Las elecciones municipales del próximo 28 de mayo en Castilla y León serán históricas. Por primera vez, unos comicios locales se celebran por separado de los autonómicos en los 40 años de historia de la Comunidad y esta inédita situación tendrá una significativa influencia en las dinámicas de voto de los ciudadanos castellanos y leoneses. Una situación generada a raíz del adelanto electoral que condujo a las elecciones autonómicas anticipadas del 13 de febrero de 2022 y que ha sumado a Castilla y León al grupo de comunidades que ya celebraban sus municipales por separado: Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía.
Además, se trata de la primera vez que los ciudadanos de la Comunidad son llamados a las urnas desde que se conformó el Gobierno de coalición entre PP y Vox hace poco más de un año, el primero del que forma parte la formación dirigida por Santiago Abascal en su historia, y es previsible que las dos formaciones estén atentas al veredicto de los ciudadanos sobre su gestión. Del mismo modo, la oposición aprovechará cualquier mal resultado de las dos formaciones que conforman el pacto para cargar contra el Ejecutivo.
Unas municipales que, además, cuentan con una importante proyección nacional al celebrarse solo medio año antes de los próximos comicios generales. PP y Vox ya han anticipado que estos comicios locales tienen como objetivo poner la primera piedra de la "derogación del sanchismo" mientras que PSOE y el espacio de Podemos e IU tratará de sacar pecho de sus políticas en el Ejecutivo para ganar apoyos. Con todo, las elecciones municipales siempre han tenido un carácter particular y único, y esta ocasión no será diferente.
Menor abstención y más oportunidades para los partidos pequeños
Pablo Martín Díez, director académico de la Institución Educativa de Análisis, Liderazgo, Estudios Políticos y Humanismo (ALEPH), asegura, en declaraciones a EL ESPAÑOL de Castilla y León, que el hecho de que las municipales se celebren por separado "no afectará a la participación". "Las municipales son las que arrastran el voto en las autonómicas. La abstención es más alta en las autonómicas y en 2022 fue especialmente alta por la falta de coincidencia con las municipales", ha afirmado. Martín señala que a partir de ahora "se deberá hacer un esfuerzo desde todos los sectores para aumentar la participación en las autonómicas" si quedan finalmente desligadas de las municipales.
Cristian García, politólogo formado en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y máster en Relaciones Internacionales, Seguridad y Desarrollo, asegura a EL ESPAÑOL de Castilla y León que en las municipales "no pesa tanto el partido como la persona" y que pueden ser favorables también para las candidaturas minoritarias. "En las autonómicas, por el propio sistema electoral, en las circunscripciones pequeñas se tiende a optar por partidos con más posibilidades de obtener representación por voto útil, y en las municipales es más fácil que si un partido pequeño tiene una candidatura y programa electoral que resultan atractivos pueda lograr buenos resultados", comenta.
Comparándolo con el caso de Cataluña, comunidad en la que siempre han ido por separado las municipales de las autonómicas, García asegura que si que se ha observado "un cambio de voto". "En los municipios se vota más a la persona y en las autonómicas se produce un voto con más componente ideológico", afirma, añadiendo que en las municipales un candidato "potente" puede optar "a un voto más transversal". A juicio de García, en el caso de Castilla y León, esto podría observarse con las candidaturas "provinciales o localistas".
En el mismo sentido se pronuncia Pablo Martín Díez, que asegura que las elecciones locales "son de personas más que de partidos, sobre todo en ciudades pequeñas y pueblos". "Cada localidad tiene su propia lógica electoral", afirma. También señala que, al no existir el paraguas de la campaña autonómica, las formaciones independientes locales "pueden verse ligeramente beneficiadas".
"En cualquier caso, el votante ha demostrado suficiente madurez como para discriminar su voto hasta el punto de ser capaz de escoger a un partido en las municipales y a otro en las autonómicas", comenta. Y recuerda el ejemplo del municipio vallisoletano de Laguna de Duero, donde el PSOE obtuvo 2.564 votos y el PP 2.148 votos en las municipales; mientras que, en las autonómicas, el PSOE subió hasta los 4.303 votos y el PP hasta los 2.673. "La diferencia estriba en que, en los comicios municipales, la formación local Independientes por Laguna aglutinó 3.825 votos", señala.
Cristian García, por su parte, señala que las candidaturas municipalistas promovidas por IU y Podemos pueden tener más opciones de crecimiento en unas municipales que en unas autonómicas, "sobre todo en los ayuntamientos que tengan muchos concejales en liza". "Además existen candidatos como Óscar Puente en Valladolid que tienen la capacidad de captar un voto más transversal, incluyendo a una notable cantidad de exvotantes de Ciudadanos y de Podemos", comenta.
Las primeras elecciones con Vox en el Gobierno autonómico
García considera que puede ser determinante el hecho de que las municipales se afronten con Vox en un Gobierno autonómico por primera vez en España, aunque recuerda las particularidades de los comicios locales. "Para competir en las elecciones municipales se necesita tener una militancia activa y bien arraigada en el territorio y eso los partidos pequeños no lo han logrado con facilidad", asegura.
Además, señala que el voto a Vox "es muy ideológico" y que "lo normal es que se traslade su crecimiento más a unas generales o a unas autonómicas que a unas municipales". Con todo, recuerda que hay una clara tendencia "entre los votantes menores de 50 años" hacia "una menor fidelización del voto". "Esa tradición de votar a un partido para siempre es más propio de la población más mayor y habrá que analizar como evoluciona el voto de ciertos partidos de creación reciente", afirma.
Pablo Martín Díez no considera que la presencia de Vox en el Ejecutivo autonómico vaya a tener "un efecto determinante" a la hora de decidir el voto. "A nivel nacional ya hemos vivido la experiencia de un Gobierno de coalición desde hace cuatro años y, en otras muchas autonomías y municipios, también existen Ejecutivos de coalición", comenta. Martín asegura que el electorado "da por sentado" que la fragmentación política implica acuerdos entre partidos y gobiernos compartidos.
"Además, en los municipios pequeños, los candidatos son conocidos y cercanos al electorado, y por tanto la coalición se percibe en clave de personas y no tanto de partidos", asegura. Unas elecciones históricas en Castilla y León en las que los ciudadanos depositarán por primera vez la papeleta local separada de la autonómica.