Ponga un actor de verdad en su serie. Lo dicen los Goya
Hoy se entregan nuestros queridos y nunca bien ponderados Premios Goya. 30 años cumplen los cabezones. Qué hermosotes se les ve, ¿verdad? Hoy es un día grande. Por el escenario de ese hotel de carretera que ejerce de auditorio desfilará lo más granado de nuestros intérpretes. Los mejores que tenemos. O parte de ellos. En su inmensa mayoría, quienes recojan, entreguen o incluso aplaudan a premiados son bestias pardas de la interpretación, animales actorales de calibre 33, cómicos excepcionales...
En un pequeño ejercicio de agudeza visual, propongo someter al espectador a un juego. ¿Dónde están, televisivamente hablando, estos grandes intérpretes? ¿Dónde se meten? ¿No hay series para ellos? ¿No hay caché? ¿Por qué nuestro star system cinematográfico se muere antes de llegar al plasma de televisión? No tengo las respuestas.
¿Por qué nuestro star system cinematográfico se muere antes de llegar al plasma de televisión?
Nuestra ficción televisiva vive atrapada en un deja vu, con los mismos rostros de siempre que rotan de cadena en cadena, de serie en serie, de proyecto en proyecto, sin darnos tiempo a imaginar un mundo sin (y cito a lo loco y de manera no exclusiva) Concha Velasco, Amaia Salamanca, Gonzalo Castro, Francesc Garrido, Blanca Portillo o Belen Rueda. Que no es que sean malos (algun@ sí, la verdad) pero ¿no les resultan cansinos?
Así que, aprovechando esa gran fiesta del cine español, y en plan guía de trabajo para directores de ficción, jefes de casting y responsables de cadena aquí tienen una recopilación que confío sea de su utilidad. El titulo no puede ser más gráfico: "Ponga un actor de verdad en su serie. Lo dicen los Goya".
* Maribel Verdú: (10 nominaciones, 2 Goya): La más obvia. Candidata en una decena de ocasiones e indiscutiblemente una de las mejores actrices de este país, en Telecinco ya le han machacado dos proyectos consecutivos, uno de ellos cancelado antes de ver la luz (Cuestión de sangre) y el otro, remodelado de arriba abajo (La Verdad). Tan cambiada han dejado la serie que han sacado a Maribel Verdú y han metido a Lydia Bosch. Poco más se puede decir al respecto…
* Lola Dueñas (3 nominaciones, 2 Goya): Posee una vis cómica genuina y es capaz de simultanear el drama y la comedia con pasmosa facilidad, como demostró en Volver. Actriz completa y de múltiples registros, desde Policías no pisa una serie nacional de manera regular. Tan solo apareció en unos capítulos de Aída interpretando a la exmujer de Chema. Nunca ha tenido un papel protagonista en televisión. Ya va siendo hora de ofrecerle un papel a su altura. Quizá una incursión en La que se avecina, al estilo Verónica Forqué, sea un primer paso para cotas más elevadas.
* Lolita (1 nominación, 1 Goya): Se ha pasado 5 meses robando el poco protagonismo que dejaba Silvia Abril en Tu cara me suena. Ganó un Goya por Rencor bordando un papelón trágico. Malgastada en subproductos, estereotipada o secundaria, ahora es el momento de que un productor avispado se suba a su cresta de popularidad y le dé un buen papel dramático en una miniserie.
* Ana Belén (5 nominaciones): Cuando se anunció el proyecto de La Embajada para Antena3, Ana Belén fue la imagen soñada por muchos para encarnar un papel que a priori parece reunir glamour, cultura, saber estar, capacidad de intriga y mucha tensión sexual no resuelta. La elegida por Bambú, en cambio, ha sido la ubicua Belén Rueda, que no sale de una y se mete en otra. Luna, Septimo, Ismael o la reciente B&b no ayudan a subir su crédito reciente.
* Candela Peña (5 nominaciones, 3 Goya): Vis a vis ha revivido la maltrecha carrera interpretativa de Najwa Nimri. No sería un mal golpe de efecto que, para próximas temporadas, incorporaran a otra estrella de los 90 caída en desgracia. Perfecta para un registro barriobajero y/o de presidiaria, Candela Peña apenas ha paseado palmito por la ficción nacional. Una de las más completas actrices de nuestro país va mereciendo ya un personaje televisivo a la altura.
Para completar reparto: Elena Anaya (ganadora), Pilar López (ganadora) de Ayala o Ruth Gabriel (ganadora), para cualquier papel que osen plantearle a Olivia Molina, Megan Montaner o Paula Echevarría.
* Carmelo Gomez (4 nominaciones, 2 Goya): El partenaire soñado para Ana Belén en La Embajada que nunca lo será. Solvente, enérgico y talentoso, toda una estrella nacional de los 90, que apenas se ha dejado ver en televisión, salvo puntuales TV movies. Normal que no quiera acercarse a la caja tonta. Pero un buen personaje de galán maduro le haría resarcirse.
* Ricardo Darín (4 nominaciones, ¿1 Goya?): El argentino más aplaudido a este lado del charco no le hace remilgos a la pequeña pantalla, pues su carrera está trufada de proyectos televisivos. Apunta a que se lleva de calle el Goya por Truman, y eso ha multiplicado, aún más si cabe, su caché. Dotado para la comedia y para el drama, sigue siendo el perfecto vecino de al lado al que le pasan cosas extraordinarias. Quizá va siendo hora de dejar descansar a Antonio Resines y darle trabajo a Darín. Y de paso, subir el listón de los guiones que recibe el Presidente de la Academia, claro.
* Sergi López (3 nominaciones): Se ha especializado en villanos (así se lo reconoce la Biblia del cine, la imdb.com), quizá por su icónico personaje en El laberinto del Fauno. Capaz de sostener personajes oscuros, retorcidos y siniestros, podría ser un malvado perfecto en esas tramas de Bajo Sospecha. Subiría bastantes enteros el nivel interpretativo de la serie.
* Antonio de la Torre (6 nominaciones, 1 Goya): Parece difícil de creer, pero uno de los mejores actores en dos décadas no ha pisado apenas la televisión nacional para hacer ficción. ¿Falta de proyectos? ¿De interés? ¿De presupuesto? ¿De tiempo? Interpretativamente no tiene mucho que envidiarle a José Coronado, con quien podría rivalizar en todos los castings, y las cadenas apenas han explotado su potencial, que es amplísimo.
* Eduard Fernández (9 nominaciones, 2 Goya): Bastaría con seleccionar la mitad de las series rodadas en el último lustro por Lluis Homar, repartirlas con este actor de carácter y gesto poderoso (ahí está El Método o El Niño para demostrarlo) y tendríamos un equilibrio perfecto entre ubicuidad y talento. La consecuencia de no hacerlo es que al pobre Homar le tienen más quemado que el motor de un Volkswagen y Fernández... pues no.
Para completar su reparto de Goya: Oriol Vila (nominado) Jan Cornet (ganador) o Tamar Novas (ganador) y así dejar descansar mucho tiempo a Antonio Velázquez, Maxi Iglesias y Carles Francino.