Foto de familia de la junta directiva de Vitartis junto al consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero. Archivo

Foto de familia de la junta directiva de Vitartis junto al consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Jesús Julio Carnero. Archivo César Sánchez ICAL

Economía

La locomotora de la industria alimentaria tira del tren de Castilla y León

Según Cristina Ramírez, directora de VITARTIS, el único punto débil del sector es la atomización del mismo

8 octubre, 2021 07:00

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Al menos tres veces al día recurrimos a ellos. Nos sentamos a la mesa sin saber ni cómo ni de dónde proceden los alimentos que nos vamos a llevar a la boca. Necesitamos a los productores y a las industrias manufactureras de alimentos más de lo que percibimos a diario, y muchas veces menospreciamos el esfuerzo y el sacrificio que estas compañías invierten para alcanzar la innovación y la tecnología que requiere un mercado cada vez más global.

La industria alimentaria en Castilla y León cuenta con 3073 empresas, que generan un volumen de negocio próximo a los 10.700 millones de euros, cerca del 10% de las ventas nacionales. El 99,7% de las empresas del sector son pymes, y más aún, el 82,5% del total tiene menos de 10 empleados (denominadas como micropymes) y el 25,5% son empresas sin empleados.

Sobre este sector, que tanto peso tiene en la región, hablamos con Cristina Ramírez, directora de VITARTIS, la Asociación de la Industria Alimentaria de Castilla y León.

¿En qué cifras se sitúa la facturación anual y la exportación del sector en Castilla y León?

Los principales indicadores económicos sitúan a la industria alimentaria de Castilla y León (alimentación y bebidas) en el tercer puesto del ranking de las 17 comunidades autónomas. Tanto por volumen de negocio como por su Valor Agregado Bruto o número de empleos, la industria alimentaria de Castilla y León se sitúa con valores solamente por debajo de los que registran Cataluña y Andalucía.

En cuestión de las ventas al exterior, según la estadística anual del ICEX 2020, la industria alimentaria regional cae al octavo puesto. Las ventas totales de Castilla y León en el exterior fueron en 2020 de unos 12.500 millones de euros. Observamos unos datos muy alentadores, pues las exportaciones de la industria agroalimentaria de la comunidad han crecido en los últimos años, tanto en volumen de ventas como en número de empresas exportadoras.

La pandemia, con sus medidas de confinamiento y restricciones posteriores, ha impactado en todos los sectores industriales. ¿Cómo lo ha hecho en el sector alimentario? ¿Al ser un sector esencial es posible que haya afectado menos?

El impacto en el sector agroalimentario ha sido grande. Lo que hemos visto ha sido un comportamiento ejemplar por parte de toda cadena alimentaria en los momentos más críticos. El sector ha actuado de una manera responsable y coordinada a pesar de las dificultades. Cada una de las industrias alimentarias buscó su solución y su manera de gestionar en primer lugar que sus trabajadores estuvieran suficientemente protegidos y, en segundo lugar, de seguir manteniendo la seguridad y la calidad de los alimentos. De esta forma, la cadena alimentaria se pudo mantener y evitar cualquier problema de desabastecimiento en esos momentos tan críticos.

No conozco datos de otros sectores, realmente no sé si ha afectado más o menos que a otras industrias, lo que sí puedo decir es que dentro del propio sector ha afectado de manera muy heterogénea, dependiendo mucho del canal de venta. Todas aquellas empresas que tuvieran como único cliente, o cliente principal, al canal HORECA (Hoteles, restaurantes y cafeterías), esos han sufrido mucho más que los que se dedicaran a producto de primera necesidad de supermercado.

¿Los nuevos hábitos de consumo (diferentes prioridades, compra de proximidad, canal online…) han llegado para quedarse?

El cambio de prioridades y de hábitos fue absoluto esos meses. El tirón que tuvo la digitalización y el e-commerce, puede que no se mantenga con tanta intensidad, pero sin duda no se va a perder, igual que no se van a perder completamente cosas como el teletrabajo o las reuniones virtuales porque tienen su parte ventajosa. La empresa al final ha de adaptarse a lo que el consumidor demanda.

 El sector alimentario está abocado a mejorar siempre en términos de competitividad. ¿Cómo se puede mejorar la competitividad de las empresas alimentarias de Castilla y León?

Solamente hay una forma de mejorar la competitividad:  aplicando tecnología, siendo más eficiente en el uso de los recursos, y con innovación.

Desde Vitartis siempre abogamos por la innovación abierta y colaborativa. Pretendemos hacer participar a las empresas en grupos de investigación, centros tecnológicos, universidades, incluso interactuar con otras empresas. También consideramos muy importante la formación, por supuesto.

¿Cómo se enfrenta el sector a los retos económicos actuales como la subida de la electricidad?

Con eficiencia, sobre todo. A las empresas les afectan los costes de la energía, los costes logísticos, todo esto supone un coste para la empresa. Lo que hacen es intentar ser cada vez más eficientes invirtiendo en formación de personas y con la aplicación de tecnologías, de tal manera que se gane competitividad.

¿Cuáles son los puntos fuertes y puntos débiles del sector?

El sector agroalimentario castellanoleonés tiene tres puntos fuertes reconocidos nacional e internacionalmente: seguridad, calidad y su compromiso con la tierra.

La seguridad a nivel europeo se sobreentiende por supuesto. Y la calidad de los productos agroalimentarios de Castilla y León es otra máxima que está unida a su compromiso con la tierra. El nuestro es un sector que está ligado al territorio, a las zonas rurales, está muy comprometió con la región porque es donde se localizan las materias primas, que son de mucha calidad.

Y en cuanto a puntos débiles… aparte de la situación más o menos coyuntural de la subida de precios de la logística y de energía, que son factores externos, tenemos que es un sector muy atomizado: hay muchas empresas muy pequeñas, y eso dificulta el poder acometer proyectos mayores. Por eso valoramos las alianzas entre empresas para crecer y ganar competitividad, por ejemplo, para exportar.

Vitartis siempre ha reiterado su compromiso con el desarrollo del medio rural, en el que se asientan la mayoría de las industrias agroalimentarias de Castilla y León. ¿Qué proyectos hay en marcha para superar la “brecha digital”? ¿Qué soluciones tecnológicas aporta la asociación para la industria?

Superar la brecha digital implica tener una infraestructura mínima imprescindible de la que se tiene que ocupar la inversión pública. Nosotros no podemos ocuparnos de establecer infraestructuras para que pueda llagar la conexión a toda la región. Si quieren que se fije población en las zonas rurales, tienen que llegar las comunicaciones, esto es indispensable.

Lo que nosotros si hacemos es acercar soluciones de transformación digital y de implementación de tecnologías a nuestros socios. Esto se gestiona a través de proyectos y de indagar entre start-ups y empresas especializadas. Siempre tenemos proyectos en marcha en este sentido.

Cristina Ramírez, directora de Vitartis

Cristina Ramírez, directora de Vitartis

Reto desarrollo sostenible ¿Pueden entender las empresas que es una amenaza más que una oportunidad?

El desarrollo sostenible es algo que las empresas agroalimentarias asociadas a Vitartis tienen muy asumido. Nosotros entendemos la sostenibilidad desde la cuenta de resultados hasta conservabilidad ambiental, social… tenemos también en cuenta a las personas y el buen gobierno.

Es verdad que las inversiones para la sostenibilidad a veces requieren un importante esfuerzo económico, en ese sentido sí que lo pueden ver como una obligación, pero nunca como una amenaza. Sino como una oportunidad para perpetuarse en su medio, en su entorno social, y que la empresa quede como un legado a lo largo del tiempo. Además, la mayoría son empresas familiares, por tanto, ellas son las primeras interesadas en mantener la sostenibilidad.

Nosotros ayudamos a las empresas a que la sostenibilidad sea una palanca para revalorizarse y siga siendo rentable invertir en ello. El objetivo es que las empresas puedan incluir los objetivos de desarrollo sostenible en sus propios planes estratégicos.

¿La industria alimentaria se ve suficientemente respaldada por administraciones e instituciones?

Sí que es cierto que hay ciertas demandas que entendemos que no han sido todavía respondidas porque no se habrá podido, esperamos que estén en ello. Nosotros insistimos en todo aquello que aún no se ha podido realizar. Entendemos, por ejemplo, que para favorecer que la industria se sitúe en las zonas rurales y se pueda fijar población podría haber algunos incentivos fiscales para empresas que se instauren en pueblos. Pero he de decir que tenemos una excelente relación tanto con la Consejería de Agricultura Ganadería y Desarrollo Rural, como con la de Economía y Hacienda en particular, y con toda la administración regional en general.

Realmente no podemos decir otra cosa, nos sentimos respaldados por la administración e institución pública regional.

¿Qué planes de futuro tiene Vitartis y qué proyectos importantes se están llevando a cabo actualmente?

La verdad es que estamos llevando a cabo bastantes proyectos en la actualidad. La línea de sostenibilidad es fundamental, así como la línea 4.0. Todos los temas de eficiencia en el uso del agua, la energía… siempre estamos trabajando en ello. En este sentido, por ejemplo, un proyecto muy interesante que estamos llevando a cabo con el EREN por iniciativa de éste, es la creación de un índice de eficiencia energética que va a distinguir a las empresas comprometidas con la sostenibilidad.

Siempre hay proyectos en marcha para ayudar a las empresas en su transformación digital. Sin ir más lejos, uno muy útil con el que apoyamos a las empresas para mejorar el canal online. Se trata del proyecto Camino, que va dirigido concretamente al sector HORECA. Colaboramos con él para acelerar su recuperación, con el fin de restablecer la salida de productos agroalimentarios.