Los positivos por tuberculosis bovina en tres explotaciones de la comarca leonesa de Riaño han avivado el debate sobre las campañas de saneamiento ganadero y también las medidas a tomar ante un contagio.
El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Gerardo Dueñas y las Organizaciones Profesionales Agrarias (Opas) defienden que no es necesario sacrificar todas las reses alojadas en la explotación, mientras que el Consejo de Colegios de Veterinarios de Castilla y León se mostró defensor del ‘vaciado’, que consiste en dar muerte a todos animales de una misma granja. El PSOE y Ciudadanos se mostraron partidarios de “cumplir la ley”.
El portavoz de la Junta de Castilla y León, Carlos Fernández Carriedo, afirmaba, tras el Consejo de Gobierno de este jueves que el protocolo no se va cambiar pero quizás "algunos aspectos".
Gallardo aseguraba, en la mañana de este viernes, 3 de junio, que la posición de la Junta de Castilla y León es “de sobra conocida”, y en particular la de la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo rural, todo ello “dentro de los márgenes que permite la Ley” y ha apostado por “dar una solución a los ganaderos” que pasa por “reforzar los controles” pero “no matando moscas a cañonazos”, porque no cree que “esta sea la solución”.
“Este es un Gobierno que va a arrimar el hombro con los ganaderos y va a dar una respuesta al medio rural”, ha añadido y ha rechazado que “se vayan a aflojar las medidas de las directrices europeas”.
“La normativa permite una horquilla de soluciones que se pueden hacer que no implica que porque una vaca esté infectada haya que matar a las 140 restantes. Vamos a hacer controles de frecuencia. De mayor tipología. No solo los epidemiológicos sino adicionales. Más control para tomar más medidas conforme al principio de proporcionalidad”, ha finalizado Juan García-Gallardo, de Vox.