Aitana Sánchez-Gijón: “Cada vez que las mujeres damos un paso, la caverna acecha para tumbarnos”
La actriz trabaja por primera vez con Almodóvar en 'Madres Paralelas', que se estrena este viernes y donde habla de maternidad y Memoria Histórica.
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Si las palabras del diccionario fueran acompañadas por una imagen, la de ‘clase’, en su acepción de elegancia y distinción, podría ir con una fotografía de Aitana Sánchez-Gijón. La actriz es pura delicadeza. No sólo en los escenarios, donde ha demostrado todo su talento sobre todo en las tablas con interpretaciones prodigiosas como la de Medea, sino también cuando uno habla con ella en una entrevista. Paladea sus frases. Es inteligente, elocuente. No se corta. Nunca lo ha hecho. Esa clase. Esa elegancia casi sobrenatural es la que vio Pedro Almodóvar en ella para darle uno de esos secundarios que tan bien escribe y que roban sus escenas en Madres Paralelas.
Es raro que Almodóvar nunca hubiera trabajado con Aitana Sánchez-Gijón, pero ahora su Teresa es imposible verla en otro rostro, en otro cuerpo. Porque la actriz viste a esta actriz que antepone su vocación a su instinto maternal de esa elegancia característica suya y de una fina ironía que encandila. A ella le corresponde una de esas frases que quedará para la historia del cine de Almodóvar: “Yo soy apolítica, mi trabajo es gustar a todo el mundo”. Una frase que no puede tener menos que ver con ella, pero que suelta como un caramelo envenenado.
La actriz vio por primera vez el filme en el pasado Festival de Venecia, cuando Madres Paralelas inauguró la Sección Oficial a concurso. Unas horas después, y una ovación de todo el auditorio mediante, la actriz mostraba su emoción: “Era la única que no había visto la película y casi me desmayo de la emoción, creía que estaba preparada, había escuchado de todo, conocía la historia de sobra, y lo que me paso por el cuerpo me dejo muy sorprendida, fue como la lluvia fina que te va calando poco a poco y que finalmente me pegó un revolcón emocional y existencial muy fuerte".
"Creo que Pedro está en estado de gracia absoluto y que escoge una manera de contar una historia que nos define como sociedad, con nuestras deudas pendientes, desde un lugar intimo, humano y personal que creo que es la manera más inteligente de aproximarse a nuestra Memoria Histórica”, contó a un reducido grupo de medios entre los que se encontraba EL ESPAÑOL .
De su mítica frase en la película asegura que no se arrepiente de haberse mojado en los temas que le han preocupado: “Siempre me he sentido, como ciudadana, tremendamente concernida por lo que me rodea y con una gran necesidad de manifestarme y posicionarme. Es un privilegio tener micrófonos delante y gente dispuesta a escuchar lo que digo, pero como una ciudadana más, no desde ninguna atalaya ni ninguna superioridad moral. Simplemente cuestiono el mundo en el que vivo e intento aportar mi granito de arena, sobre todo desde los escenarios y con las historias que escojo contar”.
Todo acto artístico es un acto político, hasta las películas de evasión. No hay nada más político que las películas comerciales que nos llegan de EEUU. No sé... creo que tenemos que agitar un poquito
Tiene claro que “todo acto artístico es un acto político, hasta las películas de evasión”. “No hay nada más político que las películas pretendidamente de evasión o comerciales que nos llegan de EEUU. No sé... creo que tenemos que agitar un poquito. No es que creamos que los actores podemos cambiar el mundo, peor aunque sea con poder llegar a cuatro personas, si conseguimos que alguien reflexione durante cinco minutos, que se cuestionen algo gracias a tu trabajo... pues entonces ya merece la pena”.
Madres Paralelas habla de Memoria Histórica, y habla de maternidades, pero unas maternidades diferentes a las que habíamos visto hasta ahora en el cine de Almodóvar. Una película donde las mujeres se ayudan para salir adelante, donde se muestra algo que Aitana Sánchez-Gijón cree que es fundamental, la “sororidad, esa red, porque somos una red, nos apoyamos... yo no podría sobrevivir sin una red de mujeres que pueblan mi vida y me han ayudado desde siempre a tirar para adelante”.
Sanchez-Gijón destaca la cotidianidad del filme, cómo los gestos pequeños, del día a día, los que “de tan pequeño parecen banales, son los que sustentan la vida”. “A partir de ahí las mujeres hemos arrancado y arrastrado carros y carretas y hecho otras miles de cosas. Y hablamos de esta sociedad occidental nuestra, de nuestro país, pero somos un porcentaje de muy pequeño comparado con el medievo que se vive en otras partes del mundo. Nosotras llevamos un camino importante andado en estos 100 años. Hemos dado pasos de gigante, pero esto es minoritario y faltan siglos o milenios para una igualdad real en todo el mundo. Y sobre todo, no hay que bajar la guardia, porque además, la reacción cada vez que las mujeres damos un paso, es que la caverna está acechante para tumbarnos de nuevo”, zanja.
Para ella España es “una matria, y ya era hora”, y aunque piensa que algunos “se soliviantarán” porque Almodóvar se atreva con la Memoria Histórica, cree que “el lugar desde el que el ha escogido narrar esta historia no da para grandes polémicas”. “Es que es un lugar de amor y de humanidad, está hablando de personas de carne y hueso que necesitan honrar a sus muertos, nada más. Y eso es tan antiguo como el ser humano. No podemos seguir adelante sin celebrar nuestros ritos. Nos hemos desarrollado como civilización a través de esos ritos, y de eso se habla”.