Tengo que valorar el punto logrado por el Real Zaragoza de manera diferente si analizamos la gran diferencia entre la primera y la segunda que hemos jugado contra el equipo oscense.
Una primera parte donde al equipo le faltó intensidad en los duelos y perdimos la mayoría de ellos. No pudimos enlazar tres pases seguidos por la falta de juego interior tan necesario para luego poder volver por fuera y crear peligro en campo rival. No tuvimos la capacidad de salir de situaciones con éxito bajo presión.
Y una vez que lo logramos en la primera parte casi marcamos gol en una buena jugada con remate final de Bazdar. Viendo como jugó el equipo en los primeros cuarenta y cinco minutos doy por muy bueno el punto logrado.
Pero cuando veo al equipo jugar con la intensidad, valentía y precisión como hicimos en la segunda parte, no debo dar el punto por bueno. La actitud del equipo cambió por completo y si estamos más acertados en el último pase hablaríamos de otro resultado seguramente. Volvimos a ver las dos diferentes caras que ha presentado en bastantes partidos el equipo.
La solidez de la que hablaba en mi anterior artículo va asociada a una necesitada regularidad en el rendimiento. Tenemos mimbres suficientes para poder jugar con personalidad y lo vimos en la buena segunda parte que ha hecho el equipo.
Si somos capaces de ser más regulares en el juego, tendremos muchas más opciones de ganar los partidos. Cuando jugamos con velocidad y precisión por dentro el equipo parece otro. Creo que debe ser el siguiente objetivo de Víctor a corto plazo. Hacer que los jugadores sean más atrevidos durante todo el partido.
Siempre he dicho que si un jugador es capaz de hacer bien algo una vez es que lo puede hacer más veces. De todos modos la parte positiva del es la gran reacción una vez más después de ir por detrás del marcador. Ahora toca hacer bueno el punto logrado en Huesca ganando en La Romareda contra el Malaga.
AÚPA EL REAL ZARAGOZA (siempre).