Condenado a 25 años y medio por asesinar a su exmujer
El Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha confirmado la condena de 25 años y medio de prisión impuesta por la Audiencia de Burgos a José Tomás Villalibre por el asesinato de su exmujer, Benita Núñez, ocurrido durante la madrugada del 17 de julio de 2016 en Aranda de Duero.
En su sentencia, la Sala de lo Civil y Penal del TSJCyL, con sede en Burgos, desestima el recurso de apelación interpuesto por el condenado y ratifica en todos sus términos el fallo el tribunal de jurado de la Audiencia burgalesa, que halló al recurrente autor de un delito de asesinato y otro de allanamiento de morada y le impuso una pena de 25 años y medio de privación de libertad.
Además, no podrá acudir ni residir en Aranda durante 30 años ni aproximarse a los familiares más directos de la víctima a menos de 500 metros, ni comunicarse con ellos, durante 30 años, según informaron a Europa Press fuentes del TSJCyL.
El condenado deberá indemnizar con 112.080 euros al hijo y con 94.350 euros a la hija de ambos, así como con 92.400 euros a las cuatro hermanas y con 63.125 euros a la madre de la víctima.
El jurado entendió que el acusado cometió un asesinato con alevosía, con las agravantes de parentesco y de cometer el delito por razón de género.
Los hechos se produjeron durante la noche del 16 de julio de 2016, cuando el acusado acudió a un concierto de Melendi en Aranda, a sabiendas, de antemano, que la víctima iba a acudir también con dos amigas, después de haber intercambiado mensajes por whatsapp.
A la conclusión del concierto, el acusado se dirigió a la vivienda que había compartido con la víctima y que el juez le había atribuido a ella tras el divorcio. Pese a ello, entró en el domicilio utilizando unas llaves que aún conservaba y esperó en el sofá del salón la llegada de Benita, con la que entabló entonces una discusión por el reparto de los bienes comunes.
El asesinato se produjo en la cocina, donde el acusado se hizo con un cuchillo con el que asestó a la víctima dos cuchilladas en el pecho mientras le tapaba la boca con la mano para amortiguar sus gritos. La muerte fue casi instantánea.