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El Pucela culmina su semana fantástica

1 octubre, 2018 11:23

El Real Valladolid sumó este domingo en Villarreal su primera victoria fuera de casa en LaLiga Santander 18/19 al ganar por 0-1 al conjunto del Estadio de la Cerámica con un gol de Leo Suárez en el minuto 53. Suárez, futbolista cedido por el club castellonense al vallisoletano y que suplía en el once titular la baja de Óscar Plano, empalmó sin dejar caer el balón desde el segundo palo, a la salida de un córner, un zurdazo raso y ajustado al otro palo, imparable para Asenjo, que fue el único que subió al marcador del campo local.

La victoria el Pucela, una victoria de prestigio ante un gran rival, supone la confirmación de que el equipo blanquivioleta no está dispuesto a pasar por la Primera división sin dejarse ver. El resultado supone para el Real Valladolid su segundo triunfo consecutivo, contabilizar todas sus salidas sin perder (tres empates y una victoria) y auparse a la zona media con números que dejan a las claras qué es el Real Valladolid: equilibrio. El Pucela presenta dos victorias, dos derrotas y tres empates, con 6 goles a favor y 6 en contra.

Y el equilibrio es lo que le permitió doblegar al Villarreal. El equipo de Calleja llevó la iniciativa constantemente, pero el Real Valladolid siempre mantuvo la cabeza fría y cuando tuvo el balón, no lo regaló. Al menos mientras las fuerzas no le fallaron, porque en la última media hora, muy fatigado por un trabajo generoso de tres partidos en una semana y arrollado por un Villarreal que le exigió el máximo, tuvo que defenderse como gato panza arriba. Buscó su oportunidad y la encontró con el zurdazo del argentino Leo Suárez.

Como ocurriera en Vigo, cuando el partido transcurrió en un Aspas contra los blanquivioleta, en Villarreal sólo hubo un futbolista capaz de poner contra las cuerdas al entramado defensivo tejido por Sergio y sus jugadores: Gerard Moreno.

El todocampista llegado este año a Villarreal desde el Espanyol buscó el gol de todas las formas posibles. Pero o bien falló en sus remates, o bien se encontró con la madera, o bien se topó con un espléndido Masip, que atajó en el minuto 85 un penalti por mano de Kiko Olivas, que señaló Iglesias Villanueva a instancias del VAR, que también avisó en el 94 de que Nacho, incombustible, había arrancado en fuera de juego una galopada que culminó batiendo en mano a mano a Asenjo. En esta ocasión, el VAR funcionó; no como en partidos anteriores, en los que se gripó para desgracia vallisoletana…

Con siete minutazos de descuento, sufrimiento y emoción a raudales, el Real Valladolid acabó ganando uno de esos partidos que perdía de forma irremisible en Segunda división porque el chaparrón le arrasaba como un tsunami. Pero esta vez la fortuna sonrió al que más lo necesitaba.