Ordalías, conocidas como 'Juicios de Dios' y los desafíos, medios por los que se trataban de demostrar la culpabilidad del desafiado. Hoy ese reto, ese desafío también sirve como medio para demostrar la incapacidad o capacidad de alguien.
Ahora, supongamos que pueden traducir con el acento argentino lo siguiente: ¡Ármate un partido político y gana unas elecciones!
Pues eso es lo que ha hecho Javier Milei, nuevo presidente de Argentina. Alguien en una tertulia como reto o desafío, pero más bien como un desprecio, un bocachancla le retó, le desafió y el 19 de noviembre el resultado es que ganó por una diferencia de 12 puntos al candidato de Sanchez lo cual demuestra cuales son los designios que quiere Sánchez Castejón para España. Según el banco mundial Argentina tiene una inflacción del 142,7, la pobreza se sitúa en el 40,1% y la pobreza extrema en el 9,1%.
De este desafío, de este reto debe salir la demostración de que la ruina en la que se encuentra Argentina, un Partido Liberal o libertario -lo de ultraderechista se lo dejo a los desvaríos de políticos sobrepasados ya por sus limitaciones- la puede revertir un partido liberal o libertario; es el medio más certero para exponer que un gobierno netamente liberal o libertario sin influencias de partidos satélite, por sus medios e ideales económicos, pueden hacer realidad otra forma de gobernar. Que al final, por el resultado se pudiese demostrar, sin género de dudas, por la fuerza de los hechos, que la forma de gobernar de un partido socialista no es la adecuada, que ha quedado obsoleta y es negativa para la actual sociedad la de este siglo.
Y esto, en sí mismo, es un reto es un desafío muy grande y arriesgado. Milei tiene la oportunidad de demostrar lo que otros partidos liberales no han podido demostrar, ni el propio Macri que muy a su pesar gobernó con la pesada sombra de los Kirchner.
Hoy la situación es mucho peor que la que había con Macri, y quizás sea este el elemento que ha permitido que un personaje como Milei haya ganado estas elecciones presidenciales. No lo considero un payaso o un loco, sino más bien, un político con un carácter y una personalidad fuera de los cánones de lo políticamente correctos, más bien diría, fuera de cualquier canon relativista. Lo que diga Milei es su visión su crudísima realidad y quizás sea esta sinceridad lo que ha atraído el voto de los Argentinos. Tantas mentiras y engaños de partidos tradicionales.
En España, la crisis no es aún económica. Digamos que, no estamos al mismo nivel que Argentina, pero tras esta ya sí, crisis institucional, con un partido poniendo en un reto continuo y existencial al Estado de derecho español, seguro vamos camino de ella.
Rebusco en redes si Pedro Sánchez o el PSOE, Núñez Feijóo o el PP han saludado de forma personal a Milei, cosa que sí ha hecho entre otros, Abascal, el presidente de Uruguay o hasta el mismo Elon Musk y no lo encuentro, y es un error.
Lo que sí es seguro, es que Milei no andará llorando por los pasillos de la Casa Rosada en busca del beneplácito en forma de saludo de bienvenida que le pueda dar este par de dos: Sanchez y Feijóo; cosa que si ha hecho Feijóo al pedir y solicitar a Sanchez el reconocimiento como ganador de las elecciones de junio 23, ya he dicho en muchas ocasiones y en este artículo lo aclaro que solo se ganan elecciones así: https://www.elespanol.com/castilla-y-leon/opinion/20200110/solo-ganan-elecciones/458705530_0.html
Y los resultados obtenidos me han dado la razón: uno, el más votado sin gobernar y el menos votado gobernando con el apoyo de los aún menos votados, sin capacidad de hacer leyes importantes por sí mismo, siempre al auspicio de proetarras independentistas y golpistas y con el abuso del Decreto Ley o cambios de opinión y por la puerta de atrás.
Pues sí, con esta situación Milei es un grano en el culo de uno y de otro, y puede ser aún peor como empiecen a rascarse si los resultados que ya se ven se alargan en el tiempo.