entenderlo mejor sugirió algunos supuestos en los que se presenta: se piensa "que los cumpleaños siempre son felices; que una semana en Tailandia nunca debe ser relajante; que una cita largamente esperada con tu pareja en un restaurante especial os unirá más". 

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En un artículo para la página web de Wilson, se caracteriza a las personas que lo tienen: "Creen que estos momentos deben desarrollarse de acuerdo con un guion predefinido, que tiene como resultado la felicidad y la perfección". Y si no ocurre de tal manera, el día está arruinado. 

El primer paso para superar el síndrome del momento perfecto es ser consiente de que se está sufriendo. Y saber que no eres la única persona del mundo que tiene esta forma de perfeccionismo. Por eso, no hay que ser tan duro con nosotros mismos cuando nos angustiamos por una expectativa no alcanzada.

No dejar espacio a la decepción

La coach de ansiedad en las relaciones, Sarah Yudkin, compartió a través de TikTok su perspectiva sobre cómo plantar cara a este síndrome: "Lo que he descubierto por mí misma es que cuando tengo un estándar muy alto de cómo deberían ser exactamente las cosas, deja mucho espacio para la decepción y para que yo sienta que la experiencia que acabo de tener no fue lo que debería haber sido". 

El vídeo resonó entre los espectadores, que se identificaron con la lucha por gestionar las expectativas. La usuaria thebaldswiftie reseñó que "mi rasgo tóxico es que estoy escuchando esto pensando 'sí... todas esas cosas DEBERÍAN ser eso. y sí me molesta si no lo son' 😅🤷🏻‍♀️".

Mientras que Emmyler comentó una reflexión que ha resonado con muchos consumidores de la red social: "No comemos mucho fuera, así que siempre me cuesta pedir en los restaurantes porque parece que tiene que ser la mejor comida del mundo". 

[El síndrome de la perfeccionista: cómo detectarlo y corregirlo]

Tal como recogió Bustle, el psicólogo clínico licenciado Kamran Eshtehardi dijo que "la razón por la que el síndrome del momento perfecto conduce tan sistemáticamente al daño y la angustia es porque es literalmente imposible que todo salga perfecto todo el tiempo".

Y además, señaló que algunas personas son más propensas a sufrir este tipo de perfeccionismo. Son personas que, según Eshtehardi, buscan los problemas o los 'peros' porque arrastran un historial de pesimismo y de "sentir que las cosas van mal para ellos y esperan que eso continúe". 

Mindfulness y flexibilidad

La artífice de este concepto recomienda algunas estrategias para enterrar el pensamiento rumiante de 'lo que pudo haber sido' y vivir el presente. La primera es "practicar el mindfulness [atención plena], permanecer en el momento y aceptar y apreciar lo que surja en lugar de vivir en un estado de expectación". 

El siguiente paso es "practicar la flexibilidad ante lo imprevisible de la vida y dejar de lado cualquier esfuerzo por controlar el momento". En el sitio web de Wilson también se recomienda acudir a terapia si el perfeccionismo es un problema constante. Otra herramienta útil es gestionar las prioridades en torno a un acontecimiento determinado.

Wilson también sugiere que otra de las claves pasa por gestionar las expectativas, siempre con los pies en la tierra. Las personas con síndrome del momento perfecto tienen que "establecer expectativas realistas para las ocasiones especiales y comprender que no siempre pueden salir según lo planeado, y eso también está bien".

Soltar el control y la autocompasión son las dos actitudes que hacen falta para superar el síndrome. Porque, señala Wilson, "A veces, los mejores momentos ocurren cuando te dejas llevar y permites que las cosas se desarrollen de forma natural". Si aun con esto estos consejos no se logra mantener a raya el perfeccionismo, recomienda acudir a terapia para llegar al fondo de la cuestión.