La nueva joya del fútbol portugués ha necesitado menos de seis meses para pasar del filial del Benfica a la selección portuguesa y ahora va a por el Bayern de Pep.

Renato Sanches tiene 18 años y a todos los grandes europeos apuntando su nombre, pero su vida no difiere tanto de la de un estudiante normal de su edad. Coinciden en lo básico. Ambos tienen que superar exámenes constantemente, que exigen cada vez más y, teóricamente, acercan al éxito. La suerte de Renato es que él puede acelerar el ritmo de esas pruebas lo que le permite pasar en menos de seis meses de jugar en el filial a debutar en la selección tras hacerse fijo en el once del Benfica. Y ahora llega Guardiola que a modo de profesor antipático pone un examen de esos en los que no se entiende ni el enunciado.

El problema es que la Champions a estas alturas no entiende de ir a llorar al despacho del profesor ni misericordias, todo son finales y si no los entiendes a la primera será difícil que recuperes en la vuelta. Además, el Bayern amenaza las debilidades de Renato aunque le da opciones para mostrar algunas de sus virtudes.

ORÍGENES

A Renato Sanches se le esperaba, pero no tan pronto. Sus actuaciones con las inferiores de la selección le señalaban, pero no para 2016. La suerte para él es que el Benfica necesitaba de alguien que agarrara el timón tras la marcha de Jorge Jesús, su técnico desde 2009, al máximo rival regional, y Renato Sanches tiene la confianza suficiente para ejercer de capitán del barco lisboeta.

Hace poco Oriol Romeu (Southampton) comentaba en EL ESPAÑOL que en su etapa en la cantera del Barça sabía que el salto al primer equipo era complicado porque “dependes de que tus virtudes coincidan con las debilidades del primer equipo”. En el caso de Renato Sanches el esquema de su equipo le tenía reservado un hueco de manera involuntaria.

El Benfica se despliega muy arriba cuando atacan, los laterales esperan muy abiertos y los extremos muy profundos; con los delanteros repartiéndose los espacios: Jonas entre líneas y Mitroglou en el área. Muchos metros vacíos por dentro –entre Samaris o Fejsa (los pivotes) y Jonas- de los que Renato Sanches se ha hecho el dueño. Sobre todo destaca por su talento con el balón, pero se ha hecho hueco en este Benfica a raíz de brillar cuando pierden el balón.

Corre, choca, es capaz de abarcar todo el ancho del campo para recuperar, y una vez tiene el balón lanzar a su equipo. Renato vive por el balón, cuando no lo tiene corre para robarlo o se ofrece constantemente, y cuando lo tiene mezcla la arrancada con el descaro para filtrar pases muy verticales. De hecho, tiene tantas ganas de balón que en ocasiones lo retiene en exceso, pero muestra la confianza y la personalidad con la que juega. Es como si quiere que todo el mundo se dé cuenta de que es distinto como si entre su pelo y el ‘85’ a la espalda no fuera suficientemente evidente. Además, para cuando te acostumbras a verle suelta uno de sus derechazos desde lejos. Llama la atención.



Renato llegó al equipo tras la catástrofe en el derbi lisboeta, cuando el Sporting de Jorge Jesús les liquidó en 35 minutos (0-3). Desde que llegó Renato no sólo se ha equilibrado al equipo, sino que sus pases filtrados han potenciado al hombre más acertado de la plantilla, Jonas, mostrando un nivel de acierto desconocido en su paso por Mestalla (el brasileño lidera la pelea por la Bota de Oro empatado con Cristiano Ronaldo y Gonzalo Higuaín con 30 goles). Desde que debutó Renato, el Benfica ha ganado 20 de 21 partidos en liga y ha avanzado a cuartos de Champions.

El examen del Allianz

Esta semana llega el primer final de Renato Sanches, donde para lo bueno y para lo malo le buscarán. En la anterior prueba no funcionó bien, en la vuelta de los octavos contra el Zenit siguió pidiendo el balón y ofreciéndose pero dando pocas soluciones, pero como esto es un trabajo en equipo consiguió avanzar. Para el duelo del Allianz el Benfica necesita de todos sus jugadores, sobre todo, del joven portugués.

Renato cubre muchos metros entre robos y despliegues, pero visitar el Allianz obliga a ajustar el plan, replegar cerca del área y salir con el cuchillo entre los dientes. Es decir, repetir todo lo bueno que hizo la Juventus con Morata en el campo. La preocupación para Renato debe ser él mismo. Su impulso ofensivo le hace salir de su posición antes de tiempo y contra el Bayern cualquier metro que se regale por dentro será una ocasión en contra. Le exigirán la misma precisión con balón. Cuando Renato recibe le sale instintivo conducir y con la presión alta de los bávaros no puede fallar –a la Juventus le llevó a la prórroga una pérdida de Evra al intentar salir en conducción-.

Pero Guardiola también estará pendiente de la nueva joya portuguesa. Si sale conduciendo por dentro, el Bayern tendrá que hacer ajustes: los de Pep pueden volver a la carrera en la bandas, pero en el medio no tiene tantos candidatos para recuperar la posición y el potente sprint de Renato Sanches es una amenaza. El otro aspecto clave para superar este examen es la precisión en el pase, ese descaro juvenil le hace arriesgar con entregas profundas y verticales, y para aprobar el talento del rival penalizará cada fallo, debe encontrar el camino entre él y Jonas. No es fácil la misión, pero Renato Sanches puede sorprender de nuevo.

Pese a sus 18 años, es ya uno de esos nombres que más se relacionan con los grandes. Él debe seguir centrado en pasar exámenes como los del Allianz para así ser capaz de justificar la estratosférica cifra que se pagará por él tarde o temprano -su cláusula son 80 millones y en Inglaterra hablan de una oferta del Manchester United en torno a 60-.

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