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¿Puede Hollywood dejar de ser racista?

Los Oscar están envueltos en una polémica por la ausencia de actores negros entre sus candidatos a los galardones. El director Spike Lee y la actriz Jada Pinkett-Smith han llamado al boicot de la gala.

Lino González Veiguela
Publicada
Actualizada

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En las nominaciones a los premios Oscar del año pasado no se incluyó ningún intérprete afroamericano. En la red social twitter se creó la etiqueta #OscarsSoWhite (Óscar demasiado blancos) para acompañar comentarios en los que se protestaba por esa exclusión racista. Desde hace unos días, tras conocerse que en lista de nominados para la 88ª de los Óscar, que se entregarán el próximo 28 de febrero, tampoco se incluye a ningún intérprete de color, la etiqueta ha pasado a ser #OscarsStillWhite (Óscar todavía blancos).

Otro año en blanco: la secuela

En 2015, Spike Lee fue una de las voces que más alto y claro protestaron contra la exclusión de actrices y actores negros. También contra la no nominación de la directora afroamericana de la película Selma, sobre la época de las luchas por los derechos civiles de los negros. Lee recordó que su película de 1989, Haz lo que debas, sobre las tensiones raciales en un barrio de Nueva York, ni siquiera fue nominada como mejor película. “¿Quién ganó ese año el Oscar a la mejor Película?”, declaró Lee. “Fue Paseando a la jodida Miss Daisy”, película sobre la relación entre una viuda sureña y su chófer de color.

En este 2016, Spike Lee tampoco ha permanecido callado. El pasado lunes, aprovechando que se celebraba la festividad nacional en honor de la lucha por los derechos civiles encabezada por Martin Luther King, Lee publicaba un mensaje en su cuenta de Instagram en el que afirmaba que, a modo de protesta, no acudiría a la próxima ceremonia de los Oscar, a pesar de que iba a recibir uno honorífico. “¿Es que [los negros] no sabemos actuar?”, se preguntaba Spike Lee. Por no hablar, añadía, de la exclusión sistemática en el resto de categorías. El mensaje acompañaba a la foto, en blanco y negro, de un joven Luther King.

La actriz Jada Pinkett Smith, mujer del actor Will Smith, aprovechó también la carga simbólica de la festividad en honor de Luther King para publicar un vídeo en su cuenta de Facebook en el que se mostraba decepcionada por la situación y anunciaba que ella tampoco acudiría a la ceremonia.

En varios medios norteamericanos consultados por EL ESPAÑOL se citan a varios actores negros que han realizado buenos trabajos en 2015. También a algunos directores. (Curiosamente, no suelen mencionarse nombres de actrices). Will Smith, el marido de Jada Pinkett, es precisamente uno de los actores afroamericanos que ha quedado fuera de las nominaciones por su interpretación en La verdad duele (Concussion) de un médico de origen nigeriano que descubrió las graves secuelas cerebrales de varios ex jugadores de fútbol americano.

Más excluidos

El actor británico Idris Elba no competirá por la estatuilla a pesar de su magnífica interpretación de un señor de la guerra africano que emplea niños soldados en Beasts of No Nation. También se ha destacado la ausencia de Samuel L. Jackson, el actor más taquillero de la historia, que protagoniza la última película de Tarantino, la polémica Los odiosos ocho. La película Creed, protagonizada y dirigida por afroamericanos, sobre el hijo (negro) de un ex contrincante de Rocky Balboa, sólo ha obtenido una nominación al mejor actor de reparto: para Sylvester Stallone, que vuelve a interpretar a Rocky, en esta ocasión fuera del ring.

Aunque tal vez la ausencia que más se ha destacado sea el de la película Straight Outta Compton, con un director y un reparto afromericano, y que sólo tiene una nominación: por su guión, escrito por guionistas blancos. La película cuenta la historia del grupo de hip-hop N.W.A., surgido en los años ochenta en el gueto negro angelino de Compton, y que cobró notoriedad porque su canción Fuck Tha Police (Que le jodan a la Policía) se convirtió en la banda sonora de los disturbios raciales que se produjeron en Los Ángeles en 1992 tras la absolución de unos policías blancos que habían apeleado a Rodney King, un negro.

Sorprende especialmente la exclusión de esta película porque ha sido un éxito de taquilla y la Academia suele adorar a las películas que ingresan más de ocho cifras. Aunque, entrando en el terreno de la desconfianza, no sorprende tanto si pensamos en la tensión racial que se ha vivido en EEUU durante los últimos meses por casos violencia policial contra afroamericanos.

La Academia: nominada

La presidenta de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas que entrega los Óscars, la afromericana Cheryl Boone Isaacs, declaraba hace unos días casi lo mismo que declaró en enero de 2015: que, muy a su pesar, los cambios en cuestiones de igualdad, no progresan al ritmo deseado y que desde la institución se tomarían la medidas drásticas para favorecer la diversidad en todos los órdenes ¿Se logrará cambiar algo?

En los últimos años ya se han tomado para cambiar el perfil desproporcionadamente mayoritario de los académicos, hombres blancos en edad de ser abuelos, y apenas se ha logrado reducir su porcentaje. Los cargos son vitalicios. Al ritmo actual, recordaba Los Angeles Times hace un año, se tardará lustros en variar significativamente la composición racial y sexual de la Academia. Porque la infrarrepresentación dentro de la institución no se refiere sólo a lo racial, ya sea negros como hispanos y asiáticos: afecta las mujeres en el terreno de la infrarrepresentación son las más damnificadas, igual que en términos de desigualdad salarial.

A la espera de conocer las futuras medidas, habrá que ver el resultado del programa A2020, puesto ya en marcha el pasado noviembre. Durante cinco años, la Academia y los estudios trabajarán conjuntamente para aumentar la concienciación de los ejecutivos de la industria sobre sus elecciones a la hora de contratar a nuevos talentos sin distinción de raza, sexo u orientación sexual.

En las últimas horas, el actor y director George Clooney ha afirmado que algo se está haciendo muy mal en la Academia si no se nomina a ningún actor de color. Ha recordado, además, que aunque se está hablando mucho de la ausencia de intérpretes de color en las nominaciones, el verdadero problema es que sufren una exclusión sistemática. Al igual que los intérpretes hispanos o las mujeres con más de cuarenta años, ha declarado. En el portal de noticias BuzzFed, una columnista escribía que las mujeres suelen sufrir además otra marginación añadida a la de la edad y el salario: incluso cuando tienen papeles principales, como ocurre en Concussion, su papel se desarrolla a menudo en un segundo plano de importancia narrativa.

¿Y si el problema no es sólo la Academia?

En su mensaje de Instagram publicado este lunes, Spike Lee afirma también que el problema de la discriminación no es imputable sólo a la Academia. El problema tiene raíces más profundas. Sistémicas. Señala a todos aquellos que tienen la última palabra sobre qué películas se hacen: qué historias se cuentan y a quiénes se contrata para interpretarlas. Es decir, a los “guardianes” de la industria engargados de “dar luz verde a los proyectos”.

Añade que las minorías, por el momento, no tienen acceso a las “salas en las que se toman esas grandes decisiones”. Hasta que las minorías tengan acceso a esas salas y cuenten con poder de decisión, ve complicado que la situación pueda cambiar significativamente. El director mexicano Alejandro González Iñarritu, que sí está nominado por su –multinominada-  película The Revenant, lo ha expresado en clave más amplia pero no menos precisa: “Cuando no podemos vernos reflejados en la pantalla, es que tenemos un problema”.