Los regantes del Matarraña hacen cuentas de los daños por la DANA: "Hay campos que han desaparecido"
El agua destrozó a su paso multitud de acequias, azudes y todo tipo de infraestructuras en distintos puntos de la comunidad de regantes del Matarraña.
Preocupación entre los regantes del río Matarraña por los estragos causados por las riadas y la DANA de la pasada semana. Cinco días después de la gran crecida que inundó campos y destrozó infraestructuras, estos profesionales todavía están cuantificando los desperfectos causados por el agua, que alcanzó un caudal de 670 metros cúbicos/segundo en la estación de Nonaspe.
Así, el agua destrozó a su paso multitud de acequias y azudes en distintos puntos de la comunidad de regantes, que agrupa localidades Beceite, Valderrobres y Mazaleón en Teruel o Maella, Fabara, Nonaspe y Fayón en Zaragoza. Algunas de estas estructuras se podrán reponer con fondos de los regantes, pero preocupan otras más graves como daños en accesos, desprendimientos o tuberías de transporte.
En cualquier caso, el presidente de la Junta de Regantes del Matarraña, Miguel Zurita, explica que todavía no han podido acceder a todos los puntos para hacer una estimación aproximada de los daños. “Hay campos que han desaparecido y se ha llevado arbolado y cientos de metros de caminos próximos al cauce”, ha explicado.
Por ello, el pasado sábado ya tuvieron una primera reunión con alcaldes y administraciones del territorio para exponer esta preocupación y comenzar a analizar los primeros efectos de la riada. “La prioridad era cómo afrontar la situación y a quién y cómo dirigirnos. No tengo ninguna duda de que van a responder como siempre ante una crisis de esta magnitud. Vamos a dar tiempo y que los técnicos valoren los daños”, ha confiado Zurita.
En cualquier caso, desde la Junta de Regantes reconocen que la prioridad ahora mismo debe estar en las zonas más afectadas por la DANA y en recuperar el agua de boca en todos los municipios. “Cada ayuntamiento está, con sus recursos, dar accesos o pasos en caminos para que el vecindario pueda moverse. Habrá una respuesta de las administraciones, seguro”, ha aseverado Zurita.
Durante días, la CHE ha estado vigilando de cerca el Guadalope y el Matarraña por el riesgo de crecidas súbitas y afecciones a municipios, aunque la situación parece ya mucho más controlada. No obstante, desde la Confederación mantenía hasta hace unas horas el aviso por chubascos de alta intensidad y persistentes en el propio Matarraña, donde no podían descartarse más crecidas significativas.