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Región

Música callejera para sosegar el estrés y alimentar el alma

24 diciembre, 2017 11:29

En estos días de compras navideñas, de ir a la carrera en busca del regalo concreto para una persona determinada, las calles del centro de Salamanca son un hervidero de personas que deambulan entre el ajetreo y el estrés. En mitad de la jungla de asfalto se intercalan pequeños oasis que intentan, entre la vorágine materialista, apaciguar nuestro espíritu. Son los músicos callejeros que estos días desafían al frío y hacen que sus entumecidos dedos nos ofrezcan calor para los oídos.

Es el caso de John, quien llegó hace diez años a España y desde entonces recorre nuestro país en busca de nuevos oportunidades laborales. Entonces animaba las veladas en restaurantes, bodas y eventos familiares, pero la crisis y las nuevas tecnologías le condujeron a una senda de la vida por la que no esperaba caminar. Desde entonces sobrevive con trabajos ocasiones y el dinero que saca interpretando piezas clásicas en la calle. “Ahora se contrata una discoteca móvil, que es más barata, y se deja a un lado a la buena música en directo”, afirma con resignación.

Estos días pueden encontrárselo por Salamanca, una ciudad de la que se declara enamorado, “es una ciudad con mucha energía, mucha gente joven y muy cultural”. Su música es suave, “no para bailar”, música para sosegar el estrés y alimentar el alma, “hay tanto estrés en la vida moderna que es necesaria mucha música, es importante que la gente pueda disfrutar de la música. Mi filosofía es intentar alegrar a los demás, esa bidireccionalidad, porque yo intento ayudarlos a ellos y ellos me ayudan también a mí. Parece que en la calle tenemos más problemas, porque tenemos un cartel donde dice que necesitamos dinero, pero no es verdad, todo el mundo tiene sus problemas y un rato de buena música puede también ayudarles”.

La interpretación de estas piezas musicales, por cierto con gran maestría, le proporciona en ocasiones trabajos temporales para poder seguir adelante. “Me encanta este país y quiero seguir aquí, de vez en cuando me contratan, pero nada estable. Es la vida que elegí hace años y tengo que ser consecuente con mis actos”, afirma antes de tocar ‘Yesterday’ de los Beatles y lograr que varias personas ralenticen su paso, paren frente a él y abran sus orejas no para oír, sino para escuchar.