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Región

La historia de Valladolid a través de tres de sus puentes

17 diciembre, 2017 12:50

De que Valladolid es una ciudad bella lo primero y que guarda una historia amplia que merece la pena conocer no cabe duda alguna. De que miles de turistas se desplazan hasta nuestra ciudad para beber de estos acontecimientos históricos y acercarse e inmiscuirse un poquito más en la belleza cultural de la misma, tampoco.

Los puentes de la ciudad cumplen, a la vez, un cometido estético y funcional. Funcional porque tras el origen de la ciudad como pequeña aldea nacida en la confluencia de los ríos Pisuerga y Esgueva y tras la invasión árabe, una de estas construcciones sirvió de paso a comerciantes para generar actividad económica en nuestra ciudad y estética porque sin ellos perderíamos un cachito de la historia de la capital.

Con el ingeniero técnico de obras públicas, José María Fraile Cuéllar, analizamos y diseccionamos tres puentes claves en la historia de Valladolid y nos detenemos en sus aspectos técnicos para conocer un poquito más todos los secretos de unas construcciones por las que pasamos a diario sin apreciar todo el valor que en su interior guardan.

El Puente Mayor, antiguo, histórico y  majestuoso

Este puente tiene el gran honor de ser el más antiguo que se construyó sobre el río Pisuerga. Según cuentan las leyendas, fue la esposa del Conde Ansúrez, Doña Eloisa (más conocida como la Condesa Doña Eylo), la que en el año 1080 mandó construirlo, eso sí, con un rasante alomado muy diferente al existente hoy en día.

“La construcción del Puente Mayor tuvo una importancia enorme porque fue el primer paso fijo y permanente que permitía salvar las tortuosas aguas del embravecido río Pisuerga”, asegura el ingeniero técnico de obras públicas, José María Fraile Cuéllar.

Este puente está ubicado en la trama urbana de Valladolid con el fin de dar salida a la ciudad desde el Paseo de Isabel La Católica por la antigua carretera de Gijón y como señala José María “obedece a los cánones de construcción de la época” ya que se trataban de “obras robustas que pretendían dar continuidad a los caminos y resistir los empujes de las aguas y las guerras”, ha añadido el ingeniero.

El Puente Colgante y su imagen peculiar y característica

Se trata de una de las construcciones más queridas por los ciudadanos de la capital del Pisuerga y se encuentra ubicado, cruzando las aguas del río ubicado en la calle del mismo nombre (Puente Colgante), para comunicarla con la actual Avenida de Salamanca desde el Paseo Zorrilla.

Su ejecución data del año 1865 y la construcción de los elementos metálicos se llevaron a cabo en Londres por la empresa John Henderson Porter, inaugurándose el 20 de abril de ese año y siendo el primer puente construido en España de tipología bow-string o de vigas parabólicas.

“Se trata de una estructura metálica tipo arco sobre rasante que acaba siendo un ejemplo de la ingeniería del hierro de esa época, como otras muchas realizaciones hechas con este noble material”, señala José María Fraile Cuéllar.

Hay que destacar además que “la importancia del puente fue enorme” ya que “durante 800 años, en la ciudad de Valladolid solo existía el Puente Mayor”, por lo que el trasiego de “personas, carros, carretas y animales” sería sumamente grande y la construcción del Puente Colgante supondría “un gran alivio”, como nos cuenta nuestro ingeniero.

La juventud del Puente de la Hispanidad

Es uno de los puentes más jóvenes de la ciudad, aunque no el que más ya que tras el mismo se construyeron, en 2005, el Puente Pasarela del Museo de la Ciencia, en 2010, el Puente Pasarela Pedro Gómez y un año más tarde el Puente de Santa Teresa.

Las obras se ejecutaron desde abril de 1997 hasta mayo de 1999, con un presupuesto de 1.273 millones de pesetas
, lo que a día de hoy serían 7,65 millones de euros, y la construcción se encuentra ubicada en la Ronda Interior Sur con el fin de comunicar los barrios de Parquesol y Covaresa.

Como nos explica Fraile Cuéllar “se trata de un puente de hormigón armado, con dos enormes pórticos triangulares que son los que reparten los cables (diez por cada lado) en forma de arpa que a su vez sirven para sujetar el tablero”. Además, nuestro ingeniero destaca “la acertada iluminación del puente” que acaba siendo “todo un símbolo en la entrada de Valladolid desde Salamanca”.

Tres puentes importantísimos para la historia de nuestra ciudad que sirven para conocer más del amplio repertorio histórico y cultural de la misma y para que todos los ciudadanos de la capital del Pisuerga se sientan orgullosos de ella.