Salamanca entra en crisis. Alguien podría pensar que me refiero al Salamanca de fútbol, ahora que se celebra el centenario del nacimiento de la extinta UDS. No. Una crisis política y económica cuyas repercusiones aún están por evaluarse pero que, a este paso, van a tener mucha influencia en el devenir de la ciudad y la provincia.
Detrás de toda esta marejada, que está poniendo a Salamanca en la picota de la chanza y del hazmerreír nacional, están las elecciones municipales de mayo. Se mire como se mire, siempre aparece el sesgo político de unos, de otros y de los de más allá. En primer lugar, una crisis política en el Ayuntamiento de Salamanca que, todo apunta hoy, que puede suponer meter una cuña en el equipo de Gobierno municipal, PP+CS, hasta ahora fieles. Pero algo ha cambiado. Veamos.
En primer lugar, la oposición, sobre todo la socialista, con un José Luis Mateos crecido tras ganar al aparato de David Serrada las primarias. A ello se suma que el también portavoz del Grupo Municipal Socialista ha aprendido lo bueno y lo malo de la política. Se ha hecho grande y, además, un nuevo sobreviviente. Y estos últimos ya se sabe cómo son. Cierto, está en su derecho como oposición controlar al Gobierno municipal que, también, tiene sus desmanes. Cierto, está en su derecho de intentar romper la coalición de Gobierno y crear un cisma en la misma pegando una patada a Castaño, pero dirigida a las posaderas del alcalde, Carlos García Carbayo.
Seamos claros, y que el PP no se equivoque de enemigo, el enemigo a batir no es el concejal de Turismo, Fernando Castaño, a pesar de sus luces y sus sombras, como todo político que se precie. No. El enemigo a batir es un débil alcalde, García Carbayo, haciendo frente a múltiples frentes e, incluso, dando palos de ciego apremiado por la inmediatez de las noticias. ¿Podrá hacer frente a la gestión municipal, a la guerra como candidato popular a la Alcaldía, como presidente de la Gestora del PP de Salamanca que, parece, no da una a derechas, y cómo no, también como posible candidato en las primeras populares para presidir el PP de Salamanca, como ha designado el presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco? Aún a sabiendas de que algunos son casi incompatibles.
Vistos los acontecimientos como se van sucediendo, parece que no. En estos momentos de vértigo, veamos luego también el asunto Peace City World Salamanca, se precisa de mandatarios con templanza, sosiego, reflexión y mucha mano izquierda, aunque sean de derechas. Y, visto lo visto, parece que el alcalde no la tiene y, eso, es algo que ha sabido leer muy bien Mateos y el PSOE para crear una crisis de Gobierno a costa de Castaño.
Esperemos acontecimientos, pero esto no pinta nada bien para el Ayuntamiento de Salamanca, la tranquilidad que se requiere ante los comicios y la coalición de Gobierno municipal. Y esta es la primera crisis que está ahí, en la Plaza Mayor.
El caso Peace City World
La segunda crisis es de imagen, de, quién sabe, hipotecar el futuro de la ciudad y la provincia por unos intereses espurios y de rendimiento electoral. El Peace City World Salamanca es un proyecto, nada más que un proyecto, y proyectos ha habido muchos en esta provincia que no fueron más que eso, proyectos y gasta dineros. Ejemplos, no se puede dejar de recordar cuando Renault buscaba instalarse en las cercanías de la ciudad y, entre una Universidad casposa y la iglesia, echaron para atrás el proyecto. Tampoco dejar de lado los celos políticos, que han existido desde el primer viaje de John Mavrak a Salamanca.
No debemos olvidarnos de las Cúpulas del Duero, en las que el Ejecutivo de Juan Vicente Herrera, con la vicepresidenta Maria Jesús Ruiz como vendedora de humos, prometía invertir más de 1.000 millones de euros. Así, ayuntamientos 'paganos' -que cunda la expresión- como el de Villarino de los Aires o Aldeadávila, se gastaron muchas decenas de miles de euros en realizar proyectos para acoger la Cúpula del Agua que, vendió la Junta de Castilla y León, se instalaría en Arribes del Duero salmantinos. Y ahí quedó, en agua de borrajas o, mejor, en humo.
Por tanto, que ahora una sociedad internacional, que no es inversora, sino gestora para atraer inversores, se interese por Salamanca para una nueva megaciudad, o una Dubái, o como queramos llamarla, no debe de extrañar, al contrario, ofrecerle facilidades. No entraré en cuestionar la honorabilidad o mentiras en un currículum de una persona. Allá su conciencia y la justicia, si tiene visos de ilegalidad, falta o delito. Pero que esa persona lleva dos años trabajando, como sea, para el Ayuntamiento de Salamanca, también es cierto y, hasta ahora, que entramos en la guerra electoral, nada se intuyó, nada se controló... Nadie sabía nada. Eso sí, el día de la inauguración del Congreso en Salamanca todos, absolutamente todos, levantaban el pescuezo. Comentan que sea Licenciado o no en Economía, en nada afecta al contrato, porque no era ninguna condición estar en posesión de titulación. Es lo que afirman. Hasta ahí llego. Lo demás, queda en el ámbito personal del señor Fuentes y la Universidad. Pero que detrás hay mucho polvo electoral, también es cierto.
En cuanto a Peace City World Salamanca en nada tiene que manchar el asunto titulación a lo que podría suponer. Lo escribo en condicional, porque, repito, no deja de ser un proyecto más de los muchos que se realizan. ¿Dónde está la Ciudad de la Justicia de Madrid, ideada por Esperanza Aguirre, por ejemplo? Pues eso. Lo cierto, hasta este momento, es que Salamanca celebró un Congreso en el que estuvieron 200 empresas. Que alguna de ellas no fuera tal o como se quiera denominar, entra dentro de lo posible. Pero que se ponga en la picota, en la chanza y la burla a muchas otras que vinieron con total confianza, transparencia e ilusión a esta ciudad, es lamentable.
El tiempo dará o quitará razones, como decía a este diario el director ejecutivo de Inversiones Internacionales de Fnon Trading Company, el vallisoletano Luis Miguel López Negro, ya curtido durante cincuenta años en estas lides inversoras: "Hemos comprado acciones de Peace City World Salamanca. Es más, hemos puesto dinero para que este proyecto empiece a tener vida". Una empresa de prestigio en las exportaciones españolas en todo el mundo. Y está abochornado. [El enviado de Arabia Saudí a Salamanca: "Las familias árabes a las que represento son como hermanos, y los están poniendo a parir"]
La decisión del alcalde de Salamanca de romper sin más, con premura, sin sosiego, el acuerdo con Peace City World estimo es un desatino. Muchas empresas, como han dejado constancia, están interesadas en invertir. Tienen dinero. Necesitan lugares para una inversión segura, como es el Centro Logístico de Salamanca que, ahora más que nunca, necesita de inversiones. Y no se puede hipotecar el futuro de Salamanca por un calentamiento, una mentira en un currículo personal y, de paso, hacer de esta ciudad una chanza. Esperemos que los alcaldes de los municipios que firmaron el protocolo tengan el sosiego que no tuvo Carlos García Carbayo que, quién sabe, a lo mejor pasa a la historia con una losa de lo que pudo ser Salamanca y no lo fue.
Por otra parte, la oposición, principalmente el Grupo Socialista, también debería reflexionar muy seriamente hasta donde llega su ansia de conseguir la Alcaldía. Ya se sabe cómo es el mundo político, el rédito de hoy -digamos electoral- puede convertirse en amargura el día de mañana. Todos los actores políticos de esta ciudad tienen su culpa y son responsables de lo que suceda en el futuro.
No soy tan ingenuo de creerme que Salamanca, la ciudad de la Universidad de 800 años, va a ser una nueva Dubái. El truco del conejo en la chistera queda para los magos y los ilusos. A estas alturas de mi vida, a punto de caramelo de los 63, he vivido muchos avatares bonitos, feos, dulces y amargos. Pero el tiempo y la profesión sí me han dado la virtud de la templanza y el sosiego. Si tuviera que desconfiar no saldría de casa. Pero, hasta donde me alcanza el conocimiento que tengo de este, esperemos que no, fallido proyecto Peace City World Salamanca, en el mismo existe gente sensata, inversores reales e ilusión. También habrá jetas y farsantes, va en la condición humana. Pero demos un poco de tiempo y veamos por dónde transcurren los acontecimientos. No olvidemos que desde esta sociedad internacional se hablaba de cinco años para comenzar a materializarse. Y, de momento, incluso desde el propio Ayuntamiento, se han acortado los plazos a una semana. Esperemos acontecimientos, que los habrá y muchos.