La verdad, o la mentira, es con esto de la pandemia del Covid 19, como las teorías y contra teorías, las tesis y sus antítesis, que dirían los marxistas, y es que todas abundan y se extienden por doquier.
Cada final de una ola anuncia la siguiente y así llevamos cinco. Ahora, la anunciada llegada de la sexta, se la acompaña con la misteriosa y temible "ómicron", cuyo poder destructivo se desconoce y que el anuncio de su aparición hace recordar la famosa fábula de Esopo, "Que viene el lobo".
"Todo es posible y todo puede suceder", como ha dicho el maestro Curro Romero en unas ajustadas y profundas reflexiones como su inolvidable toreo.
El caso es que, como los vecinos del Pedro de la fábula, piensan que no va a pasar nada del otro mundo y que la llegada del lobo "ómicron" será una falsa alarma.
Sin embargo, el lobo llegó y el pastorcillo Pedro, se quedó impotente ante la matanza de sus ovejas. Porque como había mentido nadie le creyó cuando dijo la verdad.
¿Pasará ahora lo mismo y seguiremos sin que se tomen medidas drásticas como la nueva realidad aconseja? Empezando por plantear actuaciones para los negacionistas a vacunarse, poniendo trabas a sus movimientos y exigiendo el certificado Covid para poder acceder a cualquier centro público. Acabo de regresar de Nueva York, y sin el certificado de vacunación completo no puedes entrar en espectáculos, museos, centros comerciales y restaurantes entre otros. Y nadie rechista.
Navidad está muy bien y a nadie le gustan, sobre todo en estas fechas, las restricciones; pero la salud es lo fundamental como sustento de nuestro primer derecho como es el de la vida.
¡El lobo ya está aullando! Hagámosle caso antes de que sea demasiado tarde.