Johnny Depp: “Los periodistas quieren contar la verdad, pero siempre hay fuerzas superiores”
El actor ha visitado el Barcelona Film Fest para presentar su última película, 'El fotógrafo de Minamata', que se estrena el 30 de abril.
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Hay estrellas a las que la fama les precede. Johnny Depp es una de ellas. La fama es que puntual, precisamente, no es. Es normal que se haga de rogar. O hablando claro, suele llegar tarde a las convocatorias de prensa. Para agrandar su leyenda, Depp cumplió con lo esperado y se presentó una hora y media tarde a la rueda de prensa de El fotógrafo de Minamata -que se estrena el 30 de abril-, la película que presentaba en el Barcelona Film Fest. Pero hay que ser justos, a cambio dio una clase magistral de lo que debería ser un encuentro con la prensa. Se entregó en cada respuesta, defendió la película y aguantó el tirón.
Fue generoso y agradeció esta oportunidad de visitar Barcelona. Primero se hizo un lio y dijo que estaba encantado de estar en la ciudad de Guernica. Luego dijo que quería quedarse a vivir allí, y luego ya entro en harina y habló de este filme dirigido por Andrew Levitas, en el que da vida a Eugene Smith, fotógrafo que retrató la Segunda Guerra Mundial y que en 1971 fue a la ciudad japonesa de Minamata a captar con su cámara este pueblo japonés que estaba siendo envenenado por los vertidos de mercurio de una gran empresa.
Un personaje real al que el propio Depp “admiraba mucho” y que ha provocado que haya producido este filme en el que ha querido “honrar su legado”. Para ello visitó la ciudad real y conoció a su gente. Incluso les captó con su cámara como hizo Smith, que creía, como decían los nativos americanos, que con cada instantánea te robaban un trozo de alma. “Cuando haces una foto capturas ese momento, y sí, creo que un poco de su alma. Lo que ocurre en una fotografía es como un baile, en el que uno de la pareja renuncia a unas cosas y otro a otras”, ha expresado Depp con su voz ronca y pausada.
Un personaje que es alcohólico y vive atormentado, una tónica en muchos de sus papeles, y es que cree que el sufrimiento, y por ello las adicciones, son algo que han estado vinculadas al arte desde siempre. “Es algo que ocurre desde el inicio de los tiempos. Ha pasado siempre, con artistas, con escritores, con gente que hemos admirado mucho. Van Gogh era un infeliz, y consumía con un fuego interno y se automedicaba. Baudelaire tomaba opio, hachís y vino para afrontar todas las capas de su dolor. Pasa con cada artista grande e importante, mira los cómicos, que nos hacen reír pero luego son gente solitaria e infeliz. Ese arte procede de su propio dolor”, ha dicho sobre estos patrones de sus películas.
“Un artista es lo que le sucede, y puedes abordar el trabajo y ser orgánico y honesto, pero siempre estás canalizando tus propias emociones, es como pintar un cuadro invisible, nunca se ve todo lo que hay detrás de esa persona. Pasa cuando hay un diálogo entre dos personas, detrás de lo que decimos hay mucho más. Eugene no hubiera llegado a ser quien es si no fuera por las tragedias y el dolor que sufrió. ¿Eso significa ser autodestructivo? Bueno, él sabía lo que quería y que iba a hacer todo lo necesario para sus propósitos”, ha dicho el actor que después ha aclarado que “no creo que alguien deba sufrir para ser artista, eso es ridículo, pero sí creo que si uno está comprometido con lo que hace hay que estar preparado para sufrir y para transmitir ese deseo y esa pasión”.
No creo que exista el demonio, pero sí existen las grandes corporaciones que quieren ganar dinero a cualquier precio. Existe el odio, pero también el amor
Una película que habla también del poder del periodismo, y de cómo la avaricia intenta comprar todo y está por encima de todo. El actor ha hablado también del alivio que ha supuesto quitarse de encima a Donald Trump, al que considera “una espina para cualquier país”. También ha sido preguntado si cree que el mal triunfa sobre el bien en este momento, y ha sacado su versión más política.
“Si me preguntas si las fuerzas del mal están detrás de todo... mira, Minamata es un pueblo pequeño dedicado a la pesca y un día una corporación, a sabiendas, vierte mercurio y lo convierte en una pesadilla hasta hoy. Es una pesadilla, y es un microcosmos, pero antes de Minamata hubo otros muchos, y los medios de comunicación en los que escribís quieren contar la verdad, pero siempre encuentran fuerzas superiores que quieren cambiar el titular, que no quieren que la cuentes, y luego eres tú el que firmas la historia”, ha opinado el actor de Piratas del Caribe.
También se ha mostrado en contra de las grandes empresas que sólo buscan la rentabilidad. “No creo que exista el demonio, pero sí existen las grandes corporaciones que quieren ganar dinero a cualquier precio. Existe el odio, pero también el amor. Miremos a las enfermeras en esta pandemia, que han estado triplicando turnos para cuidar de los pacientes, gente que se ha preocupado por los demás, casi como si se pusieran delante de las balas para que no les hirieran, y esas fuerzas siempre serán más fuertes”, ha zanjado.