La huella del terror de ETA en Castilla y León: 13 atentados y tres muertes
Diez años después de la disolución de la banda terrorista, la herida que ha dejado en la Comunidad es muy grande
20 octubre, 2021 07:00Noticias relacionadas
Hoy se cumplen 10 años que ETA que renunció a matar, a la lucha armada y a sembrar el terror en todo el país. Algo de lo que en Castilla y León sabemos mucho, ya que es una de las Comunidades que más ha sufrido en sus propias carnes la sinrazón terrorista. En 2011 se disolvió como banda armada, pero atrás dejaba un reguero de sangre, de muertes, de dolor y de sinrazón. Aunque no es posible de saber con exactitud, ETA ha cometió 13 atentados en el territorio de Castilla y León desde el inicio de la etapa democrática, que cobraron la vida de dos militares y un guardia civil. Aunque es cierto que fuera de él, la Comunidad ha sido la segunda más sacudida con 138 fallecidos que eran naturales de esta región.
Los tres fallecidos fueron Antonio Heredero, en septiembre de 1992, en Salamanca, en León Luciano Cortizo (diciembre de 1995) y a un policía pacense cuyo cadáver fue encontrado en Burgos, Valentín Godoy, en 1977. Tres historias que tienen un trágico final y que se pueden comprobar en la web de El Mapa del Terror, que recoge todas las víctimas relacionadas con el terrorismo.
Luciano Cortizo, bomba lapa en León, junto a su hija
La tarde del 22 de diciembre de 1995, el comandante de Artillería Luciano Cortizo Alonso salió de su casa en León en coche con su hija Beatriz, de 18 años, de copiloto para comprar los regalos de Navidad. Sobre las 13.30 horas, cuando alcanzaron la confluencia de la calle Renueva con la calle Abadía y se detuvieron ante un semáforo en rojo, una bomba lapa adosada a los bajos de su vehículo estalló. La explosión destrozó el cuerpo del comandante, que falleció en el acto, y alcanzó de lleno a Beatriz, que quedó gravemente herida. La banda terrorista ETA reivindicó el atentado.
Luciano Cortizo Alonso había ingresado en el Ejército hacía dos décadas y era especialista en sistemas de dirección de tiro y localización de objetivos. Estaba destinado en el cuartel de El Ferral de Bernesga, en León. En el momento en que fue asesinado, acababa de empezar sus vacaciones.
Valentín Godoy, tiro en la cabeza en Burgos
El 27 de junio de 1977 ETA asesinó eb Burgos al agente de policía Valentín Godoy Cerezo, que llevaba seis meses destinado en Vitoria. Valentín fue asesinado de tres disparos en un crimen sin testigos. Su asesinato fue reivindicado por ETA mediante una llamada al diario Deia. Valentín tenía apenas 27 años, toda la vida por delante, y estaba soltero.
Antonio Heredero, en Salamanca
La tarde del 2 de septiembre de 1992, después de tomar un café en un bar cercano, el coronel de Caballería del Ejército de Tierra Antonio Heredero Gil se dirigió a la plaza de aparcamiento que tenía alquilada frente a su casa, en Salamanca. Sobre las 16.30, se montó en su Opel Kadett y enfiló el portón de salida. Al subir la cuesta del garaje, un artefacto explosivo adosado a los bajos de su vehículo se activó. La detonación mató al militar al instante.
Antonio Heredero Gil, casado y con tres hijos, era diplomado del Estado Mayor del Ejército de Tierra. Tenía como destino el Patronato de Huérfanos del Gobierno Militar, en el cuartel Julián Sánchez El Charro de Salamanca, ciudad en la que llevaba afincado veinte años. En el momento en que fue asesinado, apenas le quedaba un día para irse de vacaciones.
Los atentados en Castilla y León
ETA ha estado presente en el día a día de los castellanos y leoneses en muchas ocasiones durante los últimos 50 años. Recordamos algunos de los momentos que sembraron el pánico entre los ciudadanos de la Comunidad.
El 17 de agosto de 1990 es recordado como uno de los días más negros. Aquel día veraniego Un coche bomba cargado con sesenta kilos de amonal destrozó la Comisaría de Policía de Burgos dejando más de 50 personas heridas leves. Además explotó una segunda colocada por en las líneas férreas entre Sanchidrián y Arévalo, sin que hubiera víctimas.
El 3 de junio de 1992, a punto de los Juegos Olímpicos, ETA intentó hacer una masacre volando el cuartel de la Guardia Civil de Lerma, en Burgos. Por suerte no causó víctimas aunque sí daños materiales.
El 10 de noviembre de 1995, Juan José Aliste, capitán de Infantería y que hasta hace uno meses de su fallecimiento fue el presidente de la ATV de Castilla y León, sufre un atentado con una bomba adosada en su coche en Salamanca donde perdió sus dos piernas.
ETA hizo explotar un coche bomba junto a la Casa Cuartel de Ágreda, en Soria, durante el verano de 2000. Sólo produjo heridas leves a una persona, la mujer de un agente del cuartel.
El 6 de agosto de 2004 Valladolid entró en pánico. Una bomba de escasa potencia de ETA fue colocada en la Plaza Mayor.
La banda terrorista hizo estallar una furgoneta bomba en el polígono industrial Vicolozano, cerca de Ávila, que causó importantes daños materiales. Ocurrió en septiembre de 2005.
El 29 de julio del 2009 de nuevo una Casa Cuartel de la Guardia Civil en Burgos fue su víctima. En esta ocasión más de medio centenar de personas sufrieron heridas leves.
138 naturales de Castilla y León
De los 857 asesinatos cometidos por ETA entre 1960 y 2009, según se recoge en el libro ‘Vidas rotas’, 138 eran naturales de Castilla y León, lo que supone el 16,1%. El primer castellano y leonés asesinado por ETA, fue Gregorio Posada Zurrón jefe del Grupo de Información de la Guardia Civil en Azpeitia (Guipúzcoa) y natural de la localidad zamorana de Villaferrueña. El 3 de abril de 1974, cuando circulaba en su vehículo, un Seat 850, por la calle Juan XXIII, dos miembros de ETA, armados con subfusiles, se colocaron delante del vehículo y lo ametrallaron.
En la memoria quedan otros fallecidos como los dos guardias civiles de El Tiemblo (Ávila) y Grulleros (León) asesinados en Capbreton (Francia). También, en 2008 los asesinos acabaron con la vida en Santoña (Cantabria) del brigada del Ejército Luis Conde de la Cruz, quien era natural de la localidad segoviana de Pinilla Ambroz.
Mientras que la última víctima de la región fue el guardia civil burgalés Carlos Sáenz de Tejada García, asesinado en Calvia (Mallorca) el 30 de julio de 2009. Un día antes del destrozo de la Casa Cuartel de Burgos.
Sin embargo, ETA no solo ha sido atentados, también fue secuestros. Y Castilla y León vivió en pleno corazón el de Ortega Lara. El funcionario de prisiones burgalés fue liberado el 1 de julio de 1997 por la Guardia Civil en un zulo bajo una nave de Mondragón (Guipúzcoa), tras permanecer secuestrado 532 días. Aún hoy en día prosiguen sus secuelas.