Las claves de 'Perdiendo a Alice', la serie israelí de Apple TV+: metaficción, erotismo y feminismo
Entrevistamos a las protagonistas y creadora de la nueba serie internacional de la plataforma. Un thriller psicológico sobre la obsesión que está a punto de acabar con la carrera y vida de una cineasta.
Apple TV+ ha empezado fuerte el año. Después de estrenar las segundas temporadas de Dickinson y Servant, la plataforma presentará al mundo su primera nueva serie de 2021: Perdiendo a Alice. La serie creada por Sigal Avin es una nueva demostración del gran estado de forma que atraviesa la televisión de Israel, un fructífero mercado audiovisual del que han surgido remakes de títulos locales como Homeland, En terapia, Rehenes, Todos mis novios y The Baker and the Beauty. La revolución del streaming y sus estrenos globales han hecho posible que Perdiendo a Alice se estrene como fue concebida y sin necesidad de hacer una nueva versión. El viernes llegarán los tres primeros episodios de este thriller psicológico. A partir de ahí, cada semana se podrá ver un nuevo capítulo hasta completar los ocho que tiene la miniserie.
Avin, una guionista curtida en la televisión israelí durante los últimos veinte años, está detrás de este thriller psicológico protagonizado por una directora de cine de mediana edad (Alice, interpretada por una superestrella en su país como Ayelet Zurer) que se obsesiona con una joven guionista (Sophie, a la que da vida Lihi Kornowski) que parece dispuesta a todo para poder lograr poder, relevancia y éxito. El futuro protagonista del proyecto (David, encarnado por Gal Toren) que convertirá en película el guion de la escritora de 24 años es también uno de los actores más exitosos de Israel… y el marido de Alice en la vida real.
SERIES Y MÁS estuvo hablando con la creadora y el triángulo protagonista de un adictivo relato que recuerda a títulos de maestros como David Lynch, Alfred Hitchcock, Paul Verhoeven o Roman Polanski. “La mayoría de thrillers psicológicos que hemos visto están dirigidos por hombres”, reconoce Sigal Avin”. “Esos hombres que citas me inspiraron muchísimo, pero creo que Jane Campion capturó el erotismo en El piano como se había hecho antes nunca antes. Al final como directora y guionista me fijo en todo lo que he visto mientras crecía para acabar creando algo mío”. De hecho, el primer encuentro entre Alice y Sophie se produce a bordo de un tren, como en Extraños en un tren. La dinámica entre la maestra y la alumna recuerda a otro clásico del cine, Eva al desnudo, aunque aquí nunca se sabe muy bien quién está utilizando a quién en realidad. “La primera imagen que me apareció en la cabeza fue la del tren: una mujer mayor conoce a una chica joven y empieza a obsesionarse con ella. Desmonté esa idea y a partir de ahí empecé a desarrollar el resto de elementos de la serie”.
En busca de la inspiración
Al principio del relato, Alice es una mujer que ha tenido gran éxito en su carrera y que, sin embargo, ahora está atrapada en una vida doméstica y familiar que dificulta la aparición de la inspiración. “Como guionista siempre te da pavor ese momento de quedarte sin ideas. Tienes que trabajar para que aparezca esa inspiración. No llega sola. Al final encontrarás una idea que se convierte en algo más. Mi marido dice que cuando estoy escribiendo nunca sabe con quién se va a levantar. Depende mucho de cómo ha ido la noche anterior. Si ha ido bien, soy una mujer estupenda. Si no es el caso, se levanta al lado de un monstruo”, ríe la guionista.
Para Ayelet Zurer, una estrella local desde que fue escogida por Steven Spielberg para ser la esposa de Eric Bana en Munich, es una historia diferente. “Si te pasa como actriz, estás perdida. Necesitas cambiar a otra profesión”, bromea la actriz de 51 años. “Creo que no me ha pasado nunca. Lo que sí puede suceder es que tu trabajo se resienta si el guion no es bueno. Si lo es, como Perdiendo Alice, es más fácil enfrentarte al viaje y perderte en el personaje”.
Un casting difícil
Zurer estuvo a punto de no hacer la miniserie. Cuando la creadora le pidió hacer una prueba para el proyecto, la actriz estaba en Estados Unidos, donde reside habitualmente. “Las dos escenas que me mandó Sigal eran tan complejas que sabía que en Skype no iba a funcionar. No iba a tener la misma energía e iba a ser una pérdida de tiempo para todo el mundo. Le sugerí que buscara a otra persona”, recuerda la actriz. Un accidente de su madre cambió su suerte. “Tuvimos que volver a Israel y nada más pisar el hospital me llegó un mensaje de Sigal, preguntándome por si había vuelto a casa por Navidades”. Ese mismo día la actriz hizo la prueba con Lihi Kornowski, una prometedora actriz local que había sido la primera en fichar por el proyecto. Funcionó.
“Nuestra audición no tiene nada que ver con la de la serie”, recuerda risueña la joven actriz en referencia a una incómoda escena en un casting de uno de los episodios de Perdiendo a Alice. “Estaba muy emocionada por conocerla y hacer una prueba con ella. Es una de las mejores actrices que tenemos en Israel. Al final de la audición le pedí que nos hiciéramos una foto y todo”. Sigal había encontrado exactamente lo que buscaba. “Hice pruebas con muchas actrices maravillosas, pero todas las veces se creaba una dinámica entre los personajes que parecían madre e hija. Con Ayelet había mucha tensión y era la relación que buscábamos”.
Kornowski tenía también su propio desafío: interpretar a una mujer misteriosa e impredecible que provoca el caos allá donde va. “Tuve una conexión muy fuerte con Sophie desde el principio. Teníamos cosas en común, pero en la vida real soy muy masculina. Tuve que trabajar para encontrar esa feminidad y poder hacer de esta femme fatale de nuestro tiempo. Muchos pensarán que es oscura y manipuladora, pero yo quería saber de dónde viene y por qué hace lo que hace”. Su interpretación magnética, su química con Zurer y la exposición global de la serie podrían abrirle las puertas de Hollywood, un camino que ya han seguido compatriotas como Gal Gadot (Wonder Woman) o Shira Maas (Unorthodox).
Más que un thriller
“Esta historia es un noir, un thriller psicológico, un misterio que no se responde hasta el final… Alice tiene que lidiar con la paranoia y la ansiedad, pero Perdiendo a Alice también habla de los pequeños detalles, las dinámicas de la vida doméstica y el reparto de roles entre hombres y mujeres”, advierte la guionista. A pesar de que digan que Tel Aviv es la Nueva York de Oriente, la israelí sigue siendo una sociedad profundamente patriarcal. “En realidad David es un niño de mamá por dentro, cuando la imagen que proyecta es de actor de éxito, famoso y con ese aire de macho”, admite Gal Toren, el protagonista masculino de la miniserie. “Sabía que tenía que centrarme mucho en reforzar ese aspecto del personaje. Lo más interesante era ver cómo esa sensación de éxito y esos roles de la sociedad se entrometían en la vida doméstica de la pareja”.
Perdiendo a Alice también era una oportunidad de Sigal Avin para mostrar la experiencia de las mujeres en una industria, el cine, que sigue siendo machista. “En la película que se rueda dentro de la serie vemos cómo Alice tiene que lidiar con un equipo que son todos hombres. No es lo que sucedió en esta producción, pero pasa a menudo. No es fácil para una mujer directora, por eso era tan importante para mí explorarlo y enseñarlo con esta historia”.
La experiencia en los platós -y fuera de ellos- de hombres y mujeres sigue siendo radicalmente opuesta, incluso después de la reciente revolución feminista en la industria. “He visto como algunos compañeros directores se van a hacer su película, desconectan durante el rodaje y cuando terminan vuelven a su casa. Yo he pasado de estar en éxtasis, sentirme como la reina del mundo por haber rodado una escena difícil, y llegar a casa para descubrir que los niños no habían cenado todavía. Llevas 14 horas trabajando y tienes que ponerte a hacer la cena al llegar a casa”, explica la guionista y directora de los ocho episodios que componen la serie de Apple TV+. “Es una historia muy personal, pero no es autobiográfica”, aclara Avin. “Hay partes de mí en la historia y en varios personajes, pero cuando estaba escribiendo me dejé llevar y me olvidé. “Fue en la sala de montaje cuando descubrí que había escrito todo eso. Me entró un poco de pánico, pero ya estaba contado”.
La mirada de una mujer
Zurer reivindica la mirada de su directora y guionista detrás de las cámaras. “No es que los hombres no puedan escribir bien a las mujeres. No es cierto, pero lo que ha hecho Sigal es crear una mujer real y moderna que abarca lo que implica ser una mujer hoy en día”, confiesa en admiración el nuevo fichaje de You, la serie de Netflix que estrenará este año su tercera temporada. “Ser madre, ser escritora, querer algo que otra persona tiene, tener que llevar una vida doméstica cuando tu pareja está fuera trabajando, conocer a una mujer en tu ámbito de trabajo y que sea alguien con talento y belleza que te haga replantearte cosas,.. Todas estas cosas están escritas con tantos matices que creo que solo puede saber una mujer. Los pequeños detalles son muy reveladores”. La destinataria de estas bellas palabras cierra la conversación con una petición y una declaración de intenciones. “Espero que a partir de ahora haya más y más mujeres que hagan estas películas y se conviertan en referentes. Esta historia también es una carta de amor a las mujeres que quieren hacer cine”.
'Perdiendo a Alice' llegará a Apple TV+ el 22 de enero con el estreno de sus tres primeros episodios.
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