
Monedas de uno, dos y cinco céntimos de euro.
Si tienes esta moneda de un céntimo de euro estás de enhorabuena: es un verdadero tesoro que vale miles de euros
Te contamos cuál es el detalle que ha disparado el valor de la más pequeña de las monedas de euro.
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En España, hubo un época en la que a las monedas pequeñas se las llamaba chatarra. Hablamos de pesetas, y normalmente se refería a las monedas de céntimos (muchos años atrás) y luego a las monedas de una peseta. Algo similar está sucediendo con el euro.
Son muchas las personas que rechazan las monedas de 1, 2 y hasta 5 céntimos, La chatarra, como se decía antes. Eso si hablamos de España. Porque en otros países como Bélgica, Finlandia, Irlanda, Italia y Países Bajos el uso de las monedas de 1 y 2 céntimos es residual, por no decir casi inexistente.
Sin embargo, hay una moneda de un céntimos que es un verdadero tesoro. De hecho, por la misma se llegan a pedir hasta 50.000 euros. Te contamos cuál es y los motivos que han llevado a que se haya disparado su cotización.
¿Cuál es la moneda de un céntimo que vale miles de euros?
La misma tiene su origen en Alemania. Y fue lanzada al mercado hace más de dos décadas, en concreto, en 2002. Antes de entrar en los detalles que la hacen tan valiosa como para inflar su valor a miles de euros, conviene describir cómo es.
Para empezar, todas las monedas de un céntimo de euro que circulan por la Unión Europea (UE) tienen un diámetro de 16,25 milímetros, un grosos de 1,67 milímetros, y un peso de 2,30 gramos.
Las mismas están hechas de acero recubierto de cobre. Por una de sus caras, todas tienen los mismos elementos. Es decir, el número 1, y la bola del mundo con el continente europeo en primer plano. En la otra cara, y en el caso de Alemania, tiene un rama de roble, que simboliza la estabilidad, y las doce estrellas de Europa.
De entre todas las monedas fabricadas en Alemania en el citado año, hay una que destaca sobre las demás. La misma fue diseñada por el arquitecto de la Baja Sajonia Rolf Lederbogen.
Lederbogen murió en el año 2012. Por lo tanto, no ha podido saber el gran cambio que ha dado esta moneda que nació gracias a su enorme imaginación y que, por su escasez, se ha convertido en un artículo extremadamente valioso, Y es que existen muy pocos ejemplares de esta moneda tan particular en el planeta.
En Alemania, las monedas llevan el año de fabricación y unas letras que corresponden con la casa de la moneda que la fabrica: la 'A' para Berlín; la 'D', para Munich; la 'F', para Stuttgart; la ‘G’, para Karlsruhe; y la 'J', para Hamburgo.
Pero, además, hay una variante: la ‘KMB’. La misma es diferente respecto a las otras por un detalle concreto. Y es que el grabado de la cara nacional es un 10% más pequeño. Un tesoro buscado en todo el mundo que vale su peso en oro.