La jornada de clausura de Wake up, Spain! tenía como protagonistas destacadas a tres ministras del Gobierno de España y a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. La vicepresidenta tercera, Yolanda Díaz, y las titulares de Educación e Igualdad, Isabel Celaá e Irene Montero, exponían sus medidas sociales para el futuro de España en el contexto de la crisis económica y sanitaria vigente, mientras Ayuso hacía lo propio con sus recetas liberales para ese mismo futuro.
Tanto la líder autonómica como las representantes del Ejecutivo de Pedro Sánchez, quien el pasado lunes inauguraba el evento celebrado esta semana en Madrid, coincidían, al margen de sus diferencias ideológicas, en un diagnóstico común: el de la oportunidad histórica que para nuestro país suponen los fondos Next Generation de la Unión Europea (UE) aprobados en 2020 por los principales líderes comunitarios.
"Tenemos una oportunidad única, como país y como región, para aprovechar esta revolución, que en la Revolución Industrial España estaba a otras cosas, pero que sin embargo ahora nos pone casi la oportunidad para chutar a gol" afirmaba Ayuso de forma gráfica al inicio de su ponencia. Centrando el diagnóstico en su terreno como titular de la cartera de Trabajo, Díaz se refería al futuro digitalizado y a sus implicaciones en el mercado laboral.
"La robotización no será una debacle inevitable para el empleo si no queremos que así sea. Y esa es la obligación de los poderes públicos. Las decisiones las tomamos nosotros como sociedad, no las toman las máquinas" sentenciaba la ministra, el miembro más importante de Podemos en el Ejecutivo tras la salida del mismo del líder morado, Pablo Iglesias.
Apenas un par de horas antes, en el mismo estrado, Ayuso presumía de que "ya antes de la pandemia" hasta "el 75% u 80% de la inversión extranjera viene siempre a la Comunidad de Madrid, por haber sido, desde hace muchas décadas, una región libre, liberal, y de políticas flexibles y atractivas". Un hecho que a su juicio se ha multiplicado con la pandemia, "una gran dificultad a nivel mundial" aseveraba.
La FP, punto de encuentro
Aterrizando en materia educativa, la presidenta madrileña del PP blasonaba de su apuesta por la Formación Profesional (FP). "De hecho, este último año ha habido más matriculados de FP que de Bachillerato" especificaba.
En una ponencia anterior, la titular de Educación, Isabel Celaá, también ponía el acento en la FP. Lo hacía enfatizando, de cara a la futura Ley de FP que ultima el Gobierno, que para llevarla a cabo con éxito es "imprescindible" el concurso de las empresas o, en otras palabras, la "colaboración público privada".
De cara al futuro tecnificado que se dibuja en el horizonte con los fondos europeos, Celaá aseguraba que los alumnos deben aprender a convertirse en "ciudadanos dotados de competencias multifacéticas e integrales".
A la misma colaboración entre la Administración y la iniciativa privada aludía Irene Montero. La titular de Igualdad (además del presidente Sánchez Wake up, Spain! ha contado con la participación de otros ocho miembros de su Gabinete) emplazó durante su discurso a los empresarios a integrar los ciudados en su política de personal.
En ese contexto, anunció la creación de un "mapa de los cuidados" en todo el país. Un proyecto para el que se emplearán los fondos europeos y que la ministra definía así: "Para que toda persona que necesite cuidados sepa adónde acudir, y que allí desde lo público, se le expliquen todos sus derechos y cómo acceder a ellos".
Díaz, Ayuso y el futuro
Dos de las mujeres con máyor poder institucional de España, Ayuso y Díaz, disertaban en la primera edición de Wake up, Spain! sobre el futuro de un país y de su sociedad en el que van a participar como gobernantes.
La presidenta madrileña hablaba del teletrabajo como una realidad "que ha llegado para quedarse"; la vicepresidenta tercera alertaba de la "temporalidad desmedida e injustificada" como uno de los males del mercado laboral al margen de su modernización con medios digitales.
Ayuso recordaba como un hecho "emocionante" de su gestión cuando, ante el "tsunami" de la pandemia -cuando su Gobierno decidió cerrar los colegios antes incluso de que se declarase el primer estado de alarma para el confinamiento- se decidió unir "bajo un mismo mando a la sanidad pública y a la privada".
Díaz defendía el papel de España en Europa que ya no es, afirmaba con énfasis, el de unos "aprendices acomplejados de europeidad. Estamos en condiciones de realizar aportaciones constructivas y de jugar un papel relevante en la también reconstrucción europea" sentenciaba.
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