Raphael: “El reguetón es muy poquilla cosa, no es para ir presumiendo de él”
El cantante recibirá el Premio Platino de Honor del cine Iberomaericano y ha hablado con la prensa de su carrera y los próximos retos.
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Raphael es una leyenda, también al otro lado del océano. En latinoamérica asegura que se siente “como en casa”, y que le quieren tanto como aquí. Quizás por eso este año sea él quien reciba el premio Platino de Honor del Cine Iberoamericano que recibirá el próximo 12 de mayo en la Riviera Maya.
El cantante ha atendido a la prensa junto a Enrique Cerezo, presidente de EGEDA y uno de los creadores de los galardones. También el productor responsable de su regreso al cine con Mi gran noche, y “un amigo de toda la vida” con quien ya trama un nuevo proyecto audiovisual. Agradecido y emocionado, como diría Lina Morgan, pero con la ambición intacta, porque para él “todo en la vida es superable, siempre se puede hacer mejor”.
Raphael lleva décadas triunfando, y ha vivido muchas Españas. La de la dictadura, la Transición, el socialismo, la llegada de Aznar, la crisis y ahora la irrupción de fuerzas de extrema derecha que amenazan el tablero político. En todas ellas ha triunfado, y en todas ha preferido mantener su compromiso para la persona, pero no para el artista. “El artista tiene que estar comprometido con su país,claro y con la humanidad. Pero tiene que estar comprometido para unas cosas. No para hacer cine o teatro, sino comprometido como ser humano. Una cosa es el ser humano, Rafael Martos, y otra cosa es el artista y el artista no tiene que estar comprometido con nada, el ser humano sí”, ha dicho preguntado por EL ESPAÑOL.
Raphael está en el rollo
No se arrepiente de nada, pero tampoco está a gusto con lo que hace. Se considera “insatisfecho” con todo. “Normalmente no me gusta lo que hago cuando termino. Tengo un problema grande, y es que soy un autocrítico tremendo, pero luego la gente me convence de que estaba bien, pero de entrada creo que podría haberlo hecho mejor”, explica.
Ha hecho de todo, hasta tocar en festivales ‘indies’ y sólo le falta “agarrar a alguno de los jóvenes que no he cantado con ellos todavía”. “La verdad es que yo he hecho todo lo que he querido hacer, pero yo cada mañana me levanto con un deseo nuevo, de hacer otra cosa. Yo no me he quedado con las ganas de nada”, añade. De entre todos los cantantes jóvenes dice un nombre: Pablo López. Eso sí, lo que tiene claro es que nada de reguetón: “Es muy poquilla cosa eso… quién sabe, pero no es un género así como para presumir de él. Pero si tuviera que hacerlo lo haría como nadie”.
Estoy siempre con los jóvenes todos los amigos de mis hijos son mis amigos. No hago un aparte con los mayores estoy con gente joven, algo verán. Estoy ‘en el rollo’ con ellos
La fórmula del éxito no la conoce, pero en su caso la clave de haber aguantado tanto tiempo en los escenarios es que tiene “cinco generaciones que me llenan estadios todos los días”. “Mi caso es digno de estudio. Hay gente desde 12 años a gente como mi tía con 101 años, gente de todas las edades. ¿Cómo se produce eso? No lo sabe nadie, es el público el que se ha encargado de que sus hijos me oyeran y luego han ido a verme, han sido padres y han llevado a sus hijos”. Por eso disfruta junto a los que dobla la edad: “Estoy siempre con los jóvenes todos los amigos de mis hijos son mis amigos. No hago un aparte con los mayores estoy con gente joven, algo verán. Estoy ‘en el rollo’ con ellos”.
Aunque hacer cine es un problema por sus compromisos de conciertos y los ritmos de la industria en la actualidad, promete sacar un hueco cuando acabe su gira por RESinphónico. Lo que no le gustaría es que hicieran un ‘biopic’ sobre su vida, porque sería “complicado” elegir al actor que le diera vida de joven, “y no me va a gustar porque soy muy machacón, eso sí, con mi edad lo haría yo”, ha asegurado para después calificarse como “privilegiado”: “¿Tú has visto alguna vez a un hombre privilegiado? Aquí lo tienes”.
También ha sobrevivido a una industria cambiante, que ahora premia a los ganadores de talents shows y les quema en menos de un año. “En aquellos tiempos eso no existía. Lo mío fue más difícil. Tuve que ir de pueblo en pueblo, de emisora en emisora, yo no gané un concurso, gané todos los días uno con el público que tenia enfrente. Iba de ciudad en ciudad pero eso fuie bueno porque esas ciudades me han reclamado por años. Es más seguro el éxito de antes que el de ahora”. No hace falta que lo diga, su ‘gran noche’ suena ahora con más fuerza que nunca, y él promete seguir cantándola muchos años más.