
José Ángel Castellanos ha sido el vicerrector de Política Académica en los últimos años
José Ángel Castellanos, candidato a rector: “El mercado laboral pide personas con gran capacidad de adaptación”
Castellanos cree clave apostar por la formación dual y la flexibilización de los currículos académicos.
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José Ángel Castellanos quiere completar su extensa carrera de gestión universitaria alzándose como el nuevo rector para los próximos años. Actual vicerrector de Política Académica, su experiencia como ingeniero le permite conocer de primera mano las necesidades actuales del mercado laboral, que requiere de alumnos con gran capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías.
Así, Castellanos ve “absolutamente imprescindible” contar con un interlocutor entre la universidad y la sociedad, desde las empresas e instituciones hasta el tercer sector. Consciente de ello, cree clave apostar por la formación dual y la flexibilización de los currículos académicos, permitiendo a los estudiantes elegir no solo materias propias de su plan de estudios, sino también otros elementos de formación que puedan estar a su alcance.
P.- Para empezar, cuénteme, ¿quién es José Ángel Castellanos?
R.- José Ángel Castellanos es un universitario. Es así como me defino. Es una persona que sigue aprendiendo día a día, sobre todo en este periodo en el que nos encontramos. Conocer cada uno de los rincones de la universidad para percibir las necesidades, las ilusiones de la gente, cuáles son sus expectativas, me hace sentirme todavía más universitario. Soy ingeniero industrial por la Universidad de Zaragoza y he desarrollado toda mi trayectoria profesional en el ámbito de la ingeniería, pasando por esa etapa de estudiante universitario, doctorando del Departamento de Informática y Ingeniería de Sistemas, en particular en el grupo de robótica del I3A.
He pasado prácticamente 20 años en distintos niveles de gestión universitaria, desde unos primeros puestos como profesor secretario de mi departamento, pasando por la subdirección de la Escuela de Ingeniería y Arquitectura durante ocho años y luego finalmente como director cuatro años. Durante todos esos años la experiencia fue creciendo y también el conocimiento de la universidad y el que la universidad me conociera a mí.
P.- ¿Por qué ha dado ese paso?
R.- Quiero liderar mi universidad porque yo creo que en este momento, dadas las enormes condiciones de cambio que tenemos alrededor de ella y de la propia sociedad, es absolutamente imprescindible que haya un interlocutor de la universidad con la sociedad, con las empresas, con las instituciones, con el tercer sector. Es un lenguaje más tecnológico, que debe tener en cuenta el perfil humanístico de nuestros egresados, y que debe, en este caso, sentirse arropado por esa sociedad. Ahí, afortunadamente, me siento muy cómodo.
P.- Ha formado parte en estos últimos años del órgano de gobierno con José Antonio Mayoral. ¿Qué se puede mejorar de esa etapa?
R.- Le agradeceré siempre a nuestro rector, José Antonio Mayoral, que contara conmigo en su equipo de gobierno durante estos cuatro años. Como toda institución, estamos siempre inmersos en un proceso de mejora continua. No podemos ser conformistas. A partir de ahora hay que seguir evolucionando. La primera cuestión donde debemos poner énfasis es la principal función de la Universidad, la formación. La formación universitaria es la esencia de por qué estamos aquí. Si no hubiera formación universitaria, no estaríamos nosotros.
Por lo tanto, hemos de ser conscientes de que tenemos una población joven que tiene unas expectativas, que tiene una forma de ver tanto la sociedad como la universidad, diferente a la que teníamos nosotros cuando estudiábamos, y ahora necesitan una mayor capacidad de toma de decisiones. Los quiero implicar mucho más en su propio diseño curricular, que tengan más capacidad para tomar sus decisiones a lo largo de los planes de estudio, que sean conscientes que la universidad no trabaja sola, sino que trabaja de forma abierta hacia la sociedad, y ahí hay algo en lo que tenemos que trabajar.

José Ángel Castellanos presenta su candidatura a rector de la Universidad de Zaragoza.
P.- ¿Cómo se lleva a cabo?
R.- Tengo un proyecto muy interesante de imbricación de la formación profesional con los grados universitarios. Tenemos el plan ‘Talento Unizar 2 más 3’, que, de alguna manera, lo que va a hacer es, tras la consecución de los ciclos formativos de grado superior, que puedan entrar en la universidad de una manera mucho más ordenada y racional de lo que lo están haciendo en este momento.
Tenemos también, en esa flexibilización de la formación, la necesidad de también hacer más colaboración de una manera mucho más estrecha entre la formación oficial y la formación permanente y continua. El estudiantado tiene que tener opciones a lo largo de su trayectoria curricular de elegir no solo materias propias de su plan de estudios, sino también otros elementos de formación que podemos poner a su alcance, a través de las microcredenciales. Se ha abierto la posibilidad de esas materias interdisciplinares, de tal forma que las personas de títulos de una facultad puedan cursar asignaturas de otra facultad como parte de sus estudios, y ahí es donde aparecerá esa transversalidad entre las ciencias, las letras, las humanidades, la salud.
Algo muy importante, que se ha hecho y otras universidades empiezan a replicarlo, es lo que hemos llamado el sello ‘1+5 Unizar’, que consiste en la incorporación en todos los planes de estudio, y eso es lo que hemos venido haciendo en estos cuatro años, de las competencias transversales. Pensamiento crítico, inteligencia emocional, democracia y sostenibilidad, una serie de competencias que son muy demandadas, en este caso fuera de la universidad, en el tejido socioeconómico, empresarial e industrial… Nuestro estudiantado va a poder reforzarse en ellas gracias a ese sello ‘1+5’, que como digo, ya viene del mandato actual en el que nos encontramos, pero que tiene que continuar.
P.- Usted que viene de la ingeniería, ¿es eso lo que demandan las empresas? Por ejemplo, que cualquier alumno egresado o recién salido de la universidad, sea de la rama que sea, tenga conocimientos tecnológicos, que es lo que se demanda hoy en día, ¿no?
R.- Lo que está pidiendo el mercado laboral son personas que tengan una gran capacidad de adaptación, que tengan un conocimiento lo más transversal posible. Por tanto, eso hay que conjugarlo con lo que sería la estructura más tradicional y más clásica de las titulaciones. Es difícil construir titulaciones que sean, digamos, verdaderamente transversales en sentido general. Pero lo que sí que está claro, y eso es lo que hemos puesto encima de la mesa, que es posible que el estudiantado de Historia del Arte, por hablar de uno, pueda cursar asignaturas de una Ingeniería de diseño, por ejemplo, que seguro le permitirá complementar ese conocimiento que tiene de Historia del Arte con esas otras perspectivas más tecnológicas. Eso es precisamente lo que pone encima de la mesa ese proyecto de interdisciplinaridad de la Universidad de Zaragoza.
P.- Siguiendo con los grados, ¿por dónde deben pasar las nuevas titulaciones que se emplaten aquí en la Universidad de Zaragoza?
R.- Se ha hecho ha sido una revisión completa del mapa de titulaciones, tanto de grado como de másteres universitarios. Desde hace unos años tenemos algunos proyectos que ya están en marcha. Uno de los proyectos que ya está en marcha, como digo, es el grado de Ingeniería Aeroespacial que vamos a implantar en el campus de Teruel, por la presencia del Aeropuerto y la empresas alrededor.
Hay otro grado en el que tenemos que invertir tiempo y hay que seguir desarrollando, que es Medicina, en el campus de Huesca. Este año, las personas que han empezado podrán completar toda la titulación, los seis años en el campus de Huesca, y eso es un reto que está puesto encima de la mesa, que llevará mucho trabajo y dedicación por parte de toda la comunidad autónoma.
P.- ¿Preocupa la caída de los nacimientos de cara al futuro de las enseñanzas?
R.- Hemos de ser conscientes de la pirámide de población aragonesa. En unos años, la población entre 17 y 24 años va a ser mucho menor de la que es ahora, y por lo tanto, la universidad tiene que virar, tiene que tomar otras direcciones, uniendo las necesidades de formación continua de la población y las del tejido empresarial e industrial.
P.- ¿Cree que se ha quedado un poco atrás en la universidad en general, en lo que se refiere a las necesidades de la empresa?
R.- Siempre hay un mensaje de fondo, que parece que la universidad va por un lado y la sociedad va por otro. Yo estoy en completo desacuerdo con esa afirmación, sobre todo desde el punto de vista del mundo del que yo vengo, en el que siempre ha habido una colaboración estrechísima entre el tejido empresarial e industrial y la universidad. Aquí hay algo que yo creo que va a favorecer más esa integración, que es la formación dual, que ya estamos trasladando a la enseñanza universitaria.
P.- Estamos en un contexto mundial de avances tecnológicos y de entrada de nuevas tecnologías. La Inteligencia Artificial ya está aquí, por mucho que no nos hayamos acostumbrado aún, ya está aquí. ¿Qué papel tiene que jugar en esa creación de una nueva universidad?
R.- La Inteligencia Artificial lleva con nosotros 50 años. Ahora ha habido unos grandes avances, sobre todo en los modelos de lenguajes de gran tamaño, que son tremendamente potentes. La Universidad de Zaragoza está perfectamente digitalizada. Están todos los procesos gracias al esfuerzo que ya se ha hecho de desarrollo de la administración electrónica, aplicaciones informáticas. Lo que necesitamos hacer es una revisión de los procedimientos, bien sean digitales o bien sean analógicos, que estamos haciendo y que no contribuyen ni tan siquiera a la mejora del puesto de trabajo ni de la formación. Son procedimientos que hacemos y que quizá tengamos que dejar de hacer. Hay otros en los que efectivamente ya existen las herramientas informáticas, pero no están bien comunicadas entre sí.
P.- Existen herramientas potentes de inteligencia artificial, que van a obligar a cambiar las metodologías docentes.
R.- Ahí es donde, sobre todo, va a incidir la inteligencia artificial. Nuestro estudiantado ahora mismo tiene a su alcance unas herramientas nuevas que utiliza en su estudio y lo que tenemos que hacer es que las utilicen para mejorar su aprendizaje, que el profesorado las utilice y las conozca para ir ajustando ese modelo de enseñanza y esa interacción con el estudiantado. Ahí es donde realmente tenemos que cambiar, simplemente siendo conscientes de que hay nuevas herramientas.
P.- Sobre infraestructuras, hace un año se inauguró la nueva Filosofía y Letras, el siguiente camino es la reforma de Medicina. ¿Se va a continuar con esta hoja de ruta? ¿Qué propone para seguir mejorando infraestructuras?
R.- Por supuesto que la hoja de ruta iniciada la vamos a respetar, como no podría ser de otra manera. La Facultad de Medicina ya está, al menos, vallada, empezando a cometer las reformas. En el campus de Huesca, en la Residencia de Niños, pasa exactamente lo mismo. Esa hoja de ruta va a continuar en las Anejas, en Teruel, en todo lo que son las infraestructuras deportivas del servicio de actividades deportivas aquí en el campus de San Francisco. Lo mismo que en el campus de Huesca, en todas las instalaciones deportivas que están en torno del pabellón Río Isuela.
P.- También se avecina un reto mayúsculo con el nuevo DAT Alierta
R.- La universidad tiene que saber aprovechar para su propio crecimiento, porque tenemos instituciones, en este caso, centros, facultades e institutos de investigación que necesitan más espacio. En particular, el propio Instituto de Nanociencia y Materiales de Aragón, que recientemente obtuvo la calificación de Severo Ochoa, que necesita claramente más espacio. La Escuela de Ingeniería y Arquitectura también necesita nuevos espacios por los incrementos de plazas que ha habido en el grado de Ingeniería Informática.
La presencia de ese parque tecnológico de empresas va a dar nuevas oportunidades a la universidad para estrechar más esos vínculos, a través sobre todo de la formación permanente.
P.- En 2026 finaliza el acuerdo de financiación con el Gobierno de Aragón y tocará negociar el nuevo marco. ¿Qué va a poner sobre la mesa del Gobierno de Aragón?
R.- El día que se ha nombrado rector de la Universidad de Zaragoza, la primera llamada telefónica será al presidente Jorge Azcón, que me consta que aprecia la Universidad de Zaragoza. Confío en que se mantengan esas fechas porque hay situaciones que no dependen de la universidad. Las conversaciones tienen que iniciarse en el minuto 1 en el que comencemos el nuevo mandato rectoral. Hay algo que para mí es muy importante y es que haya no solo unos complementos autonómicos, como los hay, de 9 millones de euros para el personal docente e investigador, sino que debe haber algo equivalente en su justa medida para el personal técnico de gestión de administración y servicios para su carrera profesional, para su mejora en las condiciones laborales.
Algo que tendrá que aparecer también, que no está, y es el concepto de mantenimiento de las infraestructuras, que eso es algo que un edificio se construye pero luego tiene una vida, y no corta. Necesariamente tiene que aparecer la revisión continua de todas las infraestructuras docentes, laboratorios, instalaciones. En este momento no existe esa partida presupuestaria y por lo tanto estamos llegando a situaciones en las que aparece cierta obsolescencia del equipamiento.
P.- E impulsar la investigación
R.- Hay que ayudar a la gente joven porque, al final, nuestro trabajo no está pensando en cada uno de nosotros, sino en el futuro de la universidad, resolviendo las necesidades del corto y medio plazo. Por eso hablo de la ‘Universidad 2050’, pensando en el futuro siempre, de lo que quieres que sea tu institución en unos años. Ese apoyo a la investigación de nuestra gente joven es absolutamente imprescindible. Y eso es o en el modelo de financiación o en otras partidas presupuestarias, pero necesariamente tendrá que estar.
P.- Se llevan 20 años de convivencia con la USJ y ahora ESIC también está impulsando su propia universidad aquí en Aragón. ¿Cómo debe ser la relación con los campos privados?
R.- Desde mi punto de vista, es una relación absolutamente cordial. La ciudadanía debe beneficiarse de la mayor riqueza en cuanto a la formación. Está nuestra querida compañera de viaje, ya durante muchos años, que es la Universidad San Jorge. He tenido oportunidad de trabajar con todos y cada uno de los rectores y mi relación ha sido siempre muy cordial, y lo que tenemos que hacer es saber buscar los esquemas de complementariedad.