Este lunes, Maestros de la costura despide su cuarta edición con una final a la que han llegado Lluís, Yelimar, Gabriel y Ancor; Laura fue la aprendiz que tuvo que abandonar el taller la pasada semana, después de confeccionar un traje basado en la película La niña de tus ojos.
Nos encontramos con cuatro perfiles muy diferentes, tanto en la forma de interpretar la moda, como en su manera de enfrentarse al concurso: los hay polémicos, discretos, con afán de superación, incluso hay quien se rinde pronto.
Recordemos que el ganador recibirá el maniquí de oro, 50.000 euros y un curso de formación especializada en Diseño de Moda en el Centro Superior de Moda de la Universidad Politécnica de Madrid.
Además, el segundo clasificado obtendrá un diploma Vogue de Estilismo y Producción de Moda para poder formarse con los mejores profesionales del sector y de la revista, impartido por Condé Nast College Spain en colaboración con la Universidad Carlos III de Madrid. Como novedad, este año el tercer y cuarto clasificado también tendrán un premio, en este caso, un curso de patronaje unisex creado por el maestro patronista y diseñador Estanislao.
Ancor, el gran favorito
Parece que los jueces tienen un gran favorito: Ancor. Este licenciado en Bellas Artes y profesor de pintura ha demostrado que sabe mucho de moda, y tiene un sello influenciado por los años 50 innegable.
Es disciplinado y metódico, sabe controlar los nervios, y entrega trabajos que, por norma general, están muy bien valorados. A pesar de su perfil de posible ganador, Ancor se ha mostrado muy vulnerable. “Estoy muy contento porque los jueces han valorado mi profesionalidad y este programa me ha ayudado mucho con mi autoestima. Porque yo la tengo bastante baja. Y me han ayudado bastante” admitía el valenciano el día de su expulsión.
Y es que, recordemos, Ancor abandonó el taller en la cuarta gala, aunque fue repescado en la quinta, y ha sabido aprovechar su segunda oportunidad en el talent como pocos lo han hecho, en este u otros formatos. En la primera prueba se ha ganado habitualmente buenas críticas, y ha logrado el número 1 en dos ocasiones. En la encuesta de la página web del programa, casi la mitad de los que han participado en el sondeo le señalan como el ganador.
Yelimar, un ejemplo de superación
A lo largo de esta cuarta temporada de Maestros de la costura, Yelimar ha tenido un papel discreto y pacífico, caracterizad por una gran disciplina, y muchas ganas de superarse. Recordemos que esta aprendiz, nacida en Venezuela, es un ejemplo de superación, ya que perdió su pierna derecha tras un accidente de tráfico que sufrió junto a su marido cuando escapaban de un intento de secuestro.
Tiene una prótesis que la permite desenvolverse con total normalidad, y que no oculta, abriendo una puerta a la diversidad en la televisión. Ha entregado generalmente prendas bien confeccionadas, y fue la mejor en la prueba individual la pasada semana. Del mismo modo, ha ido varias veces a la prueba de expulsión, y su confección resultó la mejor valorada por los jueces. Podría dar la sorpresa en la final, y su victoria sería también muy celebrada por los seguidores del formato.
Lluís, el cascarrabias de la edición
Si analizamos la trayectoria de los concursantes, este catalán de 26 años es, junto Ancor, el que más veces ha logrado el primer puesto en la prueba inicial. Lluís tiene un sello indiscutible, aunque a veces el jurado le diga que hace ropa para ‘tietas’ en fiestas importantes.
Lo que juega en contra de Lluís es su acidez y sus malas pulgas. Ha sido, de lejos, el concursante más polémico de la edición, y se la tenía jurada a Gabriel. En una prueba de expulsión se mostró muy enfadado e incómodo, y sus compañeros lo señalaron como el aprendiz que debía abandonar el taller, algo que le agrió más el carácter.
No olvidemos, además, que quiso abandonar de forma voluntaria después de la eliminación de su amigo Fermín, y que vivió un sonoro desencuentro con Caprile. Por todo esto, Lluís se dibuja como un perfil de posible ganador un tanto complejo, ya que el público no le tiene el cariño que Ancor o Yelimar se han ganado a propio pulso.
Gabriel, el rival más débil
Nadie duda de que, en su propio taller, yendo a la mercería todas las veces que necesite, y jugando con su propio tiempo, Gabriel pueda hacer buenos trajes. Sin embargo, en Maestros de la costura, este extremeño ha sido de los concursantes que más veces se ha bloqueado, y que más prendas ha dejado a medio terminar.
Es el rey de las excusas, y sus justificaciones más habituales son que hace lo que puede, y que había poco tiempo para la confección. Es el único de los cuatro finalistas que nunca ha sido el mejor valorado en la prueba individual del inicio del programa.
Además, Gabriel ha protagonizado algunos de los mayores cabreos de Lorenzo Caprile a lo largo de toda la edición. En el tercer programa el diseñador le dijo que su trabajo no se podía permitir, y le dio un mandil negro que le llevaba directamente a la prueba de expulsión.
Además, Gabriel ha tenido una actitud derrotista frecuentemente, y reconocía que ni siquiera se veía en la final, tirando la toalla antes de tiempo. Por su irregular trayectoria Gabriel es, con diferencia, el rival más débil de los cuatro, y al que más le costará alcanzar el ansiado premio del programa.