Caminando por la provincia de Valladolid | ¿En qué pueblo estamos? VIII
Después de disfrutar de todos los encantos de Aldeamayor de San Martín el fin de semana pasado, en este ‘Caminando por la provincia de Valladolid | ¿En qué pueblo estamos?, hacemos escala en Torrelobatón para continuar conociendo las tradiciones de municipios como este con un patrimonio cultural, histórico, patrimonial y gastronómico únicos.
Situado a 30 kilómetros de la capital del Pisuerga, la localidad pucelana está dentro de la comarca de los Montes Torozos y por sus tierras trascurre el río Hornija. Torrelobatón es mundialmente conocido por su castillo, monumento patrimonial que apereció en la película El Cid, dirigida por Anthony Mann, del año 1961 y en la que aparecía, ni más ni menos que Charlton Heston.
“Torrelobatón cuenta en la actualidad con 425 habitantes. El de los comuneros fue, sin duda, uno de los momentos más emblemáticos para la historia del pueblo y de este castillo que era propiedad del Almirante de Castilla. Cuando se sube hasta lo más alto de la torre se comprende con facilidad la importancia de la fortaleza que fue siempre un enclave determinante para el devenir de la zona y un punto clave para controlar el Valle del Hornija”, nos cuenta la alcaldesa de la localidad, Natividad Casares.
El castillo, una seña de identidad
“Torrelobatón está ubicado en un enclave que ya desde la Segunda Edad de Hierro se consideraba estratégico. En una intersección de comunicaciones naturales que favoreció al asentamiento en el lugar de diversas civilizaciones. Desde paleolíticos a prerromanos, romanos y medievales son los restos hallados en los numerosos yacimientos con los que cuenta nuestro municipio”, afirma, en declaraciones a NoticiasCyL, la alcaldesa.
Hablar de este municipio vallisoletano es hacerlo de su castillo. En él, tras la derrota de los comuneros en la Batalla de Tordesillas, Padilla buscó elevar la moral de la tropa y del movimiento comunero, tomando la localidad y su castillo el 21 de febrero de 1521 en un acontecimiento bélico que duró cuatro días. Los comuneros entraron en la ciudad aunque el castillo resistió hasta que la amenaza de ahorcar a todos los habitantes si no se rendía hizo que cayera horas antes de la batalla final, conocida por todos y que da nombre a la fiesta de Castilla y León.
Torrelobatón fue el lugar último por el que pasaron los comuneros antes de intentar llegar a la localidad zamorana de Toro, en la madrugada del 23 de abril de 1521, pero el ejército imperial acabaría alcanzándoles en Villalar librándose la batalla que lleva el mismo nombre y que acabó con la victoria de Carlos V. Cabe resaltar que en la fortaleza se encuentra actualmente el Museo de Interpretación del Movimiento Comunero que cuenta con una gran variedad de contenidos multimedia para que el visitante conozca, a fondo, lo que sucedió en la Guerra de las Comunidades.
“Además, el pueblo cuenta con el conjunto de la Plaza Mayor, de recio abolengo castellano que tiene varias casas porticadas, lugar donde se ubica el Ayuntamiento, edificio noble de sillería y sillarejo, de dos pisos con arcadas de medio punto. Entre los edificios religiosos destacan la Iglesia de Santa María, la de Santiago, San Pedro y la Ermita del Santísimo Cristo de las Angustias, edificada en el siglo XIV con una espadaña con campana y una cruz de hierro, en base de piedra, que formó parte de un antiguo calvario”, añade Casares, ofreciéndonos otros lugares de valor patrimonial muy rico para disfrutar en el lugar.
La importancia de los comuneros se palpa en las fiestas
Hablando de las fiestas, con permiso de la matanza, que se celebra en el mes de enero, los Carnavales abren el calendario. La carrera de cintas a caballo, que se combina a la perfección con las torrijas y las orejas regadas con miel, llena el municipio de diversión y alegría en la antesala perfecta de la Semana Santa.
“El 23 de abril celebramos las Jornadas Comuneras con el el Mercado Comunero y la recreación de la salida de los comuneros desde el castillo que nos invita a volver al pasado para recordar momentos únicos de nuestra historia y que reúne en el pueblo a más de 12.000 personas cada año”, asegura la alcaldesa.
Las Fiestas de Pentecostés en las que se honra al Cristo de las Angustias, que tiene su morada en la Ermita que lleva el mismo nombre, con las tradicionales meriendas y las Fiestas de Toros en Honor al Padre Hoyos el tercer domingo de agosto son otros festejos que llenan la localidad de turistas.
Lo tradicional marca la gastronomía del lugar
En lo que a la gastronomía se refiere, son típicos los caracoles, las cebollas y los productos de la caza, con alto contenido en proteínas y que vienen muy bien, sobre todo en los meses de invierno, cuando el frío más aprieta y en el que arremolinarse en torno a la mesa acaba siendo una bendición para tomar un plato bien caliente.
Si hablamos de los postres, Torrelobatón podría calificarse como un municipio goloso con las hojuelas flores y las torrijas que reinan en Carnaval, como hemos explicado unos renglones más arriba, y también las rosquillas de palo que hacen las delicias de los vecinos y que los turistas se llevan para recordar el mejor sabor del lugar.
“En este municipio existe un pago que se llama Viñas Viejas. Eso nos indica la relación que en su día tuvo Torrelobatón con el vino. Los últimos majuelos se levantaron hace unos 40 años”, asegura Natividad Casares.
Otro municipio para perderse y disfrutar de su encanto histórico, patrimonial, cultural y gastronómico en la provincia de Valladolid.
Caminando por la provincia de Valladolid | ¿En qué pueblo estamos?
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