Del plagio de 'Joker' a la vacía '1917': a la hoguera con las nominadas al Oscar

Del plagio de 'Joker' a la vacía '1917': a la hoguera con las nominadas al Oscar

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Del plagio de 'Joker' a la vacía '1917': a la hoguera con las nominadas al Oscar

El domingo se entregan los Oscar, y siempre es bueno ver los puntos débiles de todas las candidatas para posicionarnos en la gala.

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En la carrera por el Oscar hay que tener un favorito, posicionarse e ir con esa película a muerte. Cabrearse si no gana, celebrar sus triunfos como goles de una final de la Champion y llegar a la noche de la ceremonia lleno de argumentos para desacreditar a las rivales. ¿Vas con El irlandés? Pues prepara una batería de comentarios contra 1917. ¿Prefieres la epopeya bélica de Mendes? Ataca a Netflix y al cine coreano.
Este año la carrera parece que llega más decidida que nunca.

1917 ha conseguido todos los premios previos (Bafta, Globo de Oro y el sindicato de productores y directores), y todos los premios de interpretación han ido a parar para los mismos cuatro nombres. Sólo el fenómeno de Parásitos podría cambiar todo y hacer historia. De momento, en EL ESPAÑOL mandamos a la hoguera a todas las nominadas al Oscar a la Mejor película y damos argumentos en contra de su posible victoria.

1917

Es la gran favorita. Un éxito de crítica y de público. Premiar el drama bélico en plano secuencia de Sam Mendes es premiar el cine espectáculo, la gran producción, la película que hay que ver en una sala grande y con buen sonido, y eso en los tiempos que corren es muy tentador para la Academia. Por ello olvidarán su historia escrita en una servilleta, su efectismo al servicio de la virguería técnica y la ausencia de verdadera emoción o profundidad en un guión lleno de acción pero vacío de alma. De los momentos líricos de poeta de secundaria y los cameos de todo el cine británico mejor ni hablemos.

La película de la semana: 1917 Carmen Suárez

Parásitos

La película coreana puede dar la sorpresa y convertirse en la primera película extranjera en lograr el Oscar. Es un fenómeno desde que se presentara (y ganara) en Cannes, y sólo en EEUU ha recaudado más de 30 millones de dólares, una cifra escandalosa para un filme con subtítulos. Pero, ¿le estamos perdonando todo a Bong Joon-Ho?, ¿le perdonaríamos a otro los cientos de giros, a cada cual más sorprendente y sacado de la manga? Eso por no mencionar la innecesaria coda final (con truquito de, ehh que era mentira, sólo una carta). Además, la crítica social no podía tener una metáfora más obvia, los de arriba y los de abajo, en este caso literalmente.

El irlandés

La obra maestra y crepuscular de Scorsese pero...¿hacían falta tres horas y media para contar esto? La gente se dormía en la sala y no te digo en casa, con la posibilidad de pararla cada dos por tres. Martin, tenías que haberla contado en dos horas como mucho que la gente se cansa. Además, esta historia de mafia nos la habías contado ya antes y con ritmo más frenético. ¿Y lo de las caras?, ¿lo de ese lifting digital que les has hecho a los protagonistas? Madre mía, si Robert DeNiro en la guerra parecía una pantalla del Medal of Honor de la PlayStation 1.

El estreno del viernes 'El irlandés'

Érase una vez... en Hollywood

La primera película de Tarantino en la que no pasa nada. Asistimos a un homenaje al cine que le gusta sin que nada termine de explotar hasta su clímax violento y final, donde ejecuta un truco que ya le hemos visto antes. Lo de cambiar la historia ya suena a viejo, Quentin, y lo de mostrar mil planos de pies femeninos también. Un filme hecho para saciar sus propias obsesiones y en la que si no eres muy, muy cinéfilo estarás más que perdido ante tanta referencia de friki de videoclub.

Joker

El fenómeno más polémico del año se ha colado como una de las grandes favoritas, y lo ha hecho con Todd Phillips copiando a otro nominado, Martin Scorsese. Todo lo que hay de novedoso y sorprendente en Joker estaba en Taxi Driver y El rey de la comedia, dos obras maestras a las que saquea sin pudor. Lo que está claro es el ego desatado de Phillips, consciente en cada plano de haber hecho un peliculón, tanto como para terminar su filme -al que él mismo no califica como político por miedo- con las letras con las que acaba Ciudadano Kane. Sin Joaquin Phoenix no hubiera llegado tan lejos.

La recomendación de la semana: El Joker Carmen Suárez

Historia de un matrimonio

Problemitas del primer mundo según Noah Baumbach. Una peli para pijos traumatizados por un divorcio. El director realiza una catarsis personal en forma de película que haría retorcerse a Bergman en su tumba. Sin Driver, Dern y Johansson tampoco hubiera apasionado tanto.

Jojo Rabbit

Cómo nos la ha colado Taika Waititi. Un año vendiendo una película irreverente sobre un niño que su mejor amigo es Hitler para luego darnos la versión ‘canallita’ de La vida es bella. Un dramón de libro ya visto sobre el Holocausto, con su niña judía escondida -cómo no- y que sólo funciona las pocas veces que se arriesga con el humor. El resto nos lo conocemos de sobra y acaba siendo más moñas que ninguno.

Le Mans ‘66

La película que, directamente, no debería estar nominada ni de broma. Es un insulto haber dejado fuera Dolor y Gloria o Puñales por la espalda para colar este filme ‘cipotudo’ que huele a sudor y gasolina. La típica peli hollywoodiense que a ellos les encanta pero que no aporta nada nuevo. Bueno, eso no es cierto, Christian Bale nunca había estado peor. ¿Cómo es posible que un actor británico fuerce tanto su acento para parecer un cateto que parezca un extranjero haciendo una parodia? Ha tenido que trabajar mucho para estar tan mal, no como Matt Damon que tiene la misma cara de seto de siempre.

La recomendación de la semana: Parásitos Silvia P. Cabeza

Mujercitas

Otra vez la misma historia de siempre, sólo que esta vez Greta Gerwig la hace hipster, con un Timothée Chalamet que parece un hipster en vez de un galán de época. Su relación con Saoirse Ronan parece de dos colegas en Lavapiés en vez de la de dos personas de finales del siglo XIX. Su bailecito es sonrojante, como alguna frase de guion tan impostada que nadie acierta a decirla bien, sólo una Florence Pugh que se come todo.