Siempre ha sido un quebradero de cabeza para los dirigentes de medios de comunicación cada vez que se anuncian los datos de audiencia; algunos ejecutivos tiemblan y piensan en lo que se les avecina cuando se baja unos puntos de la anterior oleada. Los EGM, OJD, ComScore, Cuende, Infoadex, Kantar, etc. suelen dar sustos de muerte para unos y alegrías plenas para otros.
Viene todo ello a colación por los datos que ha ofrecido un medio digital como El Español-Noticias de Castilla y León que, pasito a pasito, ha ido creciendo desde la nada hasta límites insospechados. Casi UN MILLON OCHOCIENTOS MIL USUARIOS UNICOS en el mes de septiembre, según ComScore y OJD. Cifras mareantes que han desbordado a varios medios señeros del periodismo regional.
Uno, que ya viene de vuelta y ha vivido estos momentos de éxito en otras etapas, se siente la mar de satisfecho de que un grupo pequeño como el que lidera Carlos Velasco, -con el que llevo colaborando desde 2007, aunque nos conocimos en los 90 cuando Carlos ejercía de responsable de prensa de su paisano Manolo Estella, a la sazón presidente de las Cortes de Castilla y León - haya tomado el liderazgo en momentos tan apasionantes para el periodismo como el que se está viviendo en el mundo digital. No hay fronteras ni nada que se resista a la expansión digital.
Silvia García, una bella zamorana y todo terreno de la información, ha sabido gestionar la encomienda que le hizo Velasco cuando la puso al frente del digital, antes de que el sagaz de Pedro J. Ramírez se fijara en este pequeño medio para dar cabida e impulso a las autonomías desde la central. (En 2020, en plena Pandemia, NCYL se asomó al liderato). Quiero decir que ha sido un trabajo lento, pero eficaz; duro, pero satisfactorio. La directora zamorana ha sabido rodearse de un gran equipo joven que ha llevado a su medio al éxito absoluto.
Volviendo a los disturbios internos que puede ocasionar una mala oleada en un medio de comunicación, voy a referirme a uno que viví en propia persona cuando llegué a Valladolid para hacerme cargo de Antena 3 de Radio (la radio más libre que jamás he conocido). Fue en 1987. Un año más tarde abría sus puertas El Corte Inglés. Uno, que venía de una radio provinciana sin cortingleses ni carrefures, se me abrían los ojos como platos cuando se recibían en la emisora los encargos publicitarios. Era como maná, a pesar de que la emisora la habíamos “enderezado”-con perdón por el autobombo- y gozaba de una gran audiencia y saneada facturación.
Pero voy a referirme a lo de la audiencia. Ese primer año de vida de El Corte Inglés, sus servicios de márketing hicieron una encuesta sobre las audiencias de las radios en Valladolid; entonces estaban las Radio Cadena (pública), Cope, SER, Radio 80 y Antena 3 de Radio. Pues bien, esta última que uno dirigía lideró el listado en casi todas las franjas horarias, entre ellas la de “Gomaespuma”; un dúo de periodistas –Juan Luis Cano y Guillermo Fesser- que supieron atraer a una audiencia joven de aquella época.
Aquellos datos de audiencia daban a Antena 3 de Radio una media de 80.000 oyentes diarios. Destacando sobremanera, entre otros, a los citados de “Gomaespuma”. Envié los citados informes al que fuera director general y alma mater del grupo, Manuel Martín Ferrand (†), -una mente privilegiada del periodismo- y paralelamente los envié a Juan Luis y a Guillermo. La bronca que me echó Martín Ferrand fue de órdago a la grande. En esos días estaba negociando el contrato con los “Gomaespumas”, y estos habían exhibido los datos de audiencia que les había enviado el director de Valladolid. En fin.
Sin duda, uno había gozado de satisfacción profesional con esos datos de audiencia, pero por otro lado me cayó la mundial por haberlos utilizado indebidamente. Pero los “Gomaespuma” eran amigos. Qué les voy a contar.
Carlos, Silvia, equipo, mi más cordial enhorabuena. Y a seguir así. Gracias por la libertad que me dais.