Por fin, después de siete años, el inquilino de la Moncloa, decidió convocar el Pleno del Congreso para celebrar el Debate sobre el Estado de la Nación, si bien, una vez más hizo alarde de su habilidad como trilero y en lugar de un Pleno Extraordinario, convocó un pleno escoba en el que diluyó el análisis de la situación real de la nación, intentando disimular su incapacidad para resolver el caos al que condujo su nefasta gestión al frente del gobierno.
Tengo que confesar que en esta ocasión no fui capaz de aguantar todo el debate, limitándome a seguir por la televisión el debate entre el Presimiente y Cuca Gamarra y a salto de mata el resto de las intervenciones que recuperé poco a poco, por lo que me referiré fundamentalmente a este debate.
Y aquí surge la primera de mis dudas: ¿cuál es el auténtico estado de la nación, el país de las maravillas que describió SuperSanchez cuyos únicos problemas son debidos a la pandemia y a la guerra de Putin, o la cruda y descarnada realidad expuesta en sus réplicas y dúplicas por la Portavoz del Grupo Popular?e
Repasaremos la exposición de uno y otra y dejemos que el lector saque sus propias conclusiones no sin antes señalar la presencia en el hemiciclo de Alberto Núñez Feijóo, las presidentas de Navarra y La Rioja o el mismísimo Padre Ángel.
En su casi hora y media de prédica, Su Sanchidad no dedicó ni un sólo minuto a la autocrítica, responsabilizando de todos los males a la pandemia, de la que para colmo tuvo la desfachatez de presumir de buena gestión cuando después de pronosticar que en España tendríamos dos o tres casos y que las decisiones se tomaban siguiendo las indicaciones de un inexistente comité científico, y de liderar, en negativo todas las estadísticas, y de culpar del desmesurado crecimiento del IPC, del precio de los combustibles, de la factura de la luz o del precio de la cesta de la compra a la guerra de Putin, cuando todas estas variables habían crecido mucho antes de que el sátrapa ruso iniciara la invasión de Ucrania. Y por supuesto, de todo lo demás la culpa es del Parido Popular ocultando la inconstitucionalidad de los estados de alarma decididos por el Gobierno y descalificados por el Tribunal Constitucional.
Pero la gran sorpresa de su intervención fue el hacer suyos todos los postulados podemitas sin siquiera comunicárselo a estos antes de subir a la Tribuna, y no había más que ver la cara de Yolanda Díaz que sólo a regañadientes decidió aplaudir algunos de los pasajes expuestos por el Presimiente bien porque no le gustaban o bien porque pretendía incluirla ella en su Suma, y ver las portadas de los periódicos del día siguiente que titulaban “aceleración hacia el extremismo”, “Sánchez quiere ganar vida política con un discurso contra los poderosos”, “Entregarse al populismo para sobrevivir”, “Sánchez redobla el castigo a la economía”, “La reorientacion podemita de Sánchez”, “Sánchez se ata a Podemos hasta el final” o “Sánchez heredó a Iglesias”.
Como consecuencia de estas promesas de SuperSanchez y del anuncio de establecer nuevos impuestos a la banca y a las grandes empresas energéticas, la respuesta de la bolsa no pudo ser más contundente: mientras SuperSanchez anunciaba estas medidas, las empresas del Ibex 35 perdían 65.000 milllones, frente a los 7.000 que él dice va a recaudar en dos años.
Y como “es completamente consciente de las dificultades que está pasando la gente”, en lugar de deflactar el IRPF o rebajar el IVA, presume de haber recaudado 15.500 millones más de enero a mayo que el pasado año. Ni una sola referencia a la contención del gasto público y muy al contrario nuevas promesas de gasto improductivo: a la bonificación del 100% en Renfe de cercanías y media distancia (más déficit público), aumento de 100 mensuales € en las becas, con ampliación de las mismas e implantación del Código Escolar 4.0, estabilización de 67.000 sanitarios, (tema que es competencia de las CCAA), creación de un Centro Estatal de Salud Pública que espero no llenen de científicos fantasmas, aprovechando para presumir de ser él buen médico aludiendo a Núñez Feijóo de mal curandero. Por supuesto no olvidó hacer referencia a su catálogo de Leyes Ideológicas, la última aprobada ayer mismo, de la no renovación del CGPJ, al que niega su derecho a informar, o del aumento de gasto en defensa, para no molestar a sus socios. Todo ello auxiliado por un montón de folios a medio escribir y una serie de gráficos previamente manipulados.
Como veis, nada que ver con el carácter socialdemócrata que siempre tuvo el PSOE, como le han recordado sus compañeros de la vieja guardia socialista con un manifiesto, abandonando definitivamente el centro izquierda que a buen seguro ocupará el Partido Popular. Entre los más aplaudidores, Yolanda Díaz y los ministros de Cultura y Universidades y entre los más entusiastas Iceta y la ministra Portavoz.
Cuca Gamarra se arrancó en su réplica recordando que hacía 25 años que ese mismo día y a esa misma hora apareció el cuerpo de Miguel Ángel Blanco con dos balas en la cabeza y pidió guardar un minuto de silencio en memoria del concejal asesinado, lo que provocó que toda la Cámara se pusiera en pie, incluidos los parlamentarios de EH Bildu, con la sola excepción de la presidenta del Congreso que además recriminó a la portavoz popular su iniciativa recordándola que es ella quien dirige el debate.
Hizo Gamarra un encendido recuerdo de los asesinatos de ETA y dedicó toda su intervención a desmentir los supuestos éxitos exhibidos por Sánchez, desmontando uno por uno los logros gubernamentales y recordando que España fue el país cuya economía soportó peor la crisis y que será el último en recuperar la situación económica previa a la pandemia.
Recriminó al Presimiente el incumplimiento de aquel “nunca pactaré con Bildu, ¿quiere que se lo diga veinte veces?”, o “no indultaré a los presos golpistas”, y tantos y tantos incumplimientos de sus promesas de tantas ayudas y subvenciones y que al final llegan tarde, mal y nunca,
La intervención de Cuca Gamarra fue tan clara y contundente que hizo olvidar las intervenciones de Pablo Casado, quien era, en mi opinión, el mejor parlamentario de la presente legislatura.
Y como esto se alarga en demasía, el resto del debate lo dejo para una segunda entrega. Mientras tanto, los vallisoletanos sufriremos un nuevo cierre del centro al tráfico privado, y las bicicletas y patinetes continuarán invadiendo nuestras aceras. Hasta el viernes que viene.