Nick Park, el artista que desafió a Pixar con un bloque de plastilina
El creador de 'Wallace y Gromit' habla con EL ESPAÑOL sobre su nueva película, 'Cavernícola'.
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Antes de que Pixar comenzara su andadura, ya había varios genios revolucionando el cine de animación. Por desgracia no son tan conocidos como John Lasseter y compañía, pero en 1972 Peter Lord y David Sproxton fundaron Aardman Animations. Un estudio que se propuso devolver al cine y la televisión la técnica de animación por plastilina (realmente una masilla de arcilla) con la que moldean a sus personajes y animan fotograma a fotograma.
Tras unos primeros pasos, el estudio británico se revolucionó con la llegada de Nick Park, que ya en 1991 recogió el primer Oscar para Aarmand por su corto Creature Comforts. Competía, entre otros, consigo mismo, ya que otro de sus trabajos también entró en el quinteto finalista. Sólo dos años después ganó su segundio premio de la Academia, y ya en 2006 completó el póker con el Oscar al Mejor largometraje de animación por las primeras aventuras en pantalla grande de sus personajes más conocidos Wallace y Gromit. Ellos fueron los que les dieron popularidad -especialmente en Reino Unido-, aunque nunca tanta como a sus rivales de Pixar.
Park, y su plastilina, han vuelto al cine con Cavernícola, una original aproximación a la historia del mundo que mezcla fútbol, hombres de la edad de piedra y una de las temáticas que más le gustan: las historias con un plan para escapar. Lo demostró con Evasión en la granja, su primer largo en el que un grupo de pollos montaban su huida del corral, y ahora aquí, en esta versión cachonda y animada de Evasión o Victoria.
El director acudió a España donde habló sobre cómo es el proceso de creación de estos filmes que son trabajos completamente artesanales en los que hay que modificar cada figura de plastilina para cada cambio en la expresión corporal. Un proceso que sólo de rodaje son entre 18 y 24 meses, pero que como explica Nick Park a EL ESPAÑOL comienza mucho antes: “Esta película nació cuando vi un hombre cavernícola en una pintura en 2010 y empecé a hacer dibujitos sobre ello. Le dibujé dando a algo con un palo y me acordé del deporte, porque creo que es una fuerza que ayudó a civilizar a los hombres, pero tiene algo de esa fuerza tribal que tiene el fútbol. Así que pensé que qué pasaría si los cavernícolas tuvieran que jugar al fútbol en vez de pegarse”.
Con esa materia prima se empieza a desarrollar la historia, en la que el story board -que puede rehacerse hasta 20 veces- es fundamental y en la que hasta que no se aprueba del todo el guion no se empieza a rodar de verdad. “Incluso rodando todo está todavía en el aire, porque podemos cambiar un poco el personaje, y todo lo que no se haya rodado todavía se puede modificar”, dice Park.
A menudo pensamos, ¿cuánto tiempo nos queda? Pero, aunque soy admirador de las películas de Pixar, creo que hay tantas películas así que nosotros destacamos
Un trabajo que choca con las modernas técnicas de Pixar o Dreamworks, y que a veces les hacen sentir “como una tribu de gente cavernícola con armas de edad de piedra contra superpotencias nucleares”. Miente un poco y lo reconoce, ya que el ordenador se ha adaptado a sus métodos tradicionales y lo utilizan para crear escenarios y ambientes que sería imposible desarrollar a mano.
Lo que tiene claro es que tienen que “mantenerse fieles a su estilo”, aunque muchos crean que está desfasado. “A menudo pensamos, ¿cuánto tiempo nos queda? Pero, aunque soy admirador de las películas de Pixar, creo que hay tantas películas así que nosotros destacamos, y eso juega a nuestro favor. Incluso en el mundo de la animación hay muchos animadores que miraban extrañados cuando les mostraba el pelo o la piel de las figuras que diseñamos, muchos evitarían esto, pero yo les animaba a hacerlo porque eso es lo que quería, eso forma parte de nosotros, y no me importa esa imperfección, porque me recuerda a ese producto artesanal que tiene una mano humana detrás”, añade el realizador con una humildad impropia de quien ya ha ganado cuatro premios Oscar.
En uno de los primeros planos de Cavernícola aparecen dos dinosaurios mordiéndose, un homenaje claro al creador que le inspiró de pequeño y que le hizo querer ser director de cine: Ray Harryhausen. “Es uno de mis héroes. Con 11 años vi Hace un millón de años y se convirtió en mi película favorita, porque nunca pensé que pudiera ver dinosaurios que se movieran, y eso fue lo que me hizo coger una cámara y hacer mis propios dinosaurios en arcilla. Quizás por eso la gente de la edad de piedra han estado en mi desde siempre en mi mente”.
A él se le ve con la vitalidad de alguien que acaba de empezar, aunque podría retirarse con todo lo que ya ha conseguido. Pero él no para, Aarmand ya prepara la secuela de La oveja Shaun, otro de sus grandes éxitos, porque a pesar de sus casi 60 años, sigue disfrutando del placer de jugar con la plastilina.