La calle Manifestación enseña su nueva cara: cota cero y "muchas ganas" de que acaben las obras
Vecinos y comerciantes valoran positivamente el resultado, pero alertan de la difícil convivencia entre conductores y peatones.
24 agosto, 2024 08:00La calle Manifestación de Zaragoza empieza a enseñar ya su nueva cara. El fin de la reforma integral sigue estando previsto para principios de octubre, pero los avances de estos cuatro meses de obras permiten ver con bastante claridad cuál será el resultado final.
En estos momentos, las labores se centran en el entorno de la plaza del Justicia, donde las máquinas trabajan a pleno rendimiento para cumplir los plazos. En la propia calle Manifestación ya se aprecian, por ejemplo, la nueva cota cero, los nuevos parterres y la nueva iluminación.
Apostar por la plataforma única como en Don Jaime I obligará a peatones y furgonetas de reparto a acostumbrarse al nuevo trazado. En estas primeras semanas, la convivencia no está siendo todo lo idílica que querrían vecinos y comerciantes, aunque esperan que, con el tiempo, unos y otros terminen adaptándose.
"Al quitar la carga y descarga, los vehículos están aparcando en la acera, obligando al peatón a circular por la calzada. Más de uno se ha llevado ya un buen pitido, pero eso no es culpa del que ha hecho la calle", decían Noel e Isabel, vecinos del entorno, en uno de los portales.
Más críticos se mostraban con el resultado de las terminaciones. "Entre nuestro bloque y la acera han dejado un dedo de cemento. Y eso ahora. Al principio lo habían puesto más alto que el granito del portal", apuntaban.
Los comerciantes están "deseando" que las obras acaben ya. Aunque ya no hay rastro de las molestas vallas que redujeron la zona de paso prácticamente a la mínima expresión, reconocen estar "fritos". "Han fastidiado alguna fachada y, al no poner protección, llegaron a romper alguna baldosa que hemos tenido que cambiar nosotros. Estamos contentos con cómo va a quedar, aunque se podría mejorar", señalaba Rebeca Olmos, de RO Travel & Services.
Lo principal, completaba David, de la Retrotienda, es que "los malos tiempos ya han pasado". "Queda todavía alguna trinchera, pero, al menos, vivimos. Yo he seguido abierto, pero este verano me lo he tomado con más calma que los anteriores", reconocía.
El principal 'pero', en su opinión, es que, al menos hasta ahora, "los coches se están metiendo en las aceras para aparcar". "Esperamos que haya más vigilancia, no pueden estar ahí", decía con uno estacionado a escasos metros de la puerta de su negocio.
Inés Borra, de Confecciones Castillo, ve las dos caras de la moneda. "Han sido rápidos y eficaces, pero el acabado no es, ni mucho menos, perfecto. Al menos, ya está hecho. Lo que más me fastidia es que no contasen con las tiendas para planificar la obra. A nosotros nos han puesto en la puerta el aparcamiento del hotel de al lado. Antes teníamos bastante visibilidad y las sillas de ruedas pasaban sin problemas. La verdad es que me gustaba más entonces, era más práctico. Como negocio no me da ningún beneficio", lamentaba.
Los vecinos también se muestran escépticos con los nuevos parterres, aunque prometen darles una oportunidad. "Serán muy bonitos, pero nos tememos que las plantas durarán solo unos días y que los usarán para orinar quienes salgan de fiesta", comentaba una de las residentes. Con todo, confían en que las obras no sufran retrasos y piden que, si es posible, haya tramos que adelanten su apertura.