David Verdaguer recrea la portada de 'La casa', el cómic de Paco Roca que dirige Álex Montoya.

David Verdaguer recrea la portada de 'La casa', el cómic de Paco Roca que dirige Álex Montoya.

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El cómic más emocional de Paco Roca da el salto al cine, "siento haber heredado el sueño de mi padre"

El dibujante avanza el rodaje de 'La casa' en Llíria, uno de sus proyectos más personales y reconocidos internacionalmente.

22 noviembre, 2022 06:07
Alicante

La muerte del padre lleva a tres hermanos a regresar a la casa en la que veraneaban de pequeños. ¿Qué hacen con ella? ¿La arreglan o la venden? Ese es el argumento con que el valenciano Paco Roca creó su obra maestra La casa. Ahora el director Alex Montoya está rodando en Olocau, en ese mismo lugar que inspiró la historia, la adaptación al cine.

Roca renuncia durante un par de meses a este lugar tan especial para que la ocupen actores como David Verdaguer, Marta Belenguer o Miguel Rellán y compongan una nueva familia. Y a pesar de eso asegura que "no me he involucrado demasiado en este proyecto".

Montoya, director de Asamblea y Lucas, se hizo con los derechos de adaptación antes de realizar ambas y ha estado en diálogo durante estos años con Roca, como cuenta este. "Hemos hablado mucho durante este tiempo y, sobre todo, de las dificultades que suponía el convertir La casa en película, que yo creo que es muy diferente a Arrugas, por ejemplo, y a El tesoro del Cisne negro".

Si en esas dos obras considera que se partía de "una estructura en narrativa mucho más firme", con esta lo veía más difícil porque "va mucho de emociones". La habilidad con que lo ha sabido plasmar en viñetas que han conquistado premios tan prestigiosos como el Eisner por "demostrar el paso del tiempo, la contemplación y esos pequeños detalles" supondrán un reto para Montoya. "Eso en el mundo del cine no siempre es fácil", concede Roca.

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Por eso, después de años de conversaciones y de preparación, Roca no sabe cómo será el guion en el que están trabajando estos días en esta casa de Llíria. "Creo que no ha querido asustarme con el guion", confiesa el autor, quien explica que el director ya le advirtió de los cambios que venían. Y ahí Roca asegura "que confío mucho en que lo va a sacar adelante".

Sí reconoce que tiene mucha curiosidad por ver el resultado de una producción que dará nueva vida a su ya clásico. Y en esa nueva etapa tiene claro que "tiene que ser así". "Si el cómic funciona es porque es una historia contada en cómic y la película tiene que funcionar independientemente de que se parezca o no al cómic. Tiene sus propios códigos y su propio lenguaje", razona. De ahí que concluya en este sentido que "tienes que asumir esto una vez cedes los derechos y luego no rasgarte las vestiduras porque no sea exactamente igual".

Esa confianza en un material que tiene una gran implicación autobiográfica nace también de la amistad que se ha forjado entre ambos durante estos años de preparación. "Para mí esa es una historia muy personal y, de hecho, él ha querido ser totalmente fiel", recalca Roca. Hasta el punto, pone de ejemplo, de querer ir a rodar a esta localidad valenciana, en lugar de recrear la vivienda en unos estudios.

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Esa voluntad es la que representa también cómo fue el proceso de creación del cómic. Si Roca partía de una experiencia real como la pérdida del padre y los tres hermanos que se reunían para decidir su futuro, a partir de ahí crea una ficción. "En eso funciona muy bien el trabajar con un material, que sabes que es realidad, pero en el que tienes una cierta distancia para poder meter toda la reflexiones y todas las dudas que te quedaron en su momento", explica.

Ficcionar la realidad

Un proceso en el que se abre un espacio que deja lugar a las ambigüedades. "Mis hermanos no entran en el drama en sí porque saben que es ficción —o yo se lo he vendido como que es ficción—, aunque es enteramente la realidad". Al retratar la relación de cada uno de los hermanos con su padre se distancia para que los personajes sean otros y no por ello menos reales al incluir pullas entre ellos.

"Puede servir de una forma terapéutica para el autor de poder soltar fuera todo lo que quieres sacar", indica. De ahí que al desnudarse a través de la ficción con base biográfica, "el lector sabe que hay una cierta honestidad detrás que se transmite y también ayuda a que funcione mejor la historia".

Entender el legado

Roca, siempre perfeccionista al repasar su propia obra, sí le decía a Montoya durante el proceso de preparación las cosas que ahora ve diferente al entender la historia. "Hacer La casa me hizo cambiar en el sentido de querer quedarme con ella, de darme cuenta de lo importante que había sido para mi padre y no querer que se vendiese".

"Ahora me veo haciendo muchísimas cosas de las que hacía mi padre que me parecían absurdas: me levanto pronto y me pongo a podar los árboles o arreglar esto y lo otro. Me parece muy bonito el haber mantenido esa casa porque siento que ese sueño de mi padre, al fin y al cabo, lo he mantenido yo. Y ese árbol que él plantó que ya no vio crecer, pues yo lo estoy viendo crecer, lo estoy cuidando y estoy pensando también en que mis hijas algún día quizás también hagan lo mismo".