El pabellón tiene forma de cesta de mimbre.

El pabellón tiene forma de cesta de mimbre. E. E.

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Uno de los edificios más originales de Zaragoza se queda sin proyecto: "Ahora es un foco de grafitis"

Zaragoza
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El pabellón de Aragón, uno de los edificios más originales de Zaragoza, vuelve a quedarse sin proyecto. Este icono arquitectónico, de nada menos que 3.000 metros cuadrados de superficie expositiva, había sido ofrecido como sede de la Agencia Estatal de Salud Pública, pero el 'no' de PP y Junts en el Congreso de los Diputados ha frustrado todos los planes.

Famoso por su forma de cesta de mimbre, lleva sin uso desde el fin de la Expo 2008, hace prácticamente 17 años. La falta de mantenimiento ha hecho que sufra problemas tanto en el interior como en el exterior, con goteras y grafitis que afean su imagen y que regresan cada poco tiempo pese a los intentos por taparlos.

Al contrario que su hermano mayor, el pabellón de España -que ha sonado como sede de la Universidad, como centro de investigación contra el cambio climático o incluso como museo con recreaciones de dinosaurios- el de Aragón apenas ha tenido 'novias'. Y eso que costó prácticamente 30 millones de euros.

La explicación estaría, en gran medida, en su interior 'hueco'. Durante la muestra internacional sirvió para proyectar el audiovisual de Miguel Ángel Berna elaborado por el director Carlos Saura. También tenía una cafetería, dependencias administrativas y una terraza con grandes frutas de Aragón iluminadas por la que se podía pasear.

De todo aquello ya solo queda el recuerdo, aunque desde colectivos como Legado Expo siguen confiando en su potencial. Su presidente, Paco Pellicer, asegura que el pabellón de Aragón ha tenido "muy poca transparencia". "No se ha sabido nunca ni a qué se iba a dedicar ni nada. Jamás ha trascendido nada claro", apunta.

Grafitis en la base del pabellón de Aragón de Zaragoza.

Grafitis en la base del pabellón de Aragón de Zaragoza. E. E.

En un principio se habló de crear entreplantas intermedias y poner oficinas como se ha hecho en otros pabellones, pero llegó la crisis y todos los planes saltaron por los aires. Con todo, Pellicer cree que el edificio podría servir como escaparate de la Comunidad, desde su rica gastronomía a proyectos vinculados con el mundo del motor o la logística. "Sería fantástico ver allí presentaciones a lo grande de los centros de datos o las inversiones que llegan a la Comunidad, con audiovisuales de gran formato", expone.

También se le podría dar uso como mediateca para gente joven siguiendo el modelo de ciudades francesas como Nimes con proyecciones, exposiciones, salas de consulta...
El mayor problema con este pabellón es que, a pesar de los esfuerzos que se han hecho, sigue degradándose. "Una pared blanca siempre es una incitación al grafiti. Y eso a pesar de que la Policía está prácticamente enfrente", lamenta. Basta con acercarse para comprobarlo. Los hay de prácticamente todos los colores y tamaños, e incluso hay bordillos levantados.