Terminó la campaña electoral y nos encontramos esperando el resultado definitivo de las urnas con desgana, tristeza y la conciencia clara de que, salga lo que salga. todos ganan, todos lo han hecho muy bien y hasta la próxima.

Una campaña de bajo nivel, de ninguna referencia a los problemas de la comunidad, las soluciones que se plantean y cuál es la hoja de ruta que se pretende poner en marcha para los ciudadanos de Castilla y León.

Todo centrado en la política nacional, responsable del adelanto electoral para, con ello, minorar el efecto de Ayuso en el interior del partido, demostrando que en otras comunidades se podía hacer lo que ella consiguió, craso error. Se adelantaron para fortalecer a Casado y catapultarlo a la Moncloa, craso error. Se consideraba una victoria demoledora con mayoría absoluta y, nuevamente, craso error.

En el desarrollo de la campaña se realizan cambios, bandazos y replanteamientos tácticos que los ciudadanos contemplamos como una debilidad evidente y una falta de ideas que, como sucedió en su día con Cs, nos apartan del voto a ese partido. Mal, muy mal lo ha hecho el PP y, pese a todo pronóstico, no preveo un mal resultado que salvará a Alfonso, pero deja tocado de muerte a Casado.

Igea ha hecho una campaña en la que se pulsaba su rencor, en la que vuelve a prometer que no pactará con Alfonso, como hizo anteriormente, y finalmente todos sabemos cómo acaba. Sigue sin ilusionar, pierde apoyo y ha intentado salvar su imagen, más que la de un partido en retirada.

El PSOE reintenta con Tudanca pillar cacho, pero se presenta menos fuerte que en las anteriores, con la carga de un partido de gobierno nacional que ha traicionado a la comunidad y a sus electores, pero que está aprovechando los errores del adversario, pese a ello sigue sin consistencia personal y política, rodeado de ganapanes sin otro trabajo que no sea la política y poco creíble. Su resultado será bueno pero, nuevamente, no creo que gobierne… será un grano a punto de estallar que finalmente se convertirá en un tumor.

Vox tendrá un resultado muy bueno en comparación con los comicios anteriores, pero limitado al impulso nacional, sin fuerza en las provincias, sin presencia, sin implantación, recogerá el voto del cabreo, del indignado que le exigirá cumplir lo que no cumplirá, de forma que es difícil que sea un voto consolidado. Les queda mucho trabajo, menos testosterona, más valores reales, coherencia y poder soportar la prueba del algodón que, al momento presente, sigue sin pasar.

Tras las decepciones que han sufrido los “perritos sin alma” con los otros partidos que enarbolaban la bandera de la regeneración, de la nueva forma de hacer política, de la temporalidad, el servicio y la presentación de políticos con mochila personal, Vox tiene ahora un momento de demostración, de soportar el algodón y salir limpio, pues de otro modo todos esos cabreados seguirán cabreados, decepcionados e indignados y buscarán otros nichos o desdeñarán la política y la democracia.

Nos jugamos mucho todos, pero no veo que nuestros políticos se den cuenta de la posición de los ciudadanos y de la desafección que nos embarga… Cuidado, eso daña, perjudica y es letal para la democracia.