El Seat León en el MUSAC, el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León.

El Seat León en el MUSAC, el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León. Jorge Barreno

Pon un león en tu vida

Viajamos a León en el Seat León que El Español sortea por su aniversario

En total, más de seis horas de viaje en un coche confortable, con la última tecnología de la marca española.

28 noviembre, 2020 01:23
Domingo Díaz Jorge Barreno

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—Nos vamos a León.
—¿Carrazo, no?
—Como el Seat León que sortea EL ESPAÑOL entre sus suscriptores con motivo del V aniversario del periódico y en el que en el siguiente enlace se puede participar.


— El acabado es espectacular. ¿Te gusta?
—¿Qué vamos a hacer?
—Ahora te explico.

La conversación con mi compañero Jorge antes de partir hacia León habría sido similar a la de otro par de reporteros. Esperábamos que fuera un viaje más, como los que habíamos hecho hasta el momento. Al final, nada más lejos de la realidad. Ir a León en plena pandemia puede quedar muy lejos de las expectativas. Íbamos a tener ante nosotros una gran oferta gastronómica, preciosos paisajes, arquitectura contemporánea y renacentista, peregrinos del Camino de Santiago… O no.

Con un Seat León en León Jorge Barreno

Puede que la crisis del coronavirus marque cualquier viaje. Este, sin duda, lo hizo. La comodidad del Seat León no evita que fuera de su habitáculo la vida siga siendo la misma. Hay restricciones que marcan todo lo planeado: la Covid-19 también se ha hecho palpable en la carretera en los últimos tiempos. Los carteles de la DGT lo dejan claro: “Estado de Alarma”.

Circulando por el asfalto, la Guardia Civil nos hace un control a la salida de la Comunidad de Madrid. No podemos pasar a Castilla y León si no tenemos un motivo justificado. “¿Dónde van?”, nos dice el agente. A León, contestamos al unísono. “¿Por el mismo motivo los dos?”, nos replica. La respuesta afirmativa y el amago de enseñar los papeles que habíamos preparado en el atasco nos abren el paso. “Sigan”, dice como si fuera un árbitro que da la ley de la ventaja en fútbol.

Imagen del control para acceder a Castilla y León.

Imagen del control para acceder a Castilla y León. Jorge Barreno

Un cartel señala AP-4. Nos extraña. Esa carretera es la andaluza. No debimos verlo bien, vamos por la A-6, dirección A Coruña. A lo largo del trayecto cuesta que se vea la señal de León. ¿Seguro que no nos hemos equivocado? Vamos, bien, confirma el copiloto. Más de 3 horas de viaje que casi no se notan y transcurren de forma rauda. El Seat León pilotado tiene unas características inmejorables. En nuestras manos y pies, la última tecnología de la marca española, la misma del Seat León e-Hybrid que sorteará EL ESPAÑOL entre sus suscriptores.

No hay más controles: entramos en León sin problemas. Vamos a ver zonas claves, dónde nos situamos, dónde está el hotel y marcamos la ruta. El Puente de los Leones hay que verlo. ¿Nos dejarán entrar con el coche en la Catedral o tendremos que ir andando? El Museo de Arte Contemporáneo (Musac) es una maravilla arquitectónica contemporánea en una ciudad con mucha historia.

En los límites de la ciudad de León con el nuevo coche de Seat que sortea El Español.

En los límites de la ciudad de León con el nuevo coche de Seat que sortea El Español.

Ciertamente, también es pequeña en comparación con otras capitales españolas: poco más de 140.000 habitantes. Algunos más si contamos el alfoz. En fin, hay mucho que visitar. Más nos vale darnos prisa.

Los orígenes de León se remontan a la época romana. La Legio VII Gemina se estableció entre los ríos Bernesga y Torio, hacia el año 68 del calendario actual. Ese asentamiento se acabaría convirtiendo con el paso de los años y las conquistas en lo que hoy conocemos como León.

Seat León a la entrada de la ciudad.

Seat León a la entrada de la ciudad. Jorge Barreno

Ahora aquí se viven días complicados. El coronavirus está azotando la ciudad, igual que a toda la región. Los hosteleros están en pie de guerra por las medidas que está tomando tanto el gobierno local como el regional. Llevan varias semanas sin poder abrir sus locales si no es para ofrecer comida a domicilio. Un auténtico quebradero de cabeza. En los restaurantes cuelgan carteles: “Queremos ser hosteleros alemanes”.

Mientras, el periódico Diario de León abría su portada la pasada semana con un titular que chocaba con la situación vivida por los trabajadores: “La corporación municipal se sube un 2% los sueldos que congeló el año pasado”. En fin.

El Seat León, en una rotonda junto a San Marcos

El Seat León, en una rotonda junto a San Marcos Jorge Barreno

Desde Madrid, hemos tardado algo más de 3 horas en llegar a la capital leonesa. Antes de disfrutar de la gastronomía, nos dirigimos a la catedral. Fernando III ‘El Santo’ propició la construcción de esta Catedral de Santa María en el siglo XIII. La misma se abriría al culto alrededor del 1.302. Imponente y majestuosa, de arquitectura gótica y colmada por espectaculares vidrieras.

Alrededor de este monumento, algo llama nuestra atención. “¿Eso es un hospital?” En el clavo. Si un día hacemos un reportaje sobre los hospitales más curiosos y majestuosos de España -al menos en cuanto a fachada-, será obligatorio parar aquí: el edificio de la Obra Hospitalaria de Nuestra Señora de La Regla. No data su fecha de construcción de tiempos demasiado lejanos. Llama la atención que se construyera con restos del Palacio de Renedo.

Seat León junto al mirador de San Marcos en León.

Seat León junto al mirador de San Marcos en León. Jorge Barreno

Sin embargo, no podíamos dejar nuestro asombro aquí. El casco histórico de León tiene muchas piezas que visitar. Es peatonal, así que habíamos dejado el coche en el párking de Santo Domingo, a buen recaudo. La salida da acceso a la plaza que porta el mismo nombre, una de las conexiones entre centro neurálgico e histórico. Allí se sitúa una de las tres construcciones que Gaudí realizó fuera de Cataluña: la Casa de los Botines.

Las antiguas murallas medievales aún en pie nos llevan a la plaza de San Isidoro. Aquí se encuentra La Colegiata o Basílica de San Isidoro, que alberga el Panteón de los Reyes. Imperdibles, el Barrio Húmedo y el Barrio Romántico.

Dos mujeres pasean con mascarilla junto al Seat León.

Dos mujeres pasean con mascarilla junto al Seat León. Jorge Barreno

Es necesario reseñar que no toda la belleza de León se concentra en el casco histórico. Pruebe a pasear sobre el puente de Los Leones, le sorprenderán las vistas a su alrededor. Tiene que visitar el Musac y admirarlo también por fuera. No olvide caminar por las calles de León, que se llevará una grata sorpresa si es de los que gustan de admirar la arquitectura.

Además, guarde un par de horas para visitar con tranquilidad el parador e iglesia de San Marcos. Los orígenes de este lugar se remontan al siglo XII y se convirtió en un hospital refugio para los peregrinos del Camino de Santiago. A sus pies, un monumento actual al peregrino así lo confirma. También los medallones bajo su linde. En los siglos posteriores se realizaron modificaciones a este edificio que acabó por convertirse en una de las grandes obras del Renacimiento español. Actualmente hay reformas en este lugar a la orilla del Río Bernesga.

La ruta gastronómica

Cruzando el Puente de los Leones de León.

Cruzando el Puente de los Leones de León. Jorge Barreno

Quizás no era el momento, pero las oportunidades llegan de forma inesperada. Habíamos oído hablar de las tapas de León. Nos habían contado maravillas de las carnes que se sirven en el lugar, del cocido… Teníamos hasta la ruta casi planificada de dónde íbamos a comer.

Sin embargo, a las primeras de cambio se deshizo todo el mapa.

Junto al Puente de Órbigo, un pueblo leonés con gran tradición para peregrinos del Camino.

Junto al Puente de Órbigo, un pueblo leonés con gran tradición para peregrinos del Camino. Jorge Barreno

—Disculpe, ¿algún sitio para poder comer? —preguntamos a la recepcionista del hotel.

—Ninguno, tiene que ser todo a domicilio o recoger.

—¿Alguna recomendación?

—Denle al botón 9 del mando de la televisión y tienen la carta de pizzas.

—¿No hay otra cosa?

—No.

En realidad, la última respuesta era sí. Pero ellos tienen un acuerdo comercial y nosotros íbamos con prisas y no tuvimos más remedio que pasar por el aro. No fue hasta el día siguiente cuando pudimos degustar los platos típicos de León.

Una carne de ternera poco hecha y al punto. Una delicia, aunque fuera para llevar, de uno de los pocos restaurantes abiertos que había en el centro de León. El resto, con post-it colocados por ciudadanos anónimos en la puerta en señal de apoyo.

Era el momento de partir. El espacioso Seat León se agradecía a la vuelta. El copiloto casi se duerme: el coche, amplio y cómodo, parecía estar casi parado mientras circulaba a 120 kilómetros por hora por la A-6 de vuelta a Madrid. Hora de zanjar el viaje con un único pensamiento: hay que volver a León para degustarlo.

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