Estas líneas van para ti. A ti, ese adolescente que está cursando los últimos años de la ESO o Bachillerato, que tienes entre 16 y 18 años y que estás empezando a tomar decisiones difíciles  que afectarán a tu vida escolar, laboral o  personal.

Primero decirte, tranquilo, lo estás haciendo bien, ten en cuenta que cualquier decisión no es permanente o irrevocable y que tienes derecho a equivocarte y a cambiar de idea una y mil veces. 

A tu lado estarán tus padres, profesores, familiares y amigos que, con la mejor intención del mundo, te van a bombardear con miles de opciones y opiniones. Cada cual tiene su propia percepción de la vida y te darán consejos en función de cómo les ha tratado a ellos o a la gente que está a su alrededor.No hay consejo malo, pero tampoco bueno, la verdad es que lo único que sirve es que hagas lo que hagas, lo decidas tú. Puedes escuchar a mucha gente pero nadie como tú estará viviendo la vida que decidas 24 horas al día junto a ti, tú eres el que vas a tener que soportarte si las cosas no van bien. Así que elige cosas que te gusten, los estudios y el trabajo se llevan bien cuando te apasionan, cuando te aportan algo, te enriquecen y te hacen crecer personal o profesionalmente , no cuando son  impuestos  o elegidos buscando un “buen futuro”, sin saber siquiera si será así.

En nuestra vida nos encontraremos con personas felices, alegres, que han elegido un camino que les gustaba y les ha proporcionado paz y bienestar y otras que eligieron mal y por ello se fueron amargando y su alma se fue oscureciendo. Ahora van dando malos consejos, basándose en el miedo y la propia desesperanza, a todas las personas que se les acercan. Además, en vez de intentar cambiar, se conforman y es ahí donde radica su error. Si, alguna vez ,detectas a alguien así a tu lado tienes dos opciones, tratar de hacerle ver que aún puede darle la vuelta y ser feliz o salir corriendo lo más rápido que puedas . Nunca es tarde para cambiar o mejorar tu vida, pero si escuchas lo contrario, bórralo de tu mente porque en cualquier momento puedes poner todo patas arriba, liarte la manta a la cabeza y buscar algo que te inspire y complete.

En realidad, estas líneas no solo están dirigidas a ese alumno que está empezando a enfrentarse a las decisiones difíciles, están escritas para cualquiera que no esté a gusto con el desarrollo de su vida laboral o personal. Da un golpe encima de la mesa, sal de tu zona de confort y sé valiente, quítate todos esos miedos que llevas en la mochila y repite este mantra conmigo “todo va a ir bien”, y así será.

La vida son dos días, pasa rápido, no espera a nadie, cuando te quieras dar cuenta serás un adulto con un trabajo y una estructura familiar del tipo que sea, así que disfruta el viaje haciendo cosas que te vuelvan loco, te llenen y te hagan mantener esa sonrisa. Y si por casualidad vienen nubarrones, no saques el paraguas, ¡baila debajo de la lluvia como si nadie estuviese mirándote!