Félix Cano, economista, consejero delegado de Lingotes Especiales y presidente del clúster de automoción de Castilla y León (Facyl), habla para EL ESPAÑOL-Noticias de Castilla y León de las consecuencias a corto plazo que puede tener la guerra que ha desatado Rusia contra Ucrania, dos de los países de los que llegan a la Comunidad algunos de los materiales "imprescindibles" para la fabricación de vehículos.
Con siete fábricas de automoción, Castilla y León es líder de este sector en España, que a su vez es el segundo productor en Europa y el octavo del mundo. Una industria de la que depende el 36% de las ventas al exterior de la Comunidad, donde emplea a 30.000 personas y genera otros 70.000 empleos indirectos. Cifras que hacen que caiga sobre estas empresas un peso muy importante de la supervivencia económica de la Región.
De hecho, uno de cada cuatro euros de riqueza en la Comunidad proviene de este tejido industrial, con firmas como Renault, Iveco, Michelin, Gestamp, Grupo Antolín, SMRC, Nissan y una de las más recientes en anunciar su desembarco en Valladolid: Switch Mobility.
Un músculo económico y social que "se enfrenta ahora a un escenario muy preocupante tras experimentar una caída del 30% en la producción y en las ventas" con la irrupción de la pandemia en 2020 y que aún "está lejos de recuperar los niveles prepandemia", indica el presidente de Facyl.
"Se está produciendo un desequilibrio geopolítico en la hegemonía mundial que comienza a inclinar la balanza sobre potencias como China, que ha montado un sistema capitalista dentro de una dictadura férrea. Y ese binomio es casi imbatible, y encima es amigo de Rusia", añade.
"La balanza comercial de Castilla y León es de aproximadamente 150 millones de euros de los cuales cerca del 80% provienen del sector de la automoción. Sin embargo, el problema va a venir indirectamente porque si hay sanciones a Rusia, habrá un aislamiento económico que puede estrangular económicamente a Europa", advierte.
"La escasez de estos materiales puede colapsar el sector"
El ataque perpetrado por Rusia contra Ucrania podría "hacer colapsar al sector" en Castilla y León si se cierran los mercados de estos países, precisamente por las materias primas "que importamos de allí y que son imprescindibles para nuestra actividad".
Rusia es el primer proveedor mundial de paladio, un material imprescindible para los catalizadores de los vehículos de combustión, por lo que "si hay sanciones y se complican las cosas, pasará como con los semiconductores", asegura Cano.
Pero hay muchos otros materiales que hacen que esta industria sea dependiente de Rusia y también en buena parte de Ucrania: el acero, el titanio, el gas neón, el manganeso o el titanio. El Gobierno de Putin es el gran proveedor mundial del que ahora depende en buena medida la viabilidad de la industria europea. Sin esos materiales, "se para todo porque no podrá seguir fabricándose".
Aunque en las últimas horas Rusia ha dejado entrever que estaría dispuesta a negociar un alto el fuego si Ucrania acepta no entrar en la OTAN y dado que la sombra del estallido bélico rondaba los mercados desde hacía meses, lo cierto es que "ya hay empresas en Castilla y León que están teniendo problemas con la llegada de determinadas materias primas de estos dos países", asegura el presidente de Facyl. Algunas como Gestamp, Grupo Antolín o la propia Renault, "tienen fábricas allí que pueden verse seriamente expuestas", indica el presidente de Facyl.
El lastre de los precios de la energía
Los costes en los precios industriales se han disparado en Castilla y León un 31,7% en el último año empujados una vez más por la energía. Esto pone contra las cuerdas a una industria "que ya paga cinco veces más por la que necesita para producir que en 2019 pero teniendo menos ingresos, lo cual es del todo inasumible porque es pasar de beneficios a pérdidas", advierte.
"Estamos ante una situación que hará descender a los infiernos tanto a los resultados en las ventas como a la producción", recalca.
Una situación que "otros gobiernos de la Unión Europea han intentado mitigar reduciendo los impuestos a las empresas precisamente cuando menos están ganando, pero que aquí no se ha hecho", denuncia Cano.
En este sentido, una de las ayudas que el sector espera pero que "no termina de llegar" es la de los 24.000 millones de euros del PERTE de automoción anunciados por el Gobierno de Pedro Sánchez. Un proyecto estratégico de recuperación que en opinión del presidente de Facyl "no puede salir adelante tal y como está planteado, porque presupone que el 45% lo han de asumir pymes y esto es inasumible". Además, "la mayoría de ese importe son préstamos que hay que devolver", reflexiona.
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