Alberto Chicote en 'Batalla de restaurantes'.

Alberto Chicote en 'Batalla de restaurantes'.

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La incredulidad de Alberto Chicote al encontrarse un pelo a rayas en un plato en 'Batalla de restaurantes': “¿Será de gato?”

El chef se trasladó hasta Málaga en ‘Batalla de restaurantes’ para encontrar el mejor pescadito frito del corazón de la Costa del Sol.

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Tras la visita a Bilbao para encontrar el mejor bacalao al pilpil, Alberto Chicote se ha trasladado este martes a Málaga con su programa Batalla de restaurantes. Y en el corazón de la Costa del Sol ha tenido como misión hallar el mejor pescadito frito, plato típico de la ciudad.

Para encontrarlo Chicote visitaba a cuatro candidatos con mucha personalidad. La primera casa era la Freiduría Marisquería Moya, de Juan Moya, y continuó en Taró, de Pachu Barrera. La Sal y el Son, de José Carlos Sabastro, que recreaba una feria, era el tercer restaurante en dar a probar sus platos, y la fiesta acabó en Sacaba Mar, de la empresaria Victoria Reyes, quien pronto se alzó como una rival muy crítica con los demás.

Así, para ella el ambiente de la Marisquería Moya o del restaurante Taró recordaban más a un local para comer sushi que a una freiduría, y en La Sal y el Son pidió jamón serrano porque no había visto ninguna pata de jamón de la que se pudiese cortar. Ella estaba dispuesta a no pasar la más mínima falta.

Aunque sus compañeros (y rivales) no se quedaban atrás. Pedían para comer conchas finas o coquinas si no las veían frescas, o solicitaban platos de la carta sabiendo que no le iban a ofrecer lo que se ofrecía, como chanquetes, cuya pesca está prohibida.

Los dardos fueron una constante, y a veces se superaron barreras que entraban en las descalificaciones personales. Espero que te atragantes”, se llegó a escuchar en un momento dado del programa.

Con la llegada del restaurante de Victoria, Alberto Chicote alucinó bastante. “Hay una cosa que me había parecido antes, pero que acabo de comprobar, es que hay un gato que circula por el restaurante a su aire”, apuntaba el chef, cuyo voto, en ocasiones, es decisivo para elegir al ganador del concurso.

A la hora de los postres, Alberto volvió a hacer un paréntesis. “Hay un pelillo ahí, diferente, raro”, señalaba Pachu Barrera, de Taró. Y es que, efectivamente, había un pelo en el plato de Chicote. “De blanco y negro a rayas. ¿Será de gato?”, llegó a preguntar el conductor del espacio.

En el formato, los propietarios de los locales se valoran entre ellos, puntuándose en una horquilla del 0 al 10, en seis categorías: espacio, cocina, comida, servicio y precio. Además, también puntuarán la especialidad regional en la que compiten. Alberto Chicote también participa en las votaciones y, en esta ocasión, el restaurante ganador fue Taró. Eso sí, para Alberto, la mejor fritura era la de Sacaba Mar.