Las mentiras de Ana Obregón para ocultar que ya no interesa a la audiencia
Sus datos de audiencia han demostrado que ya es un personaje en decadencia y sin interés.
5 diciembre, 2016 08:47Tras abrir las puertas de su vida a la audiencia de DKISS con la que ha compartido muchos momentos de su vida personal, Ana Obregón se dispone a poner punto y final a esta aventura televisiva este domingo con el octavo y último capítulo de Algo pasa con Ana.
Lo hará por la puerta de atrás, con unos datos por debajo de la media del canal que demuestran que ya es un personaje en decadencia cuyas peripecias no interesan ni lo más mínimo a la audiencia. Una cruda realidad que Obregón no ha conseguido asimilar. Para ocultarla, además, no ha dudado en inventar una serie de mentiras.
El reality ha acumulado una media de un 0,5%, tres décimas por debajo de DKISS
Durante sus últimas entrevistas, la madrileña ha dicho que el reality ha estado en un share superior a la cadena. Algo que es completamente mentira. Los 7 episodios emitidos hasta ahora por DKISS han acumulado una media de un 0,5% de share y 96.000 espectadores, mientras que la cadena cerró noviembre con un 0,8%.
La popularmente conocida como Antoñita La Fantástica también ha dicho que hace la misma audiencia que, en su día, también hacía el reality de Alaska y Mario. Completamente falso. El reality de MTV promedió un 1,3 y 245.000 espectadores, un 1,5% y 280.000 espectadores y un 2% y 348.000 espectadores en sus tres temporadas en abierto.
Por último, Obregón ha dicho que DKISS todavía no tiene cobertura total a nivel nacional y solo un 30% de la población puede acceder a ver su programación. También es falso. La cadena de Radio Blanca actualmente tiene una cobertura del 59%.
Obviamente, como los datos son los que son, por mucho que Anita no los acepte, la cadena ha decidido no renovar el reality por una nueva segunda temporada.
La poca naturalidad de Ana
Como ya contamos en BLUPER, Algo pasa con Ana ha sido lo más anti televisivo que se ha visto en mucho tiempo. Mostrado en el pasado FesTVal de Vitoria, lo que hacía de este programa un sufrimiento continuo para el espectador es la poca naturalidad de Ana.
Demostrando sus dotes como actriz, el reality ha tratado de una continua actuación delante de las cámaras sin parangón. Ana no se ha mostrado a sí misma en ningún momento y parecía guionizada (por sí misma) antes de encender el piloto rojo de la cámara.
Obregón podría haber sido una chica de bien cuyas excentricidades y poses nos hicieran reír. Sin embargo, la que fuera presentadora de Qué apostamos no ha provocado ni una sola carcajada.