"Si te metes en Twitter y ves mensajes como el típico mensaje de un periódico dedicado a un deportista del colectivo LGTBI y las respuestas son caritas vomitando, ¿qué motivos tienen esa gente para escribir esas cosas?". Así resume una deportista lo que es vivir la LGTBI-fobia ahora. Un ejemplo gráfico antes de que este jueves la Universidad de Alicante analice este fenómeno.
"La realidad que existe hoy no es la de hace diez años", se arranca uno de esos ponentes en la mesa redonda de la facultad de Educación, Toni Travieso. Este profesor universitario es vicepresidente de Panteres Grogues, una asociación deportiva surgida en Barcelona a mediados de los años noventa. Y con eso señala que "ha cambiado a mejor y peor".
En lo segundo coincide Jose Ferri: "Somos conscientes de que hay un aumento impresionante en los delitos de odio contra la comunidad LGTBI". Este analista valenciano, que ha asesorado al Ayuntamiento de Valencia en la campaña para conseguir los Gay Games en 2026, también participa en esta mesa y tiene claro que la visibilización es una forma de "luchar contra los problemas que tienen los atletas del colectivo LGTBI".
Y otra forma de ayudar a frenar la expansión de los mensajes de odio es mediante los análisis como este encuentro que la UA acoge dentro de las celebraciones de día contra la LGTBI-fobia en el deporte. Ahí Roberto Mohedano, director del secretariado de responsabilidad social, valora que "la universidad es una burbuja inclusiva donde está bastante aceptado y a la orientación sexual no se le da importancia".
Espacio de libertad
Mohedano reconoce los problemas que sí existen. Y se lo han dicho cara a cara. "Un alumno me dijo que 'cuando llego a la universidad es cuando tengo libertad para expresarme porque antes me he estado reprimiendo por miedo a ser insultado o maltratado'. Y por eso me siento orgulloso de que la universidad se tocan esos temas con naturalidad y carácter inclusivo".
Ese contexto forma parte de lo que ha mejorado el tratamiento de la LGTBI-fobia en el deporte, como mencionaba Travieso. "Hay deportistas de primer nivel que lo pueden decir y no tienen problema y pueden seguir jugando al fútbol", cuenta en referencia a Josh Caballo. Este jugador de la liga australiana se convirtió en el primer profesional del fútbol en activo que se presentaba como homosexual. Y por eso recibió el aplauso mundial aunque luego sufrió los insultos en los partidos.
Menos patrocinios
Estas consecuencias que reconoce también Travieso son las que constituyen esa cara negativa que señalaba antes. "La cara mala es que en los campos deportivos gritan maricón o marimacho", critica, "y hay mucha gente en el armario que no sale al público por sus seguidores y por los patrocinadores". En particular, remarca, en el fútbol, "quizá por ser el deporte que tiene mayores seguidores es donde hay más LGTBI-fobia".
A esos ejemplos Ferri contrapone de nuevo los Gay Games como "el mayor evento de visibilización y de humanización —porque no me gusta hablar de normalización—, de los deportistas del colectivo LGTBI". Un proyecto que se celebra cada cuatro años y que arrancó en 1982 en San Francisco y que cuatro décadas después "parece que no es suficiente la visibilización" que han ofrecido "y que los atletas LGTBI pueden tener problemas de patrocinios".
Soluciones
Travieso considera que estas situaciones son resultado de la ignorancia "porque la gente tiene miedo a lo que no conoce y piensa que le puede afectar". Ese considera que es un ejemplo de que "no estamos en el nivel de una sociedad que hace leyes para arreglarlo". Por eso, "se lucha educando, porque falta mucha educación a los deportistas, árbitros, entrenadores, vestuarios, a los padres que van a ver partidos... Eso es lo más importante".
Ferri insiste en este apartado en que con "la organización de unos juegos de esta magnitud se abre un campo de humanización". Una actitud para la que Travieso reitera la petición de seguir legislando, "que haya leyes para que la gente se sienta libre y apoyada". Con eso, más los avances de figuras que hablan de ello con normalidad siente que "tenemos referentes que pueden servir".