Es una de las voces más cualificadas del sector energético y renovable español. Ha desempeñado cargos al más alto nivel en multinacionales españolas y extranjeras y actualmente es la responsable de Financiación y Regulación de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), que reúne al 90% de las empresas de este sector en España.
Un sector que pide agilidad, inversión y seguridad jurídica para convertir España "en la potencia energética de la Unión Europea".
Cristina Torres-Quevedo atiende a EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León antes de participar en el Congreso Internacional Energía Nuclear en la Industria y Otras Alternativas (Enioa) que se celebra en Valladolid el 21 de diciembre y que reunirá, además, a algunos de los mayores expertos en energía nuclear, fotovoltaica y de hidrógeno del país.
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Una tecnología, la fotovoltaica, cuya demanda e instalación ha experimentado en el último ejercicio una desaceleración tras el auge de los años anteriores, pero no sólo en España, sino también en el resto del mundo.
En España hay instalados actualmente 28 GW de los que casi 24 son en suelo y el resto en placas residenciales o de autoconsumo. La mayor parte de los tejados de industrias y viviendas continúan sin aprovechar la radiación del sol para producir energía limpia y abaratar la factura de la luz.
Un hecho que ha sido objeto de polémica en los últimos días en Castilla y León a cuenta de las ayudas europeas para la instalación de placas de autoconsumo que no se han podido ejecutar en la Comunidad porque, según el Ejecutivo regional, la tramitación europea era muy compleja; y según la oposición no se gestionó bien por parte del Gobierno autonómico.
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Lo cierto es que ayer mismo la Consejería de Economía y Hacienda publicó en el Bocyl una nueva partida de 85 millones de euros en ayudas ligadas al autoconsumo y almacenamiento con fuentes de energía renovables, así como para el despliegue de sistemas térmicos renovables en el sector residencial.
En opinión de Torres-Quevedo, "es cierto que la complejidad de la norma y las dificultades para su tramitación han hecho que se pierdan muchas ayudas porque el Real Decreto ley 23/2020 del 23 de junio hizo que se multiplicaran por diez los proyectos en suelo y las administraciones no estaban preparadas para gestionarlo".
En este sentido, esta directiva resalta que "aunque en los dos últimos años la fotovoltaica de autoconsumo ha crecido un 100% cada ejercicio, en 2023 se está frenando este despliegue con la dificultad normativa que viene de Europa para acceder a estas ayudas para poner placas en los tejados". Algo que "podría solucionarse y agilizarse si las ayudas vinieran directas en forma de reducción de IRPF o del IBI de las viviendas que opten por instalar estas placas solares".
La clave está en el almacenamiento
"En España se produjo un despliegue masivo de la energía solar y, de hecho, el propio PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) la ha incrementado en 30 GW", pero existe un asunto que "será clave en el éxito e impulso de las energías renovables, la atracción de inversión y la garantía del sistema: el almacenamiento".
Será precisamente la capacidad de almacenar la energía verde producida para momentos en los que sea necesaria, "lo que decidirá que una energía no gestionable se vuelva gestionable y que se garantice el suministro".
Pero la inversión en almacenamiento "no es rentable aún" por lo que es fundamental "dar ayudas y que se ponga en marcha también un mecanismo de subasta". Son las subastas las que "dan una señal de precio al inversor a largo plazo y al garantizarle un precio, crece el interés inversor", explica.
En un sector profundamente innovador que está revolucionando el mercado energético a velocidad de crucero, el almacenamiento "pasará por una curva de aprendizaje igual que le ocurrió a la solar o la eólica, y entonces ganará en competitividad y se desplegará gracias a esas ayudas que creemos serán cruciales para ese despegue, lo malo es que lo hará tarde", lamenta Torres-Quevedo.
Pero la tramitación es otro de los grandes problemas con los que se encuentra el sector fotovoltaico. La transición se centra ahora en "los problemas de tramitación y en algunos territorios hasta de aceptación social", indica Torres-Quevedo.
Con un retraso que puede llegar de media "a los 15 meses" desde que se inicia un proyecto hasta que pueden instalarse las placas fotovoltaicas, la directora financiera y de Regulación de UNEF pide un esfuerzo a las administraciones por "simplificar estos procesos para no ahuyentar inversión".
Canibalización de los precios
No sólo la complejidad para la tramitación de permisos y el acceso a ayudas para instalación de autoconsumo están suponiendo un freno en el impulso de la fotovoltaica en España. También lo hace el temido efecto conocido como la 'canibalización' de precios, es decir: el crecimiento de las renovables ha traído consigo también un exceso de producción que ha llegado a provocar "horas de precio cero" lo cual, ligado a una caída de la oferta, "puede hacer menos atractivo el sector para los inversores".
Sin embargo, España es uno de los países más afortunados en relación al recurso natural de las horas de sol, por lo que "es fundamental trabajar en el almacenamiento y electrificación para que se pueda aprovechar al máximo toda la energía solar que se recoge", señala.
De hecho, "cuando en la demanda no se encuentra activa la solar, hay que seguir tirando de ciclos combinados, es decir, de quemar combustible fósil, y esto no es ni más ecológico ni más económico", recuerda, por lo que "es fundamental impulsar el almacenamiento energético".
"Todas las tecnologías son necesarias, también la nuclear"
Uno de los aspectos de los que se va a hablar en el Congreso Internacional de Energía Nuclear en la Industria y Otras Alternativas en el que también participa Torres-Quevedo, es el futuro de la energía nuclear como soporte vital en la descarbonización de la industria y como apoyo a un sistema eléctrico que, hoy por hoy y sin capacidad de almacenamiento, no puede garantizarse sólo con las renovables dada su intermitencia.
"España tiene una ocasión única para ser una potencia energética en Europa por los recursos endógenos que tenemos, con tantas horas de sol, agua y viento". Un esfuerzo en instalación de renovables que "abarata el precio de la energía y debería servir para atraer más industria e inversión, también en Castilla y León, donde hay mucho suelo en el que poder invertir".
En este sentido, la directiva de UNEF tiene claro que "si la nuclear ha de entrar para garantizar el sistema energético, es mejor que lo haga ella a quemar carbón o gas, por lo que deberíamos ir todos juntos de la mano por conseguir lo verdaderamente importante: descarbonizar la industria, atraer nuevas inversiones, ser todo lo independiente que podamos energéticamente hablando, y que esas inversiones tengan un impacto en las poblaciones locales", explica.
"La nuclear va a seguir siendo necesaria durante mucho tiempo, habrá que ver si se mantiene la hoja de cierre prevista por el Gobierno nacional respecto a las centrales nucleares", reflexiona.
Hidrógeno verde y fotovoltaica
En los últimos años ha sido uno de los combustibles que mayor interés ha despertado, también entre las administraciones públicas, que anuncian planes estratégicos para potenciar esta tecnología.
Sin embargo, se trata de un vector aún en fase de maduración, si bien se espera que se convierta en un elemento clave de la transición energética precisamente porque el hidrógeno es el elemento más abundante de la Tierra.
"Creemos que el hidrógeno verde jugará un papel importante porque permitirá almacenar el exceso de energía renovable, por lo que se plantea fundamental también para el desarrollo de la fotovoltaica", explica Torres-Quevedo. Sin embargo, esta tecnología que necesita de la electrólisis para separar el hidrógeno del oxígeno, todavía tiene camino por recorrer.
Podrían ser ambas tecnologías (fotovoltaica e H2 verde) buenos aliados pero antes hay que solventar los problemas que acarrea el transporte del hidrógeno limpio hasta los centros de demanda y abaratar su coste de producción para hacerla más competitiva.
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Torres-Quevedo apuesta por "trabajar para que esas plantas de hidrógeno verde estén cerca o al lado de las industrias" de manera que se gane en eficiencia.
Esto no ha impedido, no obstante, que grandes empresas hayan puesto sus ojos en el vasto territorio de Castilla y León para anunciar inversiones como la de la primera planta de hidrógeno verde de la Comunidad que estará operativa el próximo año y que se ubica en Garray (Soria), con una potencia de 2,5 MW.
Uno de los anuncios inversores más importantes del año pasado en Castilla y León fue la intención de la eslovaca Inobat de poner en marcha en Valladolid una megafábrica de baterías de almacenamiento energético de renovables, pero el proyecto se retrasa y de llegar a producirse no lo hará hasta 2025.
"Si queremos dar un salto en el despliegue de las renovables necesitamos electrificar más el transporte (en la actualidad sólo el 0,6% del parque automovilístico nacional es eléctrico) y la industria, así como analizar cuáles son los modelos de negocio de esa industria para que no pierdan competitividad al sumarse a la descarbonización", detalla Torres-Quevedo.
Se trata de que exista una mayor demanda de electricidad verde para poder hacer atractiva la inversión en renovables, y que a su vez esta capacidad de generación de energía limpia atraiga nuevas inversiones locales "que necesiten consumir todo el excedente de renovable que se produce ahora mismo, no porque se produzca más de la necesaria, sino porque queda mucho por electrificar y descarbonizar".
Una fiscalidad más atractiva y justa
Otra de las cuestiones que Torres-Quevedo considera que tendrán que ponerse encima de la mesa en algún momento, es el hecho de trabajar por una fiscalidad energética más justa. Es el poco políticamente correcto asunto de que las compañías energéticas que producen energía en una comunidad autónoma, tributen en ese territorio.
"Habría que abrir este melón de forma sensata y siempre que no suponga una disparidad o injusticia entre los consumidores de los diferentes territorios de España", indica la directora de Fiscalidad y Regulación de la UNEF.
De hecho, Castilla y León es líder en renovables en España, lo cual supondría un importante retorno de inversión respecto de los recuros naturales de los que se nutren las empresas para producir energía limpia. Algo que ya planteó en su día el por entonces vicepresidente de la Junta, Francisco Igea.
Es la guerra por la energía. La guerra por disponer de toda la necesaria para el autoconsumo y la industria, y por conseguir disponer de un escudo que proteja la economía española, garantice el suministro independientemente de las tensiones geopolíticas y lo haga respetando el medioambiente. Pero el camino para lograrlo, "no es tan fácil", concluye.
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