Fomento cree que el pirómano de Bouzas conocía la zona
El consejero de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, ha asegurado hoy que quien pegó el "cereillazo" en Bouzas sabía que era una zona muy "compleja" algo que, junto al "fuerte viento" de los últimos días, ha provocado que las hectáreas afectadas hayan pasado de las 50 a las 1.300 que estiman los técnicos de la Junta.
Así lo ha señalado, en declaraciones recogidas por Europa Press, durante su visita al Valle de Oza, que desde el martes ha estado amenazada por el fuego. "Ha sido la mano del hombre la que lo ha ocasionado. Debemos reflexionar sobre los silencios que amparan este tipo de conductas", ha espetado.
Sobre el terreno calcinado por las llamas, el consejero ha avanzado que los próximos Presupuestos Generales de la Comunidad incluirán una partida para luchar contra el fuego un diez por ciento superior a la destinada en el pasado ejercicio, si bien, ha aclarado que serán las "Cortes" quien deban aprobarlas.
Suárez-Quiñones ha querido mandar un mensaje de "optimismo" y ha comprometido una actuación "inmedidata" para tratar de "devolver", "lo antes posible", a este "maravilloso" paisaje berciano su aspecto "habitual".
"El 85 por ciento de la superficie arrasada por el fuego ha sido matorral que tiene una regeneración casi inmediata, si bien es verdad que para el resto, robles, tardarán más tiempo", ha incidido.
De momento, y aunque los servicios de extinción siguen trabajando para "enfriar" la zona, las primeras labores se van a centrar en "evitar" el arrastre de las cenizas que puedan "perjudicar" a los acuíferos de la zona, como el río Oza.
También ha anunciado que se aprovecharán las torres de red eléctrica para incorporar hasta seis cámaras de "vigilancia forestal" con el fin de actuar con la "mayor celeridad" en caso de incendios.
Actuación
Sobre las críticas que ha recibido la Junta desde que el pasado miércoles comenzara el incendio en Bouzas, el consejero ha salido al paso explicando las "pecularidades" de este caso y que han provocado que la extinción se haya prolongado "más de lo normal".
En este sentido, Suárez-Quiñones ha reconocido que el viento, "con rachas de hasta 80 kilómetros hora", y la orografía "han dificultado" las tareas.
Así, cree que sin la acción del "viento cambiante" que provocó que los medios aéreos no pudieran entrar en funcionamiento hasta "36 horas después" de comenzar el fuego, la zona afectada hubiera sido de unas "50 hectáreas" y no de las "1.300" que estiman los técnicos de la Junta.
Además, la "complicada orografía" con carreteras "estrechas" han ralentizado la "inmediatez" a la hora de actuar del operativo terrestre. Aun así, ha incidido en que han estado trabajando en la zona ocho medios aéreos y hasta 290 personas en el dispositivo terrestre, teniendo en cuenta, según ha aclarado, que había "más incendios" en la zona como el de Balboa.
Cerillazo
En este punto, Suárez-Quiñones ha lamentado que quien pegó "el cerillazo" sabía "muy bien" que la zona era muy "compleja", para espetar que el responsable del mismo "debe saber" que en situaciones con el "viento cambiante" no sólo ha puesto en peligro el valor "medioambiental" de la zona, sino también las "vidas" de los habitantes de las poblaciones cercanas y de los operarios que han trabajado en su extinción.
El consejero, por último, no ha ocultado su "preocupación" por la proliferación de incendios en lo que va de año, más de 1.500 por los pocos más del centenar que se dieron en 2016 en este mismo periodo, para volver a incidir en que detrás de la gran mayoría de ellos está "la mano del hombre".